20 julio 2025

¡No me alcanzó la plata!

¿Quien no ha fantaseado con qué cosas compraría si fuera rico y dispusiera de un presupuesto ilimitado? Bueno, ni siquiera es necesario que sea ilimitado, bastaría con que cubra sobradamente los gastos corrientes, algo así como recibir un millón de dólares todos los meses por ejemplo.

Yo me sentí un poco así una vez, hace unos veinte años atrás.

Resulta que recibí un mail de alguien en Estados Unidos, que trabajaba con un grupo de inversionistas que postulaban a la explotación del Mutún, la reserva de hierro más grande del mundo, en Bolivia.

La cosa es que supieron de mi por referencias de otro trabajo truculento que había hecho antes y me ofrecieron trabajar para el proyecto, haciendo algunas cosas, en Arica -por donde pensaban sacar el mineral- y en Bolivia. 

Haciendo el cuento corto, empezando el proyecto tendría un sueldo de 6.000 dólares mensuales.

Por esos años mis ingresos deben haber andado entre los 200 y 300 dólares al mes, así es que imagínense. Pero lo tomé con calma, no me volví loco y ni siquiera se lo comenté a la Pilar.

Pensé que podía ser una pitanza, así es que me dediqué a averiguar quien era la persona que me había contactado y si ers cierto lo que había dicho sobre él, también quienes eran las otras personas y si el negocio existía o era un embuste.

Todo en orden, el tipo incluso había salido en la tele en USA por otro trabajo anterior, no me habían hablado en detalle del negocio, pero buscando nombres e investigando -soy bien bueno en eso- supe cual era el proyecto e incluso averigué unas pocas cosas que tal vez no les habría hecho gracia que yo las supiera.

El asunto era cierto, así es que le dije que claro, encantado, lo primero que tenía que hacer era abrir una empresa acá según una minuta que me mandaron, la vimos con una amiga abogada y la hicimos sin problema, pagaron todo y yo pensé "partimos bien".

Estuve metido en eso y mi trabajo partiría con la adjudicación del proyecto, se trataba de una subasta internacional y todo parecía ir de mil maravillas. 

Nunca en mi vida había soñado con un trabajo así, pero en lugar de ponerme contento empecé a tener insomnio y pesadillas.

Las pesadillas supongo que eran por el miedo inconsciente a dejar la gran cagada, pero lo más divertido era el insomnio: cada noche me costaba un mundo quedarme dormido porque empezaba a pensar que iba a hacer con la plata que ganaría.

No dejaba de ser un problema, porque era 20 veces más de lo que estaba ganando en esos días y muchísima más plata de la que yo había ganado nunca antes.

Empecé sacando cuentas de los arreglos que le haría a la casa que recién había comprado, seguí soñando que me compraría una casa rodante, una camioneta para arrastrarla, un departamento, que volvería a estudiar algún posgrado y así la lista fue creciendo y creciendo.

Y yo iba anotando en un papél que lamentablemente con el tiempo se me perdió, me hubiese encantado tenerlo hoy a la mano para reirme un rato, porque la cosa es que después de varias noches en vela tirando números ¡me di cuenta que no me alcanzaba con esa plata!

Y bueno, llegó el día de la famosa licitación donde se presentaron tres consorcios: uno era Jindal Steel, otro era el grupo de Elke -gato de campo- Batista y el tercero era un grupo de inversionistas donde el mayoritario era el HSBC, esos eran los míos, supuestamente yo iba a ser su rompehielos local.

Y pasó lo que tenía que pasar, la licitación la ganó el grupo indio de Jindal Steel, el billonario Mr Jindal vino a Bolivia, entre apretones de manos, sonrisas y fotografías Evo Morales comentó "entre indios nos vamos a entender".

Cuando supe que nos habíamos quedado debajo de la mesa y ya no tendría 6 mil piticlines cada maldito mes -créanme o no- me puse contento, o al menos muy aliviado. 

La verdad es que ni por un minuto pensé seriamente que yo podría hacer un trabajo así, ni menos ganar esa cantidad de plata.

Ya no tenía que preocuparme que la plata no me alcanzaba, chao pesadillas. Mejor todavía, muchos de esos hipotéticos gastos, con los años se cumplieron. 

Igual he ido arreglando la casa, me compré mi casa rodante y la camioneta para tirarla y estudié un posgrado entre otras cosas. No todo, pero lo más importante se terminó cumpliendo.

Y no me gasté ni una fracción de lo que había calculado, aunque me tomó como 20 años conseguirlo. 

La casa la fui arreglando de a poco. Hice una jugarreta con la Pilar, le vendí la casa y con eso me compré la casa rodante y la camioneta. El MBA me salió casi gratis porque lo pagaba haciendo clases.

Y así con el tiempo fui resolviendo muchas de las cosas que había soñado. me sirvió mucho haber fantaseado con esas cosas porque en mi mente me quedó una lista de cosas por conseguir. 

Con el tiempo, perseverancia, voluntad y una que otra sinverguenzura, cada item de la lista lo fui chequeando, con el valioso agregado que no tuve necesidad de cagar a nadie.

Y como si fuera poco, me libré de cometer la bajeza de depender de un trabajo asalariado, cosa que es un signo inequívoco de mala cuna.

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