15 septiembre 2005

De eso se trata



Hace algunos años el valor de las acciones de una compañía en la bolsa era determinado principalmente por los resultados financieros; si la empresa perdía plata su valor bolsa era bajo y si ganaba las acciones eran más caras. Ahora los resultados financieros solo explican algo así como el 65% del valor de la acción y el resto está determinado por las expectativas que se hace el público sobre el futuro del negocio. Me llamó la atención esto que acabo de leer en una web de consultores y creo que vale la pena darle vuelta un poco al asunto.

Bueno, de partida la explosión de las empresas punto com que hicieron y deshicieron tantas fortunas en los noventas fue causada por las exageradas expectativas que los inversores tenían sobre el valor futuro de la publicidad y servicios de pago en Internet, pasado el tiempo ya casi nadie tiene esas esperanzas pero igual muchos se hicieron millonarios gracias a esta venta de ilusiones. Hace un tiempo leí en un Wired como Fidel Castro no podía comprender que empresas como Amazon o Google valieran billones de dólares sin tener un negocio rentable, el lo veía como una de las deformaciones del capitalismo, un engaño, pero no hay nada de eso, es lo más natural que los que invierten busquen comprar antes que el negocio sea rentable porque ahí está la verdadera esencia del asunto: comprar barato y vender caro. Los que tuvieron el ojo para financiar a Micriosoft o Intel cuando solo producían pérdidas saben lo importante que puede ser tener una expectativa correcta.

Pero esto de comprar barato y vender caro también tiene que ver con las personas porque hay dos formas de conseguir talento; cuando ya tienen credenciales, están reconocidos y se hacen pagar a precio de oro o cuando están recién empezando, nadie les cree y están ansiosos por trabajar a cambio de un racimo de bananas y una carta de recomendación. Por eso las empresas antiguas piden antecedentes, currículum, en que universidad estudiaron, cual es la experiencia y reputación, mientras que las empresas más modernas se concentran en las entrevistas personales y la caza del talento en la etapa más temprana.

Descubrir a alguien con talento antes de que sea reconocido es como buscar oro, cosa difícil pero apasionante, y mucho más difícil es manejar a un tipo talentoso, tres de los tipos más inteligentes que he conocido en mi vida murieron antes de los cuarenta; dos de cirrosis y el tercero de sobredosis. Porque el talento no viene gratis y tiene siempre como contrapartida grandes defectos. No he sabido de nadie talentoso que no tenga una egolatría patológica, que en algunos casos los hace inútiles para cualquier cosa práctica y anula todas sus habilidades.

En fin, lo importante es entender que nadien es perfecto y a cada persona tenemos que aprovecharle lo bueno mientras le ayudamos a controlar lo malo, si no somos capaces de aceptar los defectos de los demás (cuando por lo general somos muy indulgentes con los propios) nunca vamos a poder aprovecharnos de ellos, y de eso se trata todo el asunto ¿no?

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