Karadima y asesinato de imagen

No voy a negar que en la Iglesia Católica han ocurrido escándalos sexuales involucrando curas y niños. Benedicto XVI fue el primero en condenarlos abiertamente, diciendo que los sacerdotes  "deberán responder ante Dios y los tribunales debidamente constituidos". Sin embargo estoy convencido que el caso Karadima fue un montaje y que han ocurrido otras acusaciones fraudulentas, al menos en Chile, con el propósito de chantajear, atacar y destruir a determinados sectores de la Iglesia.

Karadima: verdades a medias
Leo en Wikipedia: "El 26 de abril de 2010 cinco profesionales relataron al programa de TVN Informe Especial los supuestos abusos sexuales y sicológicos que sufrieron por parte de Karadima.​ El testimonio más impactante correspondió a James Hamilton, gastroenterólogo, que relató el acercamiento a Karadima tras perder a su padre...".  Lo curioso es que los supuestos abusos habrían ocurrido en los años 80, cuando eran adolescentes. Algunos lo acusaban de haberlos besado en la boca y otros de haberles tocado sus genitales. Esta fue la que desató el escándalo.

La campaña mediática masiva que ha apoyado estas denuncias, con cientos de horas de prensa, informes especiales, libros y hasta una película, me llamó la atención desde el comienzo. Porque si se analizan con la cabeza fría las denuncias son ridículas,¿como se puede dar crédito a denuncias de hechos que ocurrieron hace más de 20 años? Especialmente si las "víctimas" no solo se quedaron calladitas, sino que siguieron frecuentando al cura por años.

Es muy probable que Karadima sea homosexual y haya estado involucrado en relaciones con algunos de sus discípulos, la cosa es si fueron consentidas o si fueron violaciones. Las relaciones homosexuales consentidas son cosa de cada cual. Otro asunto es "la edad del consentimiento", que en Chile es de 14 años para las relaciones heterosexuales y 18 años para las homosexuales (una diferencia rarísima). Mientras una relación se produzca sobre la edad del consentimiento, a menos que exista una denuncia en un período razonable de tiempo, la relación es consentida. Bajo la edad del consentimiento es considerada legalmente una violación en la lógica que a esa edad la víctima no es capaz de consentir.

El problema es si alguien aparece diciendo que "lo forzaron" hace 5, 7 o más de 10 años atrás a tener relaciones no consentidas, mucho peor todavía si alega que "no lo forzaron, sino que lo convencieron, engañado", una denuncia así pierde toda credibilidad. Si un cura le toca los genitales o le da un beso con lengua a un adolescente lo normal es que lo denuncie, o que se aleje, si se queda calladito durante años, mal puede alegar, especialmente si siguió frecuentando a su supuesto abusador.

Las acusaciones de "abuso sexual" se prestan para toda clase de abusos no sexuales: falsas denuncias de violación, de acoso, extorsiones, etc. Los denunciantes contra Karadima no presentaron pruebas aparte de su propia palabra, por hechos que ocurrieron hace años y que mantuvieron callados. Para mi es claro que les gustó la cosa, luego luego tuvieron una pelea y ahora aparecen como víctimas.

Resulta que a esas acusaciones se les dio un soporte mediático coordinado y masivo, tanto así que el Vaticano se asustó, juzgando y condenando a Karadima en base solo a las denuncias. Lo que en mi opinión fue una vendetta entre homosexuales, terminó convertida en una cacería de brujas contra Karadima en un principio, pero extendida rápidamente a todos los de su grupo y luego a toda la jerarquía de la Iglesia.

Hoy la Iglesia Católica está bajo ataque, no solamente de sus enemigos tradicionales, los "librepensadores", sino también desde su interior, donde hay grupos de curas afines a la secularización. Muchos jesuítas y de otras denominaciones que después del Concilio Vaticano II tomaron caminos políticos de izquierda, hoy se dedican a sabotear calladamente a las jerarquías.

Y muchos progresistas de izquierda, que son los más hipócritas en su actitud hacia los escándalos: por una parte promueven toda clase de leyes para privilegiar a los homosexuales y despenalizar la pedofilia, y al mismo tiempo se escandalizan, rasgan vestiduras y apoyan cualquier denuncia contra los curas, por absurda o inverosimil que sea. Es clarísimo que los supuestos abusos les importan un comino, solo les importa el objetivo político de destruir las jerarquías de la iglesia y reemplazarlas por otras de su color político.

El falso cartuchismo progre de Los Nuevos Puritanos es insoportable. Desde que tengo uso de razón han existido los homosexuales y siempre han tratado de seducir a jóvenes y niños, con algunos les resulta mientras que con otros no, eso no es un asunto de leyes sino algo que compete a cada uno.

Cuando yo era jovencito frecuentaba los juegos Diana, que en esos años (fines de los sesenta) eran un hervidero de homosexuales, mi mamá nunca se preocupó por eso porque me tenía una confianza ciega y sabía que lo que yo decidiera iba a ser lo correcto. Y aquí estoy con 63 añitos intacto, jamás se me ha dado vuelta el paraguas.

Cuando llegué a Arica en 1974 un perfecto caballero, que era muy amable conmigo, se me tiró al dulce y me ofreció un jeep "Munga" si le daba la pasada. Bueno, nunca tuve un jeep y la propuesta me pareció chistosa aunque ni por un milisegundo se me pasó por la cabeza la idea de aceptarla. Tampoco se me ocurrió denunciarlo, ni hacer una tragedia, menos quedar traumatizado con eso, simplemente son gustos de cada cual. Ese es un típico asunto en el que las leyes no tienen absolutamente nada que meterse. Al que le gusta bien y al que no le gusta mejor.

Al menos así lo he visto yo siempre y muchas de estas denuncias fraudulentas, levantadas por despechos homosexuales, a mi me parecen una cochinada, armada para el consumo de los nuevos cartuchos progres, estúpidos y sin cerebro. He dicho señores.