Un pequeño gusto

Poco a poco se van acumulando los víveres y bebestibles para la fiesta de año nuevo y para mi cumpleaños. Que no se note pobreza, por lo menos ninguno de mis amigos va a sufrir de sed este año.

Vengo del supermercado donde compré gran parte de los víveres (gasté unos US$ 50) y también compré dos pavos que me costaron unos US$ 60, todo bien y dentro de lo presupuestado.

Mañana termino comprando los globos, serpentina y nos iremos con el Tomás Jr. a la ropa usada para comprar la ropa del mono que vamos a quemar. ¿quienes serán los favorecidos este año con la hoguera? ese es un secreto de estado que se los diré el mismo día 31 cuando armemos el mono, por ahora estamos en plenas negociaciones.

Estoy apostando a que el 2007 me va a ir bien así es que tiraré toda la carne a la parrila este fin de año, si las cosas no me resultan no importa ¿quien me quita lo bailado?, estoy aprendiendo de a poco a ser optimista.

Acabo de escuchar en las noticias que Sadam Hussein fué ejecutado en un juicio muy expedito según todos los estandares conocidos. En verdad más parece un linchamiento con un barniz legal, tal como fué el juicio de Nuremberg. En todo caso se le aplicó la ley de la guerra: creo que es justo que el que pierde una guerra debe morir ejecutado, no por razones morales sino que por necesidad política.

No puedo dejar de pensar en la comparación con la muerte del General Pinochet. Cuando alguien patea la mesa y recurre a la violencia tiene que estar dispuesto a recibir las consecuencias. A mucha gente de izquierda en Chile le habría gustado un juicio similar con Pinochet ejecutado, pero el hecho es que no perdió la guerra y se fué con suficiente apoyo como para evitar cualquier condena, así funcionan las cosas, nadie es totalmente bueno o malo, lo que cuenta al final es el balance.

En fin, no podía terminar el año sin enfurecer a la del cerro y sus correlijas: es un mezquino gusto que me tenía que dar. Además a mi que me importa, todo el asunto es un juego y al final cada uno de nosotros se irá inevitablemente al cajón sin importar que haya sido un santo o un malvado, da exactamente lo mismo, a todos nos llegará a su debido momento.