22 julio 2012

Tiempos aquellos

Cuando conocí a la Pilar ellos vivían en la calle Patricio Lynch casi al llegar a Maipú, en pleno centro de Arica, en una casa del casco viejo con un almacén en el frente. Su abuela había sigo comerciante y durante muchos años traía mercaderías desde Tacna: leche Gloria; chocolates Sublime; panetón Donofrio y tantas otras cosas que convenía pasar gracias a la diferencia de cambio en esos años.

Hasta 1960, más o menos, la frontera entre Chile y Perú por el límite de la Concordia estaba prácticamente abierta y la gente pasaba de un país a otro sin ningún control, recién a comienzos de los ochentas, cuando empezaron los vientos de guerra con Perú la frontera fue minada y la gente tuvo que pasar obligadamente por el control fronterizo de Chacalluta.

Yo alcancé a conocer cuando los controles fronterizos estaban separados casi 30 kilometros por una supuesta "tierra de nadie" que no era controlada por policía de ninguno de los dos países. Luego se corrió el control fronterizo peruano a unos 2 Km de la línea fronteriza y varios años después se construyó en nuevo control fronterizo chileno, también muy cerca de la frontera. Hoy ambos controles están a la vista con lo que desapareció la tierra de nadie.

Durante los años ochenta hubo un crecimiento explosivo de contrabando desde y hacia el Perú. El primer gobierno de Alan García era proteccionista y recién se había creado la ZOFRI, la primera Zona Franca de gran tamaño y con arancel cero de América del Sur: era la combinación perfecta y durante algunos años la economía en Arica y Tacna vivió los años dorados del contrabando.

Yo pasé contrabando en los ochentas, junto con mis compañeros de la universidad y después que me echaron de la Casio estuve a cargo de una oficina que se dedicaba a contrabandear a gran escala, tanto así que me asusté y al final salí arrancando por lo truculento que era el negocio. En esos años nadie veía al contrabando como un verdadero delito y me hice amigo de aduaneros y policías peruanos porque pasaba todos los días.

Pero todo eso ya lo he contado otras veces, es historia repetida, lo único que quería decir es como extraño esos tiempos en que no había tanto puritanismo hipócrita como hoy, cuando se circulaba libremente por todas partes incluso entre distintos países, uno podía tomarse un par de tragos y manejar sin que nadie se escandalizara -a menos que anduviese loqueando- y tantas otras cosas que hoy se consideran inmorales por culpa de varias décadas de fariseismo en la opinión pública.

Todavía quedan algunos espacios de libertad, cada vez menos eso si. En el Tripartito, el punto donde convergen las fronteras de Chile, Perú y Bolivia, se produce una feria donde pasa libremente la gente y mercaderías entre los tres países. Alli se van al diablo los antipáticos servicios de aduanas, o los que son peores, del Servicio Agrícola y Ganadero, no existe nada más desagradable que esos policías de mentirita, muchos de esos tipos tienen el complejo de policía que hace tan desagradable la entrada a Chile por cualquiera de sus fronteras.

La frontera con Bolivia es completamente abierta e imposible de controlar, el llamado Plan Frontera Norte es un chiste en cuanto al control de paso, como lo sabe cualquiera que conozca la geografía del lugar. Los bolivianos no emigran en masa a diferencia de los peruanos, en Bolivia están muy a gusto por mal que se encuentre la economía, especialmente la gente de la sierra que son muy frugales y funcionan bien con la anarquía que hay casi siempre en su país.

Siempre me han fascinado las fronteras, las condiciones de borde son lo más interesante no solo en geografía sino en casi todas las cosas. En matemáticas o física el concepto de frontera es fundamental: un lugar donde se pierde la continuidad y el estado cambia violentamente. Cuando hacemos un dibujo a lápiz lo que en realidad estamos dibujando son las fronteras de las formas, lo que las distingue del fondo. Cuando uno se muere o tiene un problema gravísimo simplemente entra en una condición de frontera, donde se enfrenta a un gran cambio. No lo sabré yo.

Vivir en una frontera, sobre todo en una tan cercana como es la de Arica y Tacna, es un gran privilegio y cada vez que cruzo la línea de la Concordia me entusiasmo, a pesar que lo he hecho cientos, tal vez miles de veces. Lástima que ya no pase contrabando, eso si que era emocionante.

4 comentarios:

  1. Un teorema - pero creo que uno que no pudo demostrarse _ dice que 5 colores es el máximo necesario para dibujar un mapa sin que dos distritos fronterizos queden con el mismo color. Para ponerlo a prueba hay que tener más de 4 distritos limítrofes, lo que no es muy común. Por otra parte no hay puntos fronterizos más que tripartitos (bueno, el Polo Sur, que es donde confluyen las porciones de la pizza soberana) por lo que primariamente bastaría tres colores allí. Las Triples Fronteras son la confluencia de un gran límite natural que separa a uno de dos naciones y de la resolución de un conflicto político(militar) entre las otras dos. La confluencia de tres líneas rectas, en cambio, son dos conflictos políticos resueltos conjuntamente - quizás sólo para inventar fronteras que la geografía no ayuda a trazar. Todo esto se llama Geometría Política, una rama de las matemáticas que acabo de inventar. ULSCHMIDT

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  2. Claro, si hubiese un país con más de cuatro fronteras el teorema se va a la diablo jaja. La Geometría Política ¡una ciencia impura!

    A mi siempre me emociona pasar una frontera, es un sentimiento como de niño chico tener un pie en un país y uno en el otro: "estoy en Chile, ahora en Perú, ahora en Chile... etc."

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  3. Recuerdo una feria en Colchane. Frontera con Bolivia.
    En un 'puesto' tenían la carne sobre un papel en el suelo, así no más, una pierna de llama entera y otros cuartos.
    Y como siempre, un viento que levantaba ese polvo molesto que se pegaba en los ojos.
    No se veía muy sabrosa a nuestros ojos, pero el comerciante tenia su clientela, segura.

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  4. A mi lo que me encanta de esa feria es que no hay SAG, aduaneros, SEREMI de salud ni ninguno de esos charlatanes y los carabineros no se hacen problema porque la gente pasa libremente de un lado a otro de la frontera. Un ejemplo de la libertad que hemos ido perdiendo con los años.

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"Send me a postcard, drop me a line
Stating point of view
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Give me your answer, fill in a form
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Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four"