El único estúpido soy yo

Justo estaba pensando eso después de releer mis dos últimas entradas en el weblog, Amelia y Rubén me lo corroboran en sus atinadas notas. ¿Que me importa que existan los tontos? no es mi asunto, que sean felices. Seguro que para muchos el tonto soy yo. Pero hay dos sabios comentarios que me hicieron hace años al respecto que aprovecharé de contarles.

Una vez estaba conversando con un amigo sobre la mediocridad de la Universidad de Tarapacá, que estaba llena de fantoches y tontos. Mi amigo me dijo "mira, agradece que no estamos en Princeton porque ahí los estúpidos seríamos nosotros". Sabias palabras.

La otra vez estaba enojadísimo con una gente que estaba a mi cargo, eran indolentes, incapaces y extremadamente brutos así es que me fuí a quejar amargamente con mi -entonces jefe- don Zvi Posner, este me dijo "¡pero Tomás como se te ocurre enojarte con los estúpidos, si esos son los que nos dan de comer, en lugar de enojarte preséntales minas para que se reproduzcan, necesitamos muchos de esos!". Por un momento pude disfrutar de unas perlas de la ancestral sabiduría judía "preséntales minas para que se reproduzcan".

Retiro todo lo que escribí en mis dos comentarios anteriores; el único estúpido soy yo.