15 enero 2012

Patrimonio a la chatarra


Hace mucho tiempo, en los ochentas, con la Pilar acostumbrábamos a tomar el auto para ir al sur de vacaciones. Eran viajes largos -miles de kilómetros por carretera- y bastante peligrosos por lo que recuerdo, nos íbamos sin tomar las más mínimas precauciones y gran parte del camino manejaba semi dormido y con el acelerador a fondo, en fin, locuras que no volvería a hacer ni muerto.

Como no revisaba nada y confiaba en mis supuestas habilidades de mecánico pensando que nunca me iba a quedar botado, no era raro que en la mitad del desierto nos quedáramos con el auto echando humo, o -como pasó una vez- con partes del carburador (que había armado mal) regadas por todo el camino. Creo que el Colt es el único auto que andaba por la pampa con la mitad del carburador desarmado, echando bencina directamente con un bidon cada 500 metros.

Pero ya me estoy alejando de lo que quería contar, volvamos al tema. La cosa es que en uno de esos viajes, como a las 3 de la madrugada y a unos 80 km de Pedro de Valdivia (o María Elena, no recuerdo bien) el auto se murió completamente y no hubo manera de echarlo a andar.

La oscuridad era absoluta y cuando me bajé a ver que pasaba escuché conversaciones, risas y carreras en mitad de la nada. Seguramente era pura imaginación porque yo soy bien gallina y le tengo miedo a la oscuridad, la cosa es que me metí al auto sin comentarios y no volví a salir hasta que pasó el camión de correos, que nos llevó hasta la estación de servicio que funcionaba en una salitrera, ya abandonada.

El dueño de la estación de servicio era el único que vivía allí así es que nos amanecimos conversando y tomando café, al otro día la Pilar tomó un bus para Arica y yo me quedé viendo como iba a llegar con el auto a Arica, unos 500 kilometros para el norte.

La cosa es que me quedé un par de días en el pueblo fantasma y pude recorrerlo con calma y ver las increíbles máquinas de vapor, típicas de la revolución industrial de la casa de máquinas, así como los camiones que pasaban todo el día a robarse el fierro y la madera de pino oregon con que estaban hechas las casas. Igual que los buitres van despedazando un cadaver hasta dejar los puros huesos.

Yo pensaba lo increíble que habría sido poder conservar esas cápsulas del tiempo de la revolución industrial. Hay en el mundo gente fanática de esa época y gracias al desierto muchos de estos pueblos fantasmas habían quedado intactos, hasta que empezó la fiebre de la chatarra de fierro para la minería del cobre -para hacer la cementación- y empezó el proceso de depredación.

Ian Thomson me cuenta uno de los episodios más tristes de este proceso en un mail de hoy. El, desde el año 2005 viene haciendo gestiones para tratar de proteger lo que queda del Ferrocarril de Tacora, el más alto del mundo atendiendo una actividad económica, a 4980 metros sobre el nivel del mar. Ian me cuenta que ayer se llevaron las dos locomotoras a vapor que se guardaban en Villa Industrial con lo que se asesta otro golpe a la depredación de nuestros sitios de valor histórico.

Ni al Consejo de Monumentos Nacionales, ni menos al Servicio Nacional de Turismo se les ocurrió que en lugar de gastar millones de dólares en estupideces sin ningún destino, o regalar costosos viajes "promocionales" para amigos y autoridades, bastaría con aplicar la Ley de Monumentos Nacionales e invertir lo mínimo para agregar un atractivo a nuestra oferta, justamente en el área donde están todas nuestras ventajas competitivas.

No culpo al propietario de las instalaciones, el invirtió su plata y le quiere sacar legítimo provecho, pero la miopía de las autoridades que en estos días están discutiendo si dan 600 millones de pesos adicionales para salvar el mega-fiasco del parque acuático, son una muestra de la indolencia y la incapacidad que hay en todos los niveles de nuestra administración pública. Yo pensé que iba a ser el gobierno de los mejores, que fiasco más grande.

Ah, para no hacerme mala sangre, los dejo con esta foto que me envió Ian de la locomotora Cochrane en la estación de St. Pancras en Londres el año 1962 ¡esos eran trenes! nada que ver con los afeminados trenes bala que hoy tanto presumen los chinos y franchutes (clic en la imagen para verla a tamaño completo)


8 comentarios:

  1. ¿rias y comentarios en mitad de la noche y el descampado? ah. Me reiría si no fuera que una vez viví por meses en una habitación de una antigua mansión, ya venida a menos, y me pasaron tres o cuatro incidentes por el estilo.

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  2. Yo juro que los escuché en la mitad del desierto Ulschmidt, después con los años lo atribuyo almiedo y la sensación de estar en la mitad de nada en una noche muy negra, pero en el momento me parecieron absoolutamente reales y me asusté como si hubiera visto al diablo.

    O sea ya somos dos que podemos decir "no creo en brujos Garay, pero de haberlos los hay" ;D

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  3. Bueno, le expreso mi anécdota: una noche, en esa habitación, algo respiró junto a mí. Era un tipo jadeando. Prendí la luz, busqué - pensé en bromas de mis amigos porque éramos varios técnicos alojados en una misma vieja casona de la companía - Nada. Apagaba y volvía. Le tiré varias trompadas en la oscuridad, cambiaba de lugar para dormir, nada.
    En la mañana siguiente noté que el tanque de agua del baño tenía un burbujeo. Me dije que ese goteo de recarga, amplificado por mi temor, fue el ruído que me persiguió toda la noche (lo conté así... pero jamás lo creí en el fondo de mi mente)
    En esa misma habitación cuando mi novia venía a visitarme escuchaba cosas. Una noche hablábamos del asunto y sentimos un ruído tras el ropero. Busqué y una vieja foto se había caído al piso. Mostraba en blanco y negro varios tipos de la década del diez o del veinte en pose. La foto habría estado apretada o apoyada entre el ropero y la pared unas cuantas décadas hasta que cayó al suelo y la juntamos nosotros. Bueno, nos fuímos de ahí y como Ud. dice desarrollamos un montón de racionalizaciones para explicar cada anécdota extraño.
    Pero que las hay las hay.

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  4. ¡Diablos! eso si que fue truculento. En todo caso no creo que sean muertos, mi mamá era muy bromista y siempre me amenazaba que después de muerta me iba a venir a penar, estoy 100% seguro que de haber podido no habría desaprovechado la oportunidad.

    Otro amigo, que se murió de cirrosis y lo ví la misma noche pocas horas antes que se muriera, la cosa es que estuvimos bromeando y me dijo "oye, tu hai sido buen amigo, así es que cuando me muera no te voy a ir a penar" Dicho y hecho, nunca apareció.

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  5. A mi también se me aparece un fantasma regularmente. Cuando la lola de turno está fome en su desempeño en el ring me acuerdo de la xxxx y logro sacar la pega. Pero de pronto despierto y veo la realidad y el terror me paraliza. Pero de alguna manera logro salir salgo corriendo.

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  6. Es un fantasma que se le ha aparecido a varios... por lo que me han contado

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  7. Renato Aguirre Bianchi16 enero, 2012 14:51

    Tomas:

    El verano del 2009 recorrí el tramo altiplánico de FALP y lo relato, con fotos interesantes para nuestra historia ferrocarrilera, en http://www.aricaacaballo.cl/ebook/arica_territorio_andino/arica_territorio_00030e.htm.

    Será interesante volver a recorrerlo y documentarlo cuando esté funcionando el FALP.

    Ese URL tiene 2 páginas y en la segunda hay una breve historia del ferrocarril azufrero, basada en la información del Sr. Ian Thompson.

    En la primera página hay fotografías de las 2 locomotoras de Villa Industrial. No puedo creer que se las hayan llevado a no sé dónde el ¿13? de enero. Y te pido un favor: me encantaría saber a dónde las mandaron o a quién se las vendieron para actualizar el texto "reclamón" de mi e-book. ¿Tienes el dato?. En caso negativo molestaré al Sr. Thompson vía su estupendo website www.amigosdeltren.cl para confirmar el triste evento y solicitarle detalles. Es que me parece un disparate que hay que divulgar por todas las vías posibles: no puede pasar desapercibido...

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  8. ¡Que excelentes páginas, no las había leído! la web de "amigos del tren" me parece que no es de Ian, aunque seguramente ha colaborado allí, creo que el pertenece a la Asociación Chilena de Conservación del Patrimonio Ferroviario http://www.accpf.cl/

    No tengo idea que irán a hacer con las locomotoras pero seguramente Ian Thomson le van a llegar datos, le avisaré para que vea la estupenda página con las fotos de "Arica a Caballo" y le enviaré su mail por dm

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"Send me a postcard, drop me a line
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