Día de cine

Ayer estuvimos con Tomás Jr. en Campo de la Alianza de Tacna, donde se peleó una de las batallas más sangrientas de la Guerra del Pacífico. Creo que les he contado que siempre le he tenido miedo a los caballos, me acerco a uno y se pone nervioso, aquí el comandante Cáceres me está tratando de convencer que toque a su caballo cosa que a mi no me hace la menor gracia. Cuando la película salga a público publicaré las fotos que saqué detrás de las cámaras, por ahora solo publicaré esta.

Existe un interesante libro con los partes de guerra que detallan el despliegue de las fuerzas y las bajas así como los relatos de los comandantes después de las batallas. Claro que no pueden considerarse documentos de "verdad histórica" ni mucho menos, están llenos de justificaciones y engaños para tapar los errores propios y echarle la culpa a los otros, pero al menos son relatos de los que participaron directamente en las acciones.

Estuvimos todo el día con Tomás Jr. en la pampa de Alto Alianza, donde existen unas plantas extrañísimas que les llaman "siempre vivas" que no están pegadas al suelo y prácticamente no tienen raíces, se alimentan del agua y polvo de la camanchaca. Son las plantas más extraordinarias que he visto.

Nos quemamos como camarones y es probable que en un par de días se me empiece a despellejar la cara. habían casi 500 extras, todos soldados y soldadas del Ejército en Tacna, más el reparto de actores y técnicos que eran unos 15 o 20 adicionales. También estaban los militares encargados de la logística en 4 o 5 camiones y unos 20 o 30 jinetes a caballo. Un despliegue enorme y como dije antes, una pesadilla logística. Dos caballos se escaparon por la pampa, decían los militares que conocen el camino de vuelta y llegan solos al cuartel, a varios kilómetros de distancia.

Las filmaciones y el manejo de las masas de personas fueron algo que no había visto nunca antes, que gran espectáculo. Sin embargo en la inmensidad de la pampa no se veían tantos, me imagino que incluso con los casi 20.000 combatientes que participaron se deben haber visto pocos en un anfiteatro tan grande y abierto. En la foto el director concentradísimo revisando la última toma a bordo del carro donde la hicieron, es un trabajo agotador pero igual lo envidio, increíble experiencia. El elenco fueron todos cordiales y muy simpáticos, nota aparte para el locutor, cantante y publicista Pepe Sarmiento que hace el papel del coronel Pedro Lagos, todos un siete. 

Esa guerra está repleta de mitos y leyendas tanto de los historiadores antiguos como de los siuticos modernos, esos colijuntos que se hacen llamar "historiógrafos". En Chile han sido dos modas: una repleta de patriotismo que hablaba del valer militar superior de los chilenos, que es una explicación racista bien desagradable y a mi modo de ver falsa. Pero con los años ha vuelto al revés y habla de los voraces capitalistas que hicieron pelear a pueblos hermanos para llenarse los bolsillos, esa también es una estupidez que no tiene soporte histórico. Cuanquiera que haya leído suficiente historia sabe que eso también es un cuento.

Creo que todo eso es mentira, la guerra la hicieron los políticos cobardes, partiendo por Hilarión Daza, el que desató el conflicto y actuó de la manera más desonrosa de todos. Murió asesinado en la estación de ferrocarriles de Uyuni al volver a Bolivia desde Antofagasta.

Lo que me desagrada de estas cosas es que pasa algo muy parecido a los hinchas del fútbol, creo que en el fondo es más o menos lo mismo y se trata de que la gente que no tuvo nada que ver en el asunto se trata de atribuir los actos heroicos que hicieron otros hace más de cien años. Por otra parte tildan de "cobardes" a un país entero por la cobardía de uno, o unos pocos tipos hace muchísimos años. Creo que esa es una actitud tan estúpida como la del hincha que dice "ganamos" cuando en su vida ha pateado una pelota dentro de una cancha reglamentaria y se burla de los hinchas del equipo que perdió creyéndose superior a ellos.

Esa es una completa mediocridad, los pobres diablos que no tienen vida propia y que saben que no tienen de que sentirse orgullosos, recurren a esas cosas. Es la clase de ideas y resentimientos que arruinó a generaciones de alemanes, ojalá no nos pase a nosotros en América Latina. Lo que es yo admiro a cada uno de los que pelearon en esa guerra independiente quien haya ganado o perdido las batallas y no digo una palabra contra os que se escondieron porque probablemente es lo que yo habría hecho. O tal vez no, eso no se sabe hasta que llega el momento.