08 julio 2011

A ver como me sale...

Me invitaron a escribir un artículo en inglés sobre la educación en Chile, bueno, supongo que primero tengo que hacerlo en español, aquí voy:

En el año 1981 se produjeron en Chile reformas estructurales al sistema educativo orientadas a la descentralización, mayor competencia, eficiencia del gasto y fin a barreras de entrada en todos sus niveles. Los profesores dejaron de ser empleados públicos del Ministerio de Educación. Se crearon servicios municipales para educación primaria y secundaria, que debían competir con establecimientos privados recibiendo una misma subvención del gobierno por cada alumno atendido. También se abrió la posibilidad de crear nuevas universidades privadas con pocos requisitos y las universidades estatales debieron competir bajo condiciones de auto financiamiento.

El sistema entregó resultados interesantes aunque insuficientes, pues buena parte del diseño solo cumplió a medias los requisitos de eficiencia que se esperaba lograr. El mayor fracaso fue la educación municipalizada, pues las municipalidades han sido crónicamente ineficientes en manejar escuelas y liceos, cada año van perdiendo matrícula pues los apoderados prefieren las particulares subvencionadas para sus hijos que también son gratuitas. Cuando se ve una escuela ruinosa, con los vidrios rotos, sucia y en huelga lo más probable es que sea administrada por alguna municipalidad.

Pero la reforma también trajo grandes ventajas sobre el antiguo sistema centralizado en el ministerio de educación. En 1981 existían 8 universidades en Chile y solo 2 de cada 10 egresados de la educación media podían ingresar a la universidad, hoy existen 179 instituciones de educación superior: 59 universidades, 43 institutos profesionales y 77 centros de formación técnica y 5 de cada 10 egresados de educación media hoy entran a alguna universidad. El antiguo sueño de "universidad para todos" que era la consigna revolucionaria en 1967 se cumplió de la manera más inesperada: privatizando.

Después de los militares, durante los 18 años de gobiernos de centro izquierda que hubo en Chile nunca se intentó cambiar las reformas introducidas en 1981, por el contrario, se reforzó el sistema de subvenciones y, aunque se cerró la puerta para la creación de nuevas universidades privadas, se mantuvo la tendencia a que las universidades estatales se auto financiaran compitiendo en iguales condiciones con las privadas.

Según recuerdo, desde la vuelta a la democracia en 1990 cada año ha habido en Chile dos grandes huelgas: la de los empleados públicos y la de los estudiantes, es algo tan predecible como la lluvia en invierno, nunca falla, igual que las lluvias a veces son más fuertes y otras veces más débiles pero es rarísimo que pase un año sin esas dos huelgas. Detrás de las huelgas de estudiantes siempre está la exigencia de volver a estatizar la educación, que es el interés corporativo de los profesores, que quieren volver a ser funcionarios públicos y además eliminar la competencia de la educación privada que se los está comiendo. Los alumnos son solo el instrumento, siempre estarán dispuestos a hacer huelgas por cualquier motivo con tal de no ir a clases, además la huelga de cada año ya es una tradición bien establecida.

El éxito de cobertura de la educación básica 99,7& y de educación media 87,7% han tenido el efecto paradójico que completar la educación media ya no tiene valor para encontrar trabajo, varios estudios han mostrado que existe muy poca ventaja entre tener licencia de educación media y no tenerla. A futuro, a medida que se siga masificando la educación universitaria es probable que los títulos profesionales también comiencen a perder su valor.

El problema es cuando comenzó a imponerse la teoría que si la educación era una herramienta para mejorar los ingresos, al masificarla se podría lograr una mayor igualdad social. Esta conexión de educación con igualitarismo llevó a bajar los niveles de exigencia y hoy tener un título profesional ya no distingue a alguien por su expertise tal como ser egresado de educación media no califica para nada. La educación como herramienta igualadora tiene una contradicción pues no toma en cuenta que la gente se educa para diferenciarse de los demás, no para igualarse.

Hoy en Chile casi todos nuestros jóvenes han completado la educación media y para ganarse la vida eso no les sirve para nada, casi la mitad de ellos ingresa a la universidad y como las exigencias son relativamente bajas muchos salen con títulos, pero sin las capacidades especiales que necesitan para ganarse la vida. Además tuvieron que pagar o endeudarse por una educación bastante cara por culpa del derroche en las universidades estatales o la carrera por el prestigio de las privadas. Finalmente han obtenido un título que no los diferencia porque todo el mundo tiene uno, incluso los más tontos. Si sumamos a eso los intereses corporativos de los profesores que sueñan con volver a ser funcionarios públicos y no tener que competir con privados más eficientes tendremos la explicación de por qué cada año, con la misma regularidad que las lluvias, tenemos una huelga de estudiantes y profesores.

Listo, ahora tengo que traducirlo, aquí viene el problema porque no es lo mismo traducir una carta que un artículo que trata de ser convincente, pero en fin, le voy a hacer empeño. Con probar nada se pierde. Hasta mañana.

2 comentarios:

  1. Yo (yo, no tu) le agregaría que para que muchos entraran a eso que llaman "Universidad", para que se masificara el ingreso, el concpeto mismo de Universidad tuvo que chacrearse, y ahora son universitarias cosas que debieran ser técnicas y de mera capacitación operativa.

    Suerte con tu "peiper" longhi, Cha!!!

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  2. Claro, la definición de que es y que no es "universitario" viene desde la propia reforma de los 80s, cuando se creó un listado de "carreras exclusivamente universitarias" que después no las respetó nadie.

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"Send me a postcard, drop me a line
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Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four"