Visitas del sur
Nuevamente mis ex compañeros del Liceo de Ancud Mito Pérz y Mónica vinieron a vacacionar por el norte. Visitas del sur ¡cuantos recuerdos y cuantas historias! Andaba deprimido con el asqueroso día gris que tuvimos hoy, pero fue otra vez un alegrón vernos, tal como cuando tuvimos de los 15 a los 18 años, tiempos aquellos.
Disfruté escuchando nuevamente el acento chilote, que sube el tono en la penúltima sílaba y tengo entendido que es el único acento regional característico que existe en nuestro país, para que decir del recuerdo de historias de los años 1970 a 1973. Música Libre, Bigote Arrocet, Quique Villanueva, todo vuelve a mi memoria, don Narciso, el portero del Liceo que se hizo amigo de mi mamáy el rector Carlos Moraga, un mayor de ejército en retiro que se imponía por presencia.
Recordábamos como unos días después del 11 de septiembre, cundo todos estaban aterrorizados con los allanamientos, el rector Moraga nos formó a todos en el patio interior del liceo y fue muy breve, dijo: "como ustedes saben ha muerto el presidente de la república don Salvador Allende Gossens, así es que vamos a guardar un minuto de silencio en su honor". Moraga no era izquierdista ni mucho menos, pero era un fanático de las formalidades y arriesgó muchísimo con ese minuto de silencio en los días que todos andaban sicopateados.
También recordamos que el día 10 de septiembre nuestro profesor de castellano -se llamaba Salomón pero no recuerdo su apellido- en las dos últimas dos horas, suspendió la clase y se dedicó a darnos un discurso sobre loque venía "vengo llegando de Santiago y ustedes no se imaginan como es la situación de Chile en estos momentos, vienen tiempos horribles, las fuerzas armadas se van a dividir, va a haber una guerra civil y cada uno tendrá que tomar partido, por un lado estaremos los que vamos a luchar por defender al pueblo y por el otro los desclasados que defenderán a la burguesía, nadie podrá permanecer neutral, les aviso porque hay poco tiempo para que decidan de cual lado van a estar ustedes".El golpe fue al día siguiente en la mañana, solo en eso le apuntó porque no se dividieron las fuerzas armadas ni hubo guerra civil. Menos mal.
También nos acordamos de Pancho Avendaño, el presidente de nuestra federación de estudiantes del partido comunista que fue apresado, junto con otro de extrema izquierda, de cuyo nombre prefiero no acordarme, a los pocos días ese se andaba paseando por la calle mientras que a Avendaño lo fusilaron, el FER (Frente de Estudiantes Revolucionarios) era el que tenía las armas, ellos sabían donde estaban, eran los violentistas y seguramente no tuvieron asco en inculpar a Avendaño, que no tenía nada que ver con el asunto. Estuvo lleno de actos cobardes y miserables como ese, muchos murieron por soplos y venganzas internas en esos primeros días.
Conversábamos que una de las cosas bonitas de ser profesor es que uno nunca se olvida de algunos de sus profesores, del Liceo de Ancud yo, a los 63 años, los recuerdo a casi todos. Barrandegui debe haber sido el profesor que más ha influído en mi vida, un tipo extremadamente feo, chico y de aspecto grotesco, pero haciendo clases se transformaba, era un crack. Nos hizo química orgánica y de esas clases salió mi absurda idea de estudiar ingeniería. Recordaba una profesora muy linda de ciencias sociales, luego tuvimos un profesor que nos enseñaba que los gringos se robaban el cobre y nos vendían las ollas (como si las ollas fueran de cobre).
Ese profesor de ciencias sociales era divertido, porque era testigo de Jehova y cuando andaba místico nos empezaba a hacer clases de religión, sacaba a interrogar a los que le tenía mala -era como un niño chico- y les preguntaba si Jesús había resucitado, si o no y según la respuesta ponía la nota. Otro prifesor de sociales era un cura militante de la izquierda cristiana, se creía Ernesto Cardenal y para que les cuento las clases que hacía.
Mounsier Echeverría era un capitán de ejército en retiro que nos enseñaba francés, creo que ese era el que tenía un ordenanza al que le llamábamos "Cayumanque", la cosa es que ambos eran muy buenos para el trago y a veces llegaban los dos con la caña, eran muy divertidos y populares. Tal vez el profesor más popular era Cachafaz -nadie lo conocíia por su verdadero nombre- que nos hacía clases de educación física, era divertidísimo menos conmigo que le tenía terror al salto con caballete, que en esos años se consideraba una prueba del carácter, me molestaba con bromas pesadas pero en el fondo era buena gente, porque nunca me obligó a hacer las cosas que me daban miedo. Me cuentan que cuando se jubiló armó un gimnasio donde recogía a niños de la calle y los ponía a entrenar, les puso "las virutas" como las sobras de madera que se botan y el equipo tuvo mucho éxito. De un día para otro el gran Cachafaz apareció muerto: se había suicidado, hasta el día de hoy nadie se lo explica.
Pero entre los profesores yo tenía un enemigo personal, al que siempre aborrecí con toda el alma. Fue mi profesor de matemáticas durante toda la enseñanza media, tampoco recuerdo como se llamaba pero su sobrenomnre "Pipeta" lo tengoi grabado a fuego. Era igualitoa Hernández y Fernández, los detectives de Tintin
Pipeta tenía complejo de pequeño Dios, hablaba mirando para el cielo y era muy prepotente ¡como lo detestábamos! De todos los profesores recuerdo alguna cosa que dijeron, menos de Pipeta, de quien no aprendó absolutamente nada, cuando salí de la enseñanza media en 1973, era un completo analfabéto en matemáticas, pero como me creía un genio, postulé a ingeniería civil electrónica en la universidad más selectiva de Chile en esos años, la Federico Santa María. Por supuesto que quedé fuera, aunque saqué no despreciables 690 puntos en la parte matemática, estaba lejos de alcanzarme. Igual si hubiese entrado no habría durado ni una semana, el régimen de estudios entonces era para genios de verdad o para alumnos muy bien preparados. Todo por culpa de Pipeta, su mostacho y su arrogancia. Ah no me lo puedo sacar de la cabeza, peinado a la gomina su cabeza parecía un maldito casco y hacía clases con una bata blanca que casi le llegaba a los tobillos, nunca lo vi sin el guardapolvos.
Ah que recuerdos me trajo la conversación con mis compañeros, sobre todo de los profesores. A veces los admiramos, otras veces los odiamos pero nunca nos olvidamos de algunos profesores, por lo menos de Barrandegui y de Pipeta me voy a acordar hasta el día en que por fin estire la pata. Nunca había pensado en esa característica de ser profesor.
¿Big data le gana al mercado?
Estaba leyendo una noticia que ha pasado inadvertida pero a mi me llamó mucho la atención. Resulta que Google Inc. tiene una compañía que se llama Alphabet. en realidad es al revés, Alphabet Inc. es la compañía principal y Google Inc. es una de sus subsiriarias. Resulta que
Alphabet ha tenido una ganancia que supera a todas las estimaciones, a pesar del lastre de una multa enorme que le aplicó la Unión Europea. Uno podría pensar que esa ganancia se debe a los ingresos de Google, pero nada de eso, Alphabet está teniendo ingresos enormes en la bolsa, como inversionista -comprando y vendiendo acciones- están obteniendo mucho más dinero que cualquiera de sus actividades en tecnología.
Existe la Teoría de los Mercados Eficientes de Eugene Fama, yo incluso
escribí una entrada sobre eso antes que a Fama le dieran el Nobel (tal vez en la Academia Sueca sean también regulares de este Club de Ociosos), en resumidas cuentas la teoría dice que ningún actor individual puede ganarle al sistema de manera consistente porque, aunque tenga éxito al principio, ese mismo éxito afectará al mercado y terminará por jugarle en contra, la teoría de Fama es que el mercado -en particular el de bonos y acciones- es imposible de ser influido de manera consistente.
El mercado es imbatible de acuerdo a Fama porque nadie puede manejar la información enorme que genera, pero resulta que Google actualmente está manejando volúmenes de información mayores que ninguna otra organización en la historia del mundo ¿será posible que el big data le esté ganando al mercado? Es poco probable pero igual me parece una idea interesante e inquietatnte. Sie so fuera posible alguna vez, se terminaría la economía y los economistas y probablemente tendríamos que volver al viejo sistema del trueque, o a alguna de sus variantes. Es una especulación que no da ni para conjetura, pero igual me produce vértigo.
