14 septiembre 2009

Que la vida es corta


Existe un programa político que todavía es el más popular de la televisión chilena, se llama Tolerancia Cero y tiene cuatro panelistas de los cuales dos y medio son del gobierno y uno y medio de la oposición. Solía ser entretenido, pero han cambiado a los panelistas y ya queda uno solo de los originales -el medio- que no tiene alguna militancia bien identificable, se llama Fernando Villegas. El origen del programa fue otro antiguo, bueno y de muy poco rating que se llamaba Domicilio Conocido, o algo por el estilo, con Ricardo Israel, Carolina Rossetti y Fernando Villegas.

Han pasado los años y se nota en Villegas, que fue un entrevistador original en sus buenos tiempos, pero después de 15 años de sobreexposición ya no tiene mucho que decir. Antes que abra la boca todos sabemos más o menos palabra por palabra lo que va a opinar, la cara, los modismos, todo le sale insoportablemente repetido. Se parece a la pintora Carmen Aldunate que durante toda su vida pintó cientos o miles de cuadros casi idénticos. Simpático pero aburrido.

A Fernando Paulsen no se le entiende nada, su capacidad de expresión oral es balbuceante y no me explico como le pagan por hablar en cámara, representa los intereses del gobierno junto con Matías del Río quien parece más joven y articulado, el más seco de los tres a mi modo de ver, aunque no es mucho ser tuerto en un grupo de ciegos. Juan Eicholltz, el de oposición, es el más debil de los tres, acartonado y muy limitado en sus ideas, ni la sombra de Sergio Melnick que tenía originalmente su lugar. Al final se convirtió en un club de notables, viejas glorias y apitutados que no tienen mucho que decir y tratan de aparecer imparciales porque eso es lo que vende ahora, hace tiemo que dejó de preocuparme cuando me pierdo un programa, como pasaba antes. La decadencia, como todas las demás cosas.

Leía en el blog de Devta, una idea interesante de la vida como un proceso de intercambio de energía, nacemos, dice, como una conciencia dotada de un paquete de energía que vamos intercambiando hasta que llega el momento que se acaba y entonces chao, estiramos el pié. Así es la cosa, sería interesante hacer una especie de balance termodinámico pasando todas las formas de energía a alguna unidad estandar, por ejemplo a calorías ¿cuantas calorías le corresponderían a mil pesos? no sería tan fácil como calcular las calorías de un beso o de una discusión, pero podría haber una equivalencia. Uno de los principales enredos de la economía es la no estandarización de las unidades monetarias. Cuando llegará el día en que los gobiernos dejen de soñar con hacer pequeñas cuchufletas y solo circule el dólar norteamericano o algún equivalente por todo el mundo. Eso simplificaría bastante las cosas.

Mi paisano le rebatiría que todos los intercambios de energía durante la vida son solo ilusión, yo tiendo a estar de acuerdo y creo que al final lo único real es el estiramiento de la pata, la vieja de la guadaña, la muerte. El mundo va a su aniquilación ¿y que tanto? en algún momento la vida tiene que desaparecer eso es seguro, no conozco nada más inestable que algo vivo, la muerte en cambio es inevitable y muy estable. Bah, el único inestable aquí soy yo, que cada día redacto de manera más incoherente.

¡Disfrutemos que la vida es corta y una sola! dicen los libertinos, probablemente tienen razón, yo no le veo ningún objeto a sacrificarse para llevar una vida más perfecta, es como esa gente que trabaja duro toda su vida para no tener que trabajar cuando viejos, llegan a viejos y se mueren ¿existe algo más absurdo que eso? trabajar para no tener que trabajar, absurdo. Pero en fin, cada cual juega su naipe como mejor le acomoda, mientras esté medianamente contento, cual es el problema. Hasta mañana.

15 comentarios:

  1. Eso de trabajar para no tener que trabajar es muy "gringo"... tampoco lo entiendo muy bien porque he conocido muchos colegas que se murieron el mismo dia que se jubilaron, a los pocos dias o al año. [El empleado promedio en la empresa para la que trabajo tiene 20 años de permanencia.] Nunca olvidare el rostro azul de un colega muy querido, 60 años, que tuvo un ataque al corazon en la oficina a pocas semanas de jubilarse. Que terrible encontre eso de morirse en la oficina! Yo estaba en una terraza del segundo piso y por casualidad mire hacia el lobby del primero piso y lo vi en una camilla, azul, con los ojos cerrados, se lo llevaban a la Posta pero ya habia muerto... Yo pienso que vivir y estar sanos es un milagro, porque las posibilidades de estar mal son muchas mas que estar bien.

    ResponderBorrar
  2. Sin duda, la mayoría de las cosas que consideramos "normales" son bien excepcionales y la probabilidad de estar vivos no es muy alta que digamos, para que decir vivos y sanos. Así es que mientras pasamos por este "valle de lágrimas" que mejor que tratar de pasar lo más contentos posibles, mientras nos dure la suerte!!!

    ResponderBorrar
  3. Es la Entropía, nos morimos para que se cumpla el Segundo Principio de la Termodinámica. Todo sistema tiende al desorden, ergo, en algún momento la estructura colpsa. Por la misma razón la Naturaleza eligió producir réplicas en vez de intentar eternizar las cosas y la producción de réplicas, tras los aburridos primeros eones de clonación unicelular, llevó a la invención del sexo. No todo es tan malo.

    ResponderBorrar
  4. ... y los que se mueren en el trabajo es porque odian la idea de pasar el resto de la vida encerrado en casa con su mujer !
    Los que cambian por una veinte años más joven no se mueren en la oficina. Se mueren del corazón en un motel, pero más felices.

    ResponderBorrar
  5. jaja me acordé de la historia del tipo millonario ese que no se quería jubilar "para no tener que soportar a su mujer todo el día" jaja, chsite perfectamente machista, yo como buen feminista lo resolvería mandando a trabajar a mi señora.

    Ah y esos que mueren en el motel con un envidiable color azul ¡esa si que es muerte!!

    ResponderBorrar
  6. "mandando a trabajar a mi senhora..."? y eso que eres feminista!? lol!!

    ResponderBorrar
  7. ¡Por supuesto! eso es feminismo puro, los "male pig chauvinist" se acomplejan cuando su muejer trabaja y ellos no, afortunadamente yo soy MUY "open minded" :D

    ResponderBorrar
  8. ... si! esa parte la entiendo, pero me causo risa que digas que eres feminista y al mismo tiempo creas que puedes 'mandar' o darle ordenes a tu 'subalterna' lol!!

    ResponderBorrar
  9. Ah, es que mi superioridad moral me lo permite, recuerda que yo soy "el marido perfecto"

    ResponderBorrar
  10. jajajajaja...
    veamos que dice Pilar :-)

    ResponderBorrar
  11. En mi opinion el dinero no se gana trabajando (perdon por la palabrota), sino logrando que otros trabajen para uno...Y si trabajan toda su vida, me parece muy encomiable y digno de ser imitado por otros.

    ResponderBorrar
  12. Sabias palabras Maese Wilson, desde este momento no hablo más en contra del trabajo. El trabajo es noble, excepto si lo hago yo, en ese caso es asqueroso e inmoral. Que viva el trabajo, pero el de los demás en mi porvecho

    ResponderBorrar
  13. Que linda ecuación!
    Mi Idea + Trabajo de terceros = Riqueza

    ResponderBorrar
  14. El arte de trabajar no tiene nada que ver con el de enriquecerse. El que ha aprendido a trabajar ha aprendido a ser eternamente pobre. Para ser rico hay que aprender a explotar a los que trabajan; para ser millonario hay que saber engañar a los explotadores.

    Angel Ganivet

    ResponderBorrar
  15. MEIN GOT!

    ¡Como se derrama la sabiduría en este Blog!

    ResponderBorrar

"Send me a postcard, drop me a line
Stating point of view
Indicate precisely what you mean to say
Yours sincerely, wasting away
Give me your answer, fill in a form
Mine for evermore
Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four"