Nada de eso, uno no duerme y no pasa nada, en algún momento le llega el sueño solito. Cuando fui a la amazonia pasé exactamente tres días sin dormir: no tengo la suerte de esos que se quedan dormidos en cualquier parte, dormir en un bus o en un avión es completamente imposible para mí. No dormí tres días y no me pasó nada, aparte que al tercer día caí como tronco. El sueño más exquisito viene después que uno ha pasado mucho tiempo sin dormir, es mejor que la pastilla más potente, esa vez me fui a acostar muerto de sueño y empezó una de esas tormentas tropicales con una bulla de diablos y agua cayendo a baldes, salí a mirar un momento, volví a la cama y no me acuerdo más hasta el otro día.
El insomnio viene por la preocupación cuando uno piensa que no dormir le va a hacer mal, es un asunto de realimentación donde uno trata de dormir y por eso no se duerme, en el momento que deja de tratar y por el contrario, se queda despierto sin remordimientos, el problema estará solucionado. A veces -cuando algo me preocupa- yo no duermo y me quedo toda la noche pensando y especulando que podría pasar en la situación A, B o C, pero como no trato de dormir en su debido momento todo vuelve a la normalidad, aunque pase una noche sin dormir ya no tengo insomnio. La solución para el insomnio es simple: no trate de dormir y algún día se va a quedar dormido igual.
Que curioso es el mundo de los sueños, conozco gente que sueña todas las noches historias largas y más o menos descabelladas. No es mi caso porque yo rara vez recuerdo haber soñado algo y los sueños casi nunca tienen una historia, mi mundo onírico es sumamente aburrido. De lo poco que me acuerdo los viajes son los más comunes: paso horas y horas viajando en un bus sin que pase nada interesante, ni siquiera recuerdo que el paisaje tenga algo de particular. A veces tengo una pesadilla que -con variantes- se repite siempre, estoy en un lugar donde no conozco a nadie, empieza a oscurecer y yo empiezo a preocuparme, entonces despierto. Ni siquiera mis pesadillas son entretenidas.
Algo curioso es que dos noches atrás volví a tener la pesadilla del examen, que no tenía desde hace años, pero esta vez no me preocupaba por el examen que tenía que dar sino que estuve durante horas -o al menos eso me pareció- haciendo una prueba de física. No era nada difícil pero tenía mucha álgebra y eso complica las cosas, estuve horas soñando que agrupaba términos semejantes, reconocía productos notables y despejaba, no fue pesadilla porque recuerdo que desperté cuando terminé la prueba y no estaba muy preocupado. Debe ser donde estoy preocupado por mis amigos que les fue medio mal en el examen de finanzas, hace tiempo que le estoy dando vuelta a eso hasta que se me apareció en un sueño. Como decía Segismundo:
Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe
¡Que bueno es el Soliloquio de Segismundo! pensar que conocemos tan poco de la literatura del Siglo de Oro español gracias a los ignorantes profesores que nos enseñaron a aborrecerlos. Pero la verdad es que Shakespeare escribió cosas insuperables sobre lo mismo, en La Tempestad escribió "Somos del mismo material del que se tejen los sueños, nuestra pequeña vida está rodeada de ellos", la idea de que la vida es un sueño ha nutrido a los poetas durante siglos. También Shakespeare identificaba el sufrimiento con el insomnio, en Ricardo III aparece esta ingeniosa maldición "Que el insomnio habite la alcoba donde reposas" y el pobre Rey Enrique IV, agobiado por los problemas se lamenta:
¿Por qué, sueño, tú en casuchas ahumadas te acuestas
y sobre incómodos jergones te tiendes,
por el zumbido de las moscas nocturnas sosegado tu reposo,
en vez de las grandes alcobas perfumadas,
bajo doseles de lujo,
y por el sonido de la más dulce melodía arrullado?
Un tema recurrente de Shakespeare es que los poderosos no pueden dormir mientras que los que no tienen nada duermen como lirones sin tener preocupaciones. En fin señores hace rato que estoy divagando pero es cierto: el que nada tiene nada teme. Más mejor me voy a dormir, hasta mañana.