30 agosto 2008

Cuando sea grande


Ahora está de moda reclamar por el enriquecimiento ilícito de los políticos. Unos días atrás me escribía espantado una amigo desde Bolivia por la persecución que está haciendo Evo Morales a todos los que fueron ministros o funcionarios de gobiernos anteriores, la congelación de fondos y transferencias a lo coya, basados en que cualquiera que tenga plata y haya participado en un gobierno neoliberal es un ladrón y se le puede quitar todo más o menos por decreto.

A eso se llega cuando se suceden muchos casos de corrupción ligados a la política, después de un tiempo la gente se convence que ser político es sinónimo de ladrón y que el patrimonio de ellos es siempre producto del robo y coimas. En Chile muy pocos políticos pasarían una investigación de lavado de dinero como las que hace habitualmente el Servicio de Impuestos Internos, incluso sin muchas investigaciones las coimas y negociados se hacen evidentes, basta mirarles la casa.

Por más que un político trate de tapar sus huellas rara vez resiste la tentación de hacerse una buena casa y eso es evidente incluso en nuestra ciudad donde vemos a alcaldes o concejales -que ganan alrededor de mil dólares mensuales- que tienen casas y parcelas de cien mil dólares o más, las que difícilmente se podría haber costeado con sus ingresos declarados. Sería cuestión de ir al conservador de bienes raíces y hacerles un flujo de caja. Claro que allí empieza a aparecer que todos estos señores eran genios de las finanzas o consultores tan prestigiosos que recibían cientos de millones en contratos del Estado.

Pero no me voy a poner a moralizar porque yo soy un convencido que la mayoría de los que tienen la oportunidad de robar roban y los que no lo han hecho es solo porque no han tenido su momento. Pedro Aguirre Cerda fue uno de los fundadores de COPEC, que gracias a una generosa gestión de su enemigo político el ministro Ross se convirtió en el monopolio de la distribución de combustibles en Chile. Salvador Allende, el presidente del pueblo apareció con más de un millón de dólares cash en Inglaterra para comprar, mediante palo blanco, el diario Clarin a Volpone. El propio General Pinochet adquirió importantes inversiones en bienes raíces que difícilmente se explican con sus ingresos declarados. Nadie está como para tirar la primera piedra en estas cosas.

Leía en el blog de Jerry Pournelle (no se lo pierdan) que en los antiguos tiempos el presidente Taft tenía una vaca pastando en la Casa Blanca para proveerse de leche y que el multimillonario Andrew Carnegie inició un fondo, con su propia plata, para dar una pensión a las viudas de ex presidentes, que estaban en la miseria. En Chile me impresionó mucho leer la historia de la muerte de Arturo Alessandri Palma, sin un peso en el bolsillo, en su vieja casa de calle Maruri, porque se negó a recibir una pensión de gracia que le había sido otorgada.

Pero esto de los políticos pobres pasó de moda y ya nadie se asombra que no solo presidentes sino parlamentarios, ministros y hasta alcaldes o consejales terminan su carrera con el futuro económico asegurado, para si y las generaciones que vienen. Las fortunas personales de ex politicos ya no extrañan a nadie. En USA desde hace mucho tiempo se tomó la decisión de pagarles sueldos principescos en el entendido que eso les evitaría la tentación de robar, algo que se copió con entusiasmo en Chile (era que no). Sin embargo en ambos casos parece que el efecto fue simplemente subir el precio de las coimas, es cuestión de ver los patrimonios de la familia Clinton por mencionar solo un ejemplo de afuera y no meterme con los miles de ejemplos locales que tenemos.

En los viejos buenos tiempos la política estaba en manos de los millonarios, que la tomaban como una carga en la que empeñaban su energía y su fortuna para ayudar al rotaje. En Chile todo cambió en 1920, cuando Arturo Alessandri, un abogado hijo de inmigrante pobre tomó el poder y lo estuvo alternando con su archirival Carlos Ibañez, coronel de Ejército en una larga sucesión de golpes y contragolpes más o menos disimulados. Después llegaron los radicales y bueno, el resto es historia. Ahora vemos a los hijos del pueblo: Alinco, Navarro, Avila y tantos otros que encontraron su propia versión del sueño americano en Chile. O como el doctor Ruiz Esquide que ha sido parlamentario durante 34 años, ¡esa si que es vida!

Creo que fue un senador mexicano que dijo "un político pobre es un pobre político". Cuando yo sea grande quiero ser como ellos.

Me puse a buscar alguna imagen para esta entrada y me encuentro con una web dedicada a la antigua revista Topaze, que fue famosa desde los años 20 a los 60 por tomar la política a la chacota. Cuando terminó el Gobierno Militar en 1990 la revista volvió a salir pero no sobrevivió al gobierno de Aylwin, yo tengo casi todos los ejemplares de esos años ¿que pasó? simplemente que la gente dejó de ver la política como un asunto divertido, para la mayoría de nosotros es algo que no tiene ni la menor gracia.

Aquí debería terminar, pero tengo que agregar un par de líneas de Pournelle que me impresionaron mucho, no puedo dejar de citarlo:

Necesitamos al gobierno, necesitamos a un gobierno fuerte, pero fuerte en su esfera. Y el radio de esa esfera debe ser tan limitado como sea posible. No podemos abolir el poder, pero podemos distribuirlo entre entidades que compitan de manera que se produzcan libertados en los intesticios. Nosotros solíamos saber de estas cosas.

Notable.

2 comentarios:

  1. AMIGO ME HE TOMADO TU CERVZA PERO TE ESPERO TENGO 150 LITROS LLAMAME AL FONO 052-952639498 POR FAVOR INSISTE YA ME QUEDA 10 LI ..LLAMA
    VICTOR GOMEZ

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  2. El lunes ando por Tacna Victor, allí te llamo y nos ponemos de acuerdo para juntarnos

    ESA CERVEZA ME ESTA LLAMANDO jajaja!!!!

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"Send me a postcard, drop me a line
Stating point of view
Indicate precisely what you mean to say
Yours sincerely, wasting away
Give me your answer, fill in a form
Mine for evermore
Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four"