Me las tomaré una por una

Por fin salió, mi cursito online de Python Acelerado, que me tuvo ocupado una semana completa. Es el que me ha tomado más tiempo hacer y cuando me lo aprueben voy a cobrar US$ 19 por alumno, a ver como me va. Los cursos en español es más difícil venderlos, primero hay que entrar con cursos gratis y en esos, tengo 1117 alumnos, no me puedo quejar. En fin, igual me entretengo haciéndolos aunque todavía no gane ni uno ¿a quien le interesa la plata? Esas son preocupaciones propias de los comunistas.

Un problema es calcular el equivalente a horas presenciales. Tengo dos cursos vendidos -en realidad los vendió la Fundación- para una institución local pero no se como se calculan las horas Sence equivalentes, he buscado por todas partes y nada y por el Sence no me quiero ni aparecer, seguro que no tienen idea, al menos a nivel local, y me pondrán puros problemas ¿para que me voy a calentar la cabeza?.Creo que el cálculo de horas-nalga equivalente no debe ser simple porque hay diferencia de intensidad entre un curso y otro, aún si son las mismas horas de video.

Por ejemplo en el curso para pequeños empresarios basta con ver los videos y listo, en unas 3 o 4 horas separadas como mejor le convenga, el estudiante puede despachar el curso sin problemas. Pensé que podía hacer lo mismo con el curso de Python, incluso le había puesto en principio "Aprenda Python en 3 Días" pero al hacerlo me di cuenta que como mínimo tomaría unos 10 a 20 días en completarse, dedicando 2 a 3 horas diarias. O sea algo más de 3 horas de video se pueden transformar fácilmente en 40 a 60 horas de dedicación del estudiante. ¿Como calcular eso? Difícil asunto.

Otro problema que será necesario solucionar es la posibilidad de fraudes de parte de las instituciones que imparten estos cursos con platas del estado. El caso más emblemático es la universidad UNIACC que -aprovechando las becas Valech de reparación, hicieron una fortuna impartiendo grados y postgrados brujos con la modalidad online, claro que esto se podría solucionar con un sistema más o menos independiente que tome exámenes y acredite. Sería una interesante oportunidad para universidades establecidas la de convertirse en acreditadores.

En fin, aparte de que no he visto ni una sola luca, es fascinante estar en la primera línea de algo completamente nuevo. Esto no existía hasta hace muy pocos años atrás. ¿Cuando iba a pensar que yo podría hacer cursos online y tener más de mil alumnos en un mes? En 1988, cuando vendí casi todos los 200 ejemplares de mi libro "¡Sáquele provecho a su computador, 200 recetas prácticas!" me sentí el rey del mundo. Ahora estoy igual de contento y si llego a recibir mis primeros US$ 19 de un alumno desconocido, lo primero que haré es comprarme un 12 pack de cerveza Brahma Stout y me emborracharé hasta quedar botado para celebrarlo: me las tomaré una por una, de una sola sentada.