Somos un país de poetas, nuestros dos premios Nobel así lo confirman y pese a todo lo brutos y poco educados que podamos ser como país, el pueblo ama la poesía para bien o para mal. Nuestras guerras han estado rodeadas de poesía partiendo por La Araucana, cuyo tomo 2 tengo a mi lado:
Nosotros, aunque pocos, cuando vimos
que a espaldas vueltas iban ya marchando
de nuestro fuerte en gran tropel salimos
en la campaña un escuadrón formando
y a paso moderado los seguimos
de la victoria enteramente usando;
pero dimos la vuelta apresurada
temiendo alguna bárbara emboscada
El propio Ercilla se asombra en el prólogo "
pero todo lo merecen los araucanos, pues ha más de treinta años que sustentan su opinión, sin jamás habérseles caído las armas de las manos, no defendiendo grandes ciudades y riquezas, pues de su voluntad ellos mismos elñlos mismos han abrazado las casa y haciendas que tenían por no dejar que gozar al enemigo: mas solo defienden unos terrenos secos (aunque muchas veces humedecidos con nuestra sangre), y campos incultos y pedregosos". Peleaban por nada, por pura poesía aunque no tuvieran nada muy valioso que defender.
La historia de nuestras guerras ha estado llena de ejemplos similares donde la poesía se sobrepone a la razón, la Canción de Yungay escrita por Rengifo poetizaba la toma del Pan de Azucar
Cantemos la gloria
del triunfo marcial
que el pueblo chileno
obtuvo en YungayEn fin, la Guerra del Pacífico está llena de poesía, alguna bien afiebrada como lo que escribía el loco Vicuña Mackenna y otras cosas más nobles como la sencilla arenga de Prat el 21 de mayo:
"Muchachos, la contienda es desigual pero ánimo y valor. Esta bandera nunca se ha arriado ante el enemigo, mientras yo viva flameará en su lugar y si yo muero, mis oficiales sabrán cumplir con su deber"Sobria, con palabras claras y bien compuesta, sin despotricar contra el enemigo ni exagerar virtudes propias solo hablaba de cumplir con su deber. Hasta el capitán de barco resultó un buen poeta y casi todos los chilenos conocemos la arenga de memoria.
Si la poesía dió tan buenos resultados en la guerra movilizando a la gente, no es raro que los políticos usaran y abusaran de ella. Diego Portales, práctico por excelencia, también era muy descriptivo en sus metáforas y hablaba de
meter a Chile en un zapato. Otro presidente poeta fue Arturo Alessandri Palma que reclamaba contra la canalla dorada halagando a su querida chusma. Para que hablar de Allende, que sin ser un gran orador el día de su muerte se mandó uno de los más notables de nuestra historia, lamentablemente opacado en el recuerdo popular por sus muchos otros errores:
Trabajadores de mi Patria, tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.
¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores!
Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición.
¡Que discurso! cuando lo escuché en radio Magallanes en 1973 pensé que esas palabras iban a quedar con tanta fuerza en la historia como la arenga de Prat, pero la historia dijo otra cosa, hoy pocos le dan importancia y menos siguen sus ideales.
Durante el Gobierno Militar faltó poesía, el General Pinochet no tenía dicción ni menos voz, para peor muchas veces se equivocaba y le salían frases que eran un festín para sus opositores. Una de las cosas que más perjudicó a su gobierno fue esa falta de poesía.
Por eso para la campaña del NO, durante el plebiscito de 1988 los partidos políticos opositores explotaron en poesía y crearon el famoso slogan "Chile, la alegría ya viene". Cuando se supieron los resultados del plebiscito hubo una explosión de esperanzas y expectativas muy parecidas a lo que pasó al día siguiente de la elección de Obama. Los triunfos de los poetas son siempre emocionantes, y sobre todo emocionales.
Pasaron los años y los poetas terminaron ladrones, descarados y pésimos administradores. Así pasa siempre, para hablar lindo hay que ser medio hipócrita tal como esos seductores que se engrupen a todas las minas, ellas saben que es un mentiroso pero igual lo quieren. Yo creo que por eso la gente ha votado todos estos años por la concertación, no hay nada más difícil que reconocer que los lindos ideales en que alguna vez creímos eran pura manipulación y mentiras. Aunque lo sepamos, igual nos aferramos a ellos y aunque sepan que son unos ladrones la gente sigue votando por ellos, con tal de mantener sus ideales, le llaman consecuencia y es como un castigo divino.
Pero yo creo que ya no más, es tiempo de la buena gestión, cosa que estamos pidiendo a gritos. Con buena gestión se hubiese mantenido el crecimiento de los 80, cuando crecimos contra ciclo, mientras el resto del mundo andaba mal. En los 90-2000s cuando la economía del mundo estuvo espectacularmente favorable para Chile dejamos de crecer gracias a la poesía. Nos farreamos nuestra única posibilidad en manos de los que hablan lindo.
La gente y la opinión pública por lo general es bastante idiota, eso se demuestra en muchas cosas como la temática de los programas más exitosos de la tele, los diarios más populares, las cartas al director en los diarios, los "argumentos" de los foros en Internet y sobre todo la calidad de los representantes que eligen. Un país que tiene a Girardi en el parlamento no puede jactarse de mucha inteligencia que digamos. Por eso yo soy bien contrario a la participación popular, muchas manos matan la guagua y mientras menos gente participe en las decisiones importantes creo que es mucho mejor.
Pero creo que seguir eligiendo a la concertación para que administre el país iría mucho más allá de la simple estupidez, andaría bordeando una enfermedad en vista de lo que ha pasado todos estos años desde que llegó la alegría. Creo que llegó el momento de la gestión y mejorar la administración, y mucha más gente piensa así ahora después del fiasco que resulto nuestra primera presidenta mujer, en un acto poético casi perfecto.
Piñera, que no me convence para nada, tiene arrastre en las encuestas porque la chusma lo percibe como un buen gerente y eso es lo que necesitamos ahora, los malditos poetas que se vayan para la casa, no solo administraron mal sino que nos engañaron y se corrompieron completamente, fuera poetas, bienvenidos los gerentes.