20 abril 2017

Los ariqueños son de cartón


Con la Isla en el Corazón
El ariqueño neto comienza a ir a la Isla del Alacrán desde su más tierna infancia. A los dos o tres años, cada mes de septiembre el abuelo lo lleva a encumbrar volantines o a pasear los domingos en la tarde, hasta que entra a la escuela.

En la escuela primaria todo el curso se va a la Isla a hacer "trabajos" que consisten en recoger agua podrida, llena de bichos a orillas de las rocas para luego examinarlos en la clase de ciencias naturales.

Cuando llega a la secundaria a veces se arranca de clases para "hacer la cimarra" con sus mejores amigos y se van a fumar los primeros cigarros y a soñar despiertos entre los tetrapodos.

Pasados los quince se las arregla para que el viejo le pase las llaves del auto, o bien le compre una peligrosísima scooter y comienza a frecuentar la Isla los fines de semana en la noche, donde se amanece tomando sus primeras cervezas, conversando con los amigos y chequeando a las minas.

Durante los años de la universidad o sus primeros trabajos, la Isla se convierte en un santuario de fin de semana donde se rinde culto a la amistad y se hacen copiosos sacrificios al Dios Baco, muchas veces quedándose hasta el amanecer. Allí es donde se consolidan las más fuertes amistades que, si tiene suerte, lo perseguirán por el resto de su vida.

Luego se casa y llega los fines de semana, pero esta vez en auto propio, a juntarse con sus amigos y las mujeres de sus amigos. Solo cambian los tragos porque se siguen conversando las mismas tonteras y diciendo los mismos chistes, una y otra vez.

Finalmente el ariqueño neto envejece ¿y adonde va los domingos? ¡lleva a sus nietos a encumbrar volantín a la Isla pues!. Con esto se cierra el ciclo.

No debe extrañar entonces que el ariqueño neto lleve a la Isla del Alacrán incrustada en su corazón, es lo más natural.

El ariqueño neto
Esto lo escribí hace muchos años en La Autopsia del Ariqueño Neto, donde intento fijar las cosas más esenciales de mis amigos que viven en esta tierra de leche y miel. La Isla del Alacrán guarda un valor gigantesco en el imaginario de los ariqueños porque -entre otras cosas- la mayoría de los matrimonios y emparejamientos que se concretaron entre los años 80 y 2000 se armaron allí mismo, los mejores momentos con amigos se pasaron en ese lugar y los recuerdos más entrañables de muchos ariqueños están relacionados con ese polvoriento lugar que entra en la Bahía de Arica y que ha sido durante décadas punto de encuentro para la gente de la ciudad.

El ariqueño sentimental
En Arica no cuesta nada ganar una elección política para cualquiera que conozca los resortes que mueven al ariqueño neto: basta subir a pie al Morro, con unas cuantas viejas y viejos "de la época de la Junta de Adelanto", luego cantar el Himno de Arica y finalmente prometer a voz en cuello la LEY MILAGROSA que "sacará a la ciudad del estado de postracion y miseria (bla, bla, bla, etc.). Es pan comido, a piece of cake.

Resulta que los ariqueños netos tienen la tendencia a ser sentimentales y llorones, viven ostentando su ariqueñismo y su amor por la ciudad y le saltan las lágrimas cada vez que empieza a sonar el Himo de Arica, es un efecto muy curioso aunque común en provincias ese chauvinismo y amor exagerado por la patria chica.

De cartón
Pero las apariencias engañan, todo eso es de mentira y el pretendido amor por la ciudad es tan superficial como exagerado. Esto se puede ver en la forma en que se comportan durante las elecciones, donde invariablemente eligen ladrones, cuenteros, estafadores y pobres diablos. ¿Por que, si quieren tanto a su ciudad se comportan de manera tan aparentemente estúpida al momento de votar?

Por ambición, el ariqueño neto no se vende, pero se arrienda con gran facilidad y basta con que les ofrezcan un trabajito en la muni o en cualquier otra repartición pública, poquita cosa, para que se convierta en un furioso activista al servicio del estafador de turno. Comprar a un ariqueño es lo más barato que existe porque son tan tontos que no se necesita plata, basta con ofrecerles ilusiones.

Alcaldes
Esto se ve con claridad meridiana en la clase de alcaldes que elegimos, cuando no es un ladrón es un incompetente, o un don nadie con suficiente ambición para mentir y ofrecer a destajo. Total, acá los incautos sobran, basta un buen ofertón y tocar el Himno de Arica y los tontos irán a votar en masa por cualquiera. Lo que da más rabia es que nuestros aspirantes a políticos son cada vez más chantas. Muchos ensucian mi Facebook con su verorrea estúpida, básica, ofreciendo la solución para cada uno de los problemas de Arica. Esa solución desde luego es que voten por ellos, los chantas, que no se arrugan para decir las estupideces más grandes con tal de ganar el ansiado "apoyo popular". Lo peor es que a veces lo obtienen.

La coima
Y es por culpa de estos sinverguenzas, cuenteros baratos incompetentes que ponemos cada cierto tiempo en el sillón de la alcaldía, que dos de los más entrañables lugares de nuestra ciudad llevan décadas botados, mientras gastan billones de pesos en "obras" inútiles llenas de demagogia. Los del Gobierno Regional por su parte hacen lo mismo: se llenan los bolsillos de coimas rompiendo obras que están bien para reemplazarlas por otras de menor calidad, que se tendrán que reparar en poco tiempo, lo que asegura que el flujo de la coima sea constante.

Dos lugares entrañables
Ayer anduve por la Isla del Alacrán, cuyo paso está cerrado y en total abandono desde hace más de cuatro años. En el año 2000, es decir hace 17 años atrás, ví un proyecto de remodelación para la isla, tan horriblemente feo que me alegro que nunca se haya realizado. Pero si son incapaces de hacer un proyecto bueno, lo menos que se les puede pedir es que hagan la conservación y mantención de lo que ya existe ¡si eso es lo único útil que puede hacer la municipalidad!. Si no hay coima, no hay obra, esa es la Ley de Hierro de las obras públicas en Arica.

Los de cartón
Pero a los anti ariqueños, a los de cartón que son mayoría en la ciudad, esos bocones que ostentan su amor por la ciudad pero están dispuestos a venderla al primer sinverguenza que aparezca, con tal de cortar una colita, todo esto ni les interesa. Les da lo mismo que los lugares más entrañables y característicos queden abandonados a los flaites. Son los que se indignan porque la ciudad está sucia, pero no se molestan en agacharse a recoger un papel.

Una vez me contó un amigo, furioso, que iba en el auto por la costanera y un tipo que manejaba adelante botó una cáscara de plátano por la ventanila -¿y tu que hiciste?- le pregunté -¡escribí una carta al diario pues, así nunca vamos a ser una ciudad turística!- Una carta al diario, que actitud más eunuca, lo lógico era bajarse, recoger la cáscara y botarla en el basurero más cercano, pero a mi amigo no le interesaba que la calle estuviera limpia, solo quería acusar al otro cochino y proclamar que el era mucho mejor.

Como tratamos la basura es muy parecido a como tratamos a nuestros políticos, solo nos interesa aparentar que somos mejores, pero hay puros ariqueños de cartón, buenos para hablar pero incapaces de mover un dedo por la ciudad, partiendo por votar de manera responsable.

7 comentarios:

  1. Ariqueño de cartón? En Chile todos son de cartón. solo nos unimos cuando la mierda nos llega al cogote (en algunos casos, cuando realmente nos llega) pero somos incapaces de imponer el orden por nuestra propia mano.

    En cierto grado me recordó la fabula de ¿quien le pone el cascabel al gato? porque gente con buenas ideas hay y a granel, pero quien la ejecute...

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  2. A mi me molest un poco ese exagerado amor por la ciudad pero de palabra nomás, puro verso. Llegado el momento no les importa venderla ni que se pierdan sus cosas más valiosas a cambio de una promesa de pituto o cualquier otra tontera. Son como los indios antiguos, cuando los compraban cos espejitos. Igualitos.

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  3. los que me irritan caleta son los mal llamados "regionalistas", que viven quejandose de que "Santiago no es Chile", e incapaces de proponer ideas para potenciar las regiones, más allá del turismo. Culpan a Santiago, de que les pone trabas, pero en realidad permiten que sus representantes se los paseen por donde quieran, que a proposito algunos son santiaguinos transplantados, y los locales, como dices tu, se los compran al igual que a los indios con espejitos y cuentas de vidrio, pero con lucas y coimas a granel.

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  4. Muy bueno el video 1 isla alacran. Gino Paoli fantastico con su sapore di sale. Me recuerda los 64-7 pendejo aun y lad motonetas.
    Lamentable el estado de la isla. Increible como se farrean esos recursos naturales turisticos. Si la llegan a reparar ideal que comuniquen ambas aguas para efectos de circulacion y evitar hediondes.
    Si el cote Ossandon no sale presidente debieran secuestarlo, como alcalde es excelente hace maravillas con poca plata y NO ROBA.
    El señor de la noche ahi no mas. Par reirte en youtube hay uno parecido choque a todo ritmo ambientado en chiloe

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  5. Lo peor es que a nadie le importa, todos ven como dejan las cosas abandonadas, sucias, que se deterioren y nadie mueve un dedo, para colmo eligen a puros ladrones y/o inútiles.

    El video ese lo hice en la misma noche, le tuve que suprimir el audio por razones de seguridad nacional

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  6. qué curioso, cuando fui a Arica en 2010 nunca llegué al Alacrán. ya volveré...

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  7. No tiene mucha gracia, pero es un lugar muy entrañable para los que somos de acá, queda pendiente para tu segunda venida

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"Send me a postcard, drop me a line
Stating point of view
Indicate precisely what you mean to say
Yours sincerely, wasting away
Give me your answer, fill in a form
Mine for evermore
Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four"