El Gran Circo de Oklahoma

Todos somos importantes, hasta el más mísero perejíl suele tener alguien, mujer, hijos, mamá o lo que sea, que lo considere importante, incluso el que vive solo y no tiene un perro que le ladre, es importante ante sus propios ojos. El punto es que todo el mundo quiere ser más importante, ese es el verdadero motor de los artistas, científicos, millonarios y gente de todo tipo, incluso de los que fracasan una y otra vez.

Estoy releyendo un libro de Dale Carnegie -lectura muy adecuada para las vacas flacas- y justo voy en el capítulo donde habla de esta ansia de reconocimiento que todos llevamos dentro, como perritos ansiosos de una caricia nos pasamos todo el tiempo soñando como sería si fuesemos importantes. Y hablo de esa importancia que tiene que ver con la popularidad o la fama, no es un mérito en si aunque se supone que es la consecuencia de algún tipo de mérito: las celebridades del cine son importantes, Nelson Mauri, los políticos y los millonarios, entre otros. Pero siempre quieren más ¿alguien se traga el cuento que Sebastian Piñera quiere ser presidente por amor a la patria? es millonario, pero igual quiere más, sigue teniendo esa voraz hambre de reconocimiento.

Yo a veces sueño despierto como sería si fuera importante, derrochando falsa modestia y ayudando a los pobres diablos para mi mayor lustre, como escribió Plutarco tan bellamente: "Siendo por carácter muy amante de honores y codicioso de gloria, aspiraba a hacer por sí acciones generosas e ilustres, y se complacía más en hacer bien a los que a él acudían que en ganarse la voluntad de los poderosos, considerando a aquellos como objetos de su virtud y a estos como rivales de su fama"

Desgraciadamente no tengo la disposición al sacrificio -más que nada a sacrificar el orgullo- que se necesita para eso, así es que lo más seguro es que me pasará como en el tango "del que se murió esperando". Pero igual, viviendo en un pueblo como Arica todos tenemos cierta pequeña importancia y hasta una minúscula celebridad. Aunque casi nadie de Arica lee este blog -bueno, excepto las ilustres excepciones de mis amiga(o)s- pero ¿saben por que me conocen acá? casi todos me ubican como el loco que vivía en una casa rodante en la playa, esos cuatro años en La Lisera me dieron una mini-celebridad en la ciudad.

En fin, supongo que todos tenemos esos sueños locos de grandeza, dudo que exista alguien tan ratón que nunca se lo haya imaginado. Yo pienso a veces que estoy a cargo de una millonaria operación y aprovecho el talento de todos mis amigos -de cada uno según sus capacidades- para colocarlos en puestos claves, creo ser buen juez de caracteres así es que armaría un equipo de primera. Bueno, ya lo saben -amigos todos- en el muy improbable caso de que algún día mis sueños se hagan realidad seré como el Gran Circo de Oklahoma, donde todo el mundo tiene un lugar, incluso Negro.

Y -sigamos soñando- en el improbable caso de que algún día llegue a ser importante nunca caeré en el ridículo de nuestras "autoridades" locales, que se ofenden, reclaman indignados y amenazan velada o abiertamente a los funcionarios cuando les piden simplemente que cumplan con la ley como todo el mundo. ¡Que verguenza más grande! el último numeríto fue del Alcalde y los concejales que se ofendieron porque les pidieron el carnet al embarcarse en el avión...señores: quien los vió cuando estaban haciendo campaña y quien los ve ahora, tengan un poquito de verguenza.

El resfriado va peor que nunca, me niego a tomar ni una maldita aspirina y sigo firme con el café con ron, ahora que vacié la botella de ron pasaré al wiskey, la salud es lo primero. Como estoy en cama de vez en cuando prendo la tele, gracias a eso me pude enterar de la importante noticia que hoy es el día de la madre, que estupidez, a mi que me interesa.

Me acordé cuando era chico y todavía no existían los malditos sinverguenzas de village y similares, se celebraba la Semana del Niño, no tengo idea si era en la misma fecha, pero debe haber sido. Los organizadores eran del Rotary Club y durante toda la semana se celebraban distintas tonteras: para el día de la madre hacíamos unos falsos pergaminos de papel mojado en aceite, que quemábamos por los bordes y copiábamos un tonto poema -que era siempre el mismo- "hay una mujer que tiene algo de Dios...etc.etc.",

Mi santa madre se moría de la risa con esas ñoñerías, pero una vez gracias a sus macucas influencias (creo) me eligieron "mejor compañero" de mi curso, hasta donde yo recuerdo fue mi única participación destacada en toda mi vida escolar, siempre me lo sacaba en cara, diciendo "soy como el pelícano que se rompe el pecho para alimentar a sus hijos", lo que pasó a ser una de esas bromas familiares que se repiten una y otra vez y que igual nos hacen reir. En fin, mejor me voy a dormir, sweet dreams...