21 febrero 2006

Ciudad desgenerada


Llegó la Pilar y el Tomás Jr. y estamos en un apart hotel cerca de Apoquindo con el Bosque Sur. Yo conocí bien este barrio, no porque viviera acá, sino por cierta tía lejana muy platuda que tenía una casa por aquí cerca. Esta señora me tenía buena y me invitaba a tomar el té. Así es como recorrí a pie todos estos lados.

Era el barrio de las grandes casas de familia pudiente, la de mi tía era de tres pisos con ascensor -lo que me impresionaba mucho- enorme , con mozos y lindos jardines.

Todavía quedan algunas casas de esas, pero el barrio ha sucumbido al negocio y está repleto de edificios donde conviven de la manerá más promiscua las oficinas , apart hotel y departamentos particulares. En cierto modo todo se ha proletarizado, los palogruesos se fueron para La Dehesa y en El Golf quedaron los emergentes con sus tiendas y restaurants.

En mis años hijitos, no existía el metro sinó que los trolleys, los buses de la ETE, las "liebres" Volkswagen, las micros Ford, Chevrolet o Fargo color verde con rojo y unos endiablados buses marca Mistsubishi que eran una máquina de producir calor y espeso humo negro ¿por qué nadie hablaba de contaminación entonces? .

Ya "aprendí" a andar en metro y he podido comprobar que es la única cosa que funciona bien en Chile: ningún flaite raya los asientos ni murallas, nadie bota basura al suelo, los funcionarios son corteses y serviciales. Al bajar ls escaleras se produce una curiosa metamorfósis, las personas normales se transforman y empiezan a comportarse como civilizados cuidadanos del Primer Mundo, muy educaditos y respetuosos. El metro es una prueba viviente de la validez de las teorías de la influencia del ambiente sobre la psiquis.

Conversando con el Gran César, comentábamos sobre las muchas posibilidades de negocio en Santiago, todo partió cuando le contaba acerca de los muchos conventillos que todavía quedan en la ciudad por el barrio Estación Central, Quinta Norml, Parque Ohiggins. Yo conozco varios de esos conventillos desde chico y aunque algunos son miserables la mayoría tienen una obra gruesa de ladrillo de excelente calidad -por algo han resistido los años y terremotos mejor que muchas construcciones modernas- pero también tienen una concepción arquitectónica muy interesante.

Si yo tuviera un poco de plata -le decía-me dedicaría a comprar y remodelar conventillos, creando nuevos barrios de artistas, universitarios, unipersonales ¡que lindo trabajo se podría hacer ahí! antes que llegue la picota a demoler para hacer más de los horribles edificios que se están tragando la ciudad. En la Plaza del Mulato Gil y el barrio Concha y Toro hay muestras de esto, Santiago podría estar lleno de construcciones recicladas, sería tan bonito como Belgravia o cualquier otro barrio de Londres.

Y así nos pusimos a conversar sobre toda la plata que se puede ganar en Santiago, de pronto advertí con espanto que todo eso implicaba trabajo, la más vil y deshonesta de todas las actividades humanas. Me hace pésimo estar en esta sucia ciudad que solo me inspira ideas desgeneradas, debo volver lo antes posible a la civilizada Arica.

5 comentarios:

  1. Bueno... ya se ha hecho lo que tu dices con algunos conventillos y han quedado realmente magnificos. Y de verdad te encuentro razon, si bien la arquitectura de Santiago no se puede comparar a las de las ciudades europeas, tampoco es despreciable. Es cosa de darse una vuelta por Providencia, Quinta Normal, San Miguel, Independencia y otras y puedes encontrarte con bellas sorpresas. Y claro con el aumento de la demanda y especulacion inmobiliaria la presion por construir edificios en los terrenos de esas casonas es enorme. Y claro como cuesta mucho $$ mantener y restaurar esas casonas, la gente prefiere venderlas... una lastima, porque se esta perdiendo la marca de un tiempo donde de verdad importo el como construir y no el cuanto.

    Quizas lo mejor de los mega-proyectos inmobiliarios como los que se llevaran a cabo en Cerrillos o en la vin~a Causin~o-Macul es disminuir un poco esta presion... veremos

    Miguel V.

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  2. Hay barrios muy bonitos, pero completamente arruinados y descuidados. Santiago está lleno de casas bonitas en ruinas y como dices no es comparable a la europea en cuanto a los espacios públicos y grandes construcciones pero si en la arquitectura menor, ¡los barrios antiguos de Santiago tienen partes muy bonitas! lo que pasa es que hay que resucitarlos como hicieron los argentinos con Puerto Madero por ejemplo.

    El centro de Santiago está super bien planificado, ni un poste de luz, todo subterraneo, la arquitectura francesa de los edificios es linda y bien construída.

    Lo que pasa es que somos super malos para dar valor agregado a nuestras cosas. ¿Te imaginas que en Francia tirarían a la pelea un terroir como el de la viña Cousiño Macul parahacer edificios? antes se mueren. Lo de Cerrillos no lo había pensado así, seguramente tiene razón, puede salvar un par de barrios.

    Lo mismo con los conventillos, nunca competirán en rentabilidad con edificios de oficinas o departamentos pero para barrios de restaurant, artistas, etc. demás que podrían ser negocio. En fin, todas estas ideas inmorales implican trabajar así es que pensaré en seguida en cualquier otra cosa para purificar mi mente

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  3. ¿Las micros chiquititas, en las que tenías que entrar agachado eran las Mistsubishi o "libres" Volkswagen?
    Me acuerdo que yo tomaba una de chico en Pedro de Valdivia con Eliodoro Yañez ("Las Lilas" en ese entonces), parecía tren a carbón y si te tocaba un ediondo a ala, era mejor bajarse en Carlos Antunez (la cuadra siguiente), ja.

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  4. Las liebres Volkswagen Kombi eran las chiquitas, los Mitsubishi eran unos buses grandes pintados enteros de verde, que se compraron en los sesenta cuando "made in Japan" era sinónimo de bamba y mala calidad. Tenían el motor debajo del último asiento trasero y echaban un cañón de humo negro al andar, el diesel estaba en pañales en esos años jaja

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  5. Muy interesantes los comentarios yo tambien me crie el Santiago de esa epoca de trancision entre lo muy antiguo, lo tradicional y lo emergente. Había toda una variedad de micros, años , modelos y colores, al parecer no existia lo del año maximo de circulación puesto que coexistian antiguas Dodge, fargo o ford de los 30 con otras ya de los setenta, los barrios tenían mucha vida en comunidad, el almacenero, panadero, carnicero conocía a muchos, daba fiado o hacia precio, los colegios quedaban cerca, o bien si eran lejos a colgarse de las viejas micros o liebres mercedes benz para llegar a tiempo, vivi los cambios de la construcción del metro, de las calles de adoquin que todavia quedan varias, los cités, plazuelas,arboledas añosas, parroquias de barrio, y de las casas de amigos y familiares llenas de vericuetos, parrones y puertas grandes, de los cacharros desarmados y los grandes taxis con aletas que quedaban aun, mi papá y mamá paseaban con nosotros o solos y se disfrutaba el paseo , se sabía de cuales barrios malos y los buenos, uno podía cruzar con la familia caminando grandes distancias, lo cual hoy en día es casi imposibles porque la delincuencia es practicamente un estado de sistio en gran parte de ese Santiago que todavía es querible para muchos.

    Hay tanto patrimonio arquitectonico a punto de caer bajo la maquina y la picota, sin piedad, pienso que eso es parte del alma de la ciudad, si se le quita perderá rápidamente su identidad y se le olvidará ,.......¿acaso a un libro de historia hay que arrancarle las páginas? asimismo a una ciudad no le puede pasar, ojalá prosperen iniciativas para arreglar y revivir muchos lugares.

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