Colusiones: el único cuento que ha funcionado

La colusión es el tema de moda. Es interesante analizar la agenda colocada por el gobierno, a través de su policía dedicada a defender la libre competencia: la Fiscalía Nacional Económica . Hasta hoy podemos contar un montón de "escándalos" en farmacias, pollos, papel tissue, supermercados... De pronto todo Chile está coludido, Es una versión enchulada del cuento ese de "los poderosos de siempre" ¿se acuerdan del vídeo que promovía la reforma tributaria? Permítanme refrescarles la memoria



Dentro de la seguidilla de fracasos comunicacionales y políticos del gobierno, la campaña contra los poderosos de siempre ha sido la única que hasta el momento les ha funcionado, por fin le achuntaron a una. No olvidemos que gracias a ella aprobaron la reforma tributaria casi sin debate, esa reforma que sólo iba a pagar el 1% más rico, las 4.500 familias ¿recuerdan?.

El sentimiento de envidia siempre ha sido potente en Chile, si le sumamos los complejos de culpa que predican los jesuitas a los niños bien, en los colegios más pirulos, podemos entender por que han podido vender este cuento con tanto éxito. Los guerreros de la justicia social en Chile están formados por un ejército de resentidos contra los que han tenido éxito económico, dirigidos por un puñado de acomplejados con plata. Ese es mi Chile.

Que es la colusión
Para no alargarme mucho en el tema les voy a explicar la colusión con una imagen que vale por mil palabras, miren esto:

La colusión, mis amigos, no es otra cosa que un acuerdo al que llegan los vendedores de algún bien o servicio para pedir el mismo precio por este, tal como se ve en la figura anterior donde Andrea, Angélica, Candy, Cielo, Claudia, las Cruceñas y Deysi cobran exactamente lo mismo por sus presuntamente deliciosos servicios (habría que investigarlo mucho más a fondo). Claro que si viésemos la página completa podríamos ver que Sussy cobra 8.000 y hay otra que lo hace hasta por 7.000, de cualquier modo los 10.000 parecen ser el precio de acuerdo.

La colusión es parte del juego de oferta y demanda, donde los vendedores oscilan entre dos principios opuestos. El primero es que es mejor cooperar que competir, así es que conviene ponerse de acuerdo con los demás para no entrar en una guerra de precios. El segundo principio -opuesto- dice que conviene diferenciarse para vender más que la competencia y la diferenciación por precio es una de las más efectivas. En todo mercado coexisten estas dos fuerzas y ninguna ley podría impedirlo. Por eso se trata de un delito ficticio, tal como las "boletas ideológicamente falsas", inventados para obtener provecho político, aunque ni siquiera eso han podido sacar.

La guerra de precios permanente hasta un punto tal que todos los vendedores ofrezcan sus productos al costo marginal o a pérdida, solo existe en la imaginación de los chiflados, que creen en los mercados perfectos regidos por ecuaciones, nadie en su sano juicio puede creerlo aparte de unos pocos profesores de economía que en su vida han hecho un negocio. Eso no existe en ningún mercado real de manera permanente, porque es un estado inestable. Tampoco puede existir un acuerdo de precios entre caballeros de manera permanente, porque siempre alguien se verá tentado a romperlo, para diferenciarse y ampliar su cuota de mercado.

Es curioso la ignorancia supina de la gente, incluso autoridades que mostraban los mail entre ejecutivos de dos compañías de papel tissue, donde se acusaban de "no respetar el acuerdo" como una prueba de conducta ilícita, solo jueces y fiscales ignorantes, respaldados por unos políticos y opinión pública todavía más bruta pudieron tragarse ese cuento. Son los mismos que exigen "cárcel para la colusión", pobres, no saben donde están parados y probablemente jamás llegarán a entender el sistema de precios.

En esto hemos retrocedido décadas, a esos años donde gente bruta pensaba que las cosas tenían un valor objetivo y un precio justo. Recuerden que cuando se decretó la libertad de precios a mediados de los setentas, los propios empresarios se agolpaban en las oficinas del ministro de hacienda para suplicarle que no aplicara esa locura, porque los panaderos se iban a poner de acuerdo y el precio del pan llegaría a millones de pesos ¡nadie iba a poder comprar un kilo de pan si el precio no lo fijaba el gobierno!.

Que brutos, es increíble como nuestra opinión pública ha vuelto a los años del oscuranismo económico, motivados por el resentimiento y los complejos. ¡Dejen los precios tranquilos caramba! si los tres únicos productores se ponen de acuerdo en un precio, la solución no es meterlos a la cárcel sino eliminar las barreras para que ingrese más gente al negocio, están igual que Don Otto que vendió el sillón donde lo engañaba su mujer.

Me da un poco de risa y mucha rabia ver a los resentidos echando espuma por la boca, vociferando para que la gente no vaya a comprar a los supermercados. Que brutos, la gente irá a comprar donde estime conveniente según sus propios intereses. En fin, solo quería comentar como lo único que le ha resultado a este gobierno ha sido explotar la envidia y los complejos del populacho, espero que la gente de a poco se vaya desasnando y se de cuenta del engaño en el que se han sumado por igual políticos de izquierda como de derecha. La envidia y el complejo culposo son motores muy potentes para la gente tonta.