Fiebre de sábado en la noche

Sin ruedas, así me pasé toda la tarde buscando un maldito ruido en el auto que a cierta velocidad parecía a punto de explotar, estaba espirituado con lo que me había pasado hace poco con la camioneta así es que con mi vecino nos pusimos de cabeza a ver de que se trataba. Revisamos los caliper, las bandejas, las rótulas y nada, al final resultó que era la piola del acelerador: mucho ruido y pocas nueces, por esta vez nada grave, menos mal.

Un problema menos, en fin, solo los muertos no tienen problemas como le decía a un amigo que acaba de quebrar y me contaba que anda con más de 14 juicios encima, si tenemos problemas es porque estamos vivos. Suerte para mi amigo y mucho ánimo, no hay mal que dure cien años.

Hoy sábado en la noche me espera una paella donde los Pratti y después nuestra acostumbrada salida a la Isla del Alacrán con la Pîlar, tengo hasta las 4 AM más o menos para tomar con mis amigos, comer, reirme un poco y conversar. Apuesto que ni Bill Gates la pasa tan bien.