14 enero 2006

Los jefes


Y mañana hay elecciones. No voy a escribir nada de eso porque me da rabia, con calma tomasito, total, a mi que me importa...

Para pasar el mal rato estoy invitado mañana a unos pescados y mariscos en la parcela de Viera. Por fin se están civilizando con la comida, tanto chancho, costillares, prietas, mollejas, chunchules y chuletas no nos van a llevar a nada bueno. Paren el escándalo señores.

Ese fué el smalltalk, vamos a lo nuestro. A propósito de nada me estaba acordando de mis jefes; aunque no lo crean hubo un tiempo en que me dediqué a la desgenerada actividad de (puaj) trabajar. Entonces tuve mis primeros y únicos jefes en el sentido normal de la palabra: les tenía mucho respeto, aprendí de ellos prácticamente todo y terminamos siendo muy buenos amigos incluso después que me echaron por flojo y mal caracter.

Uno era don Zvi Posner (hoy QEPD), dueño de Importadora California, judío polaco con una vida de novela: toda su familia murió en un bombardeo, pasó por campos de concentración, peleó en la formación de Israel, fué ingeniero aeronautico y finalmente se vino a Arica para hacer fortuna en el puerto libre. Cuando lo conocí ya era millonario en dólares.

No le gustaba hablar de su historia pero yo se la sacaba con tirabuzón cuando nos quedábamos hasta muy tarde con la botella de JW esperando los telex desde Japón, era un gran tipo. Recuerdo una vez que yo estaba muy orgulloso de mi mismo por un buen golpe que había dado me dijo "Tomás, no te creas inteligente, eso es una trampa, tu eres muy hábil nomás pero todavía no eres inteligente". Era un gusto conversar con el viejo, una universidad ambulante.

El otro jefe era Gabriel Abusleme, el me dió la oportunidad de empezar a trabajar, me mando de vuelta al mundo, me dejaba hacer más o menos lo que quisiera y fue finalmente el que me echó cuando me puse flojo y odioso. Pasamos varios años sin hablarnos y un día que nos encontramos nos dimos cuenta que era una gran tontera, lamento haberme enojado con el tipo más inteligente y buena gente que tenemos en Arica.

Tuve mucha suerte con mis primeros jefes, pero después de eso me di cuenta que nunca podría trabajar de asalariado: si dos tipos así no me pudieron soportar entonces nadie puede. Desde entonces me arranqué del trabajo asalariado como del mismo demonio. Y hasta el día de hoy no me muero de hambre.

1 comentario:

  1. Horroroso, ambos candidatos eran de lo peor, pobrecito nuestro lindo país con vista al mar.

    Mejor ni opino...

    ResponderBorrar

"Send me a postcard, drop me a line
Stating point of view
Indicate precisely what you mean to say
Yours sincerely, wasting away
Give me your answer, fill in a form
Mine for evermore
Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four"