08 diciembre 2005

Su propina es mi sueldo...


Acabo de terminar de leer "Al diablo con Picasso y otros ensayos" de Paul Johnson (el mismo de Tiempos Modernos, la Historia de los Judíos y muchos otros que no he leído), un libro delicioso. La redacción de los ingleses de las clases cultas es divertidísima, me hizo acordar del libro de Norchote Parkinson (o como se escriba) "¡Cuidado con los impuestos!" son libros que uno los lee y se rie solo a carcajadas sin que necesariamente cuenten chistes, me encantaría aprender a redactar así.

Pero iba a escribir de otra cosa, días atrás terminé de leer "Espíritu emprendedor y la vida wired" de Fernando Flores y John Gray, bueno, pocas veces estoy de acuerdo con lo que escribe Flores pero pone buenos temas, por eso veo su blog regularmente y leí ese ensayo.

Se nota que la cosa fué escrita hace tiempo y en esa época el "fin de las carreras" debe haber sido cosa novedosa. Desde hace muchos años hemos venido conversando este cambio con Daniel y otros amigos (Daniel con más de 60 años se metió hace poco a un programa para sacar el doctorado) y hay un montón de cosas nuevas que van pasando pero no tengo muy claro que tengan el sentido o la dirección de que habla el ensayo.

Desde luego muchas carreras gozan de excelente salud y no dan signos de decaer: la carrera política por ejemplo, la administración del estado, poder judicial, la carrera militar, etc. El fin de las carreras es un fenómeno localizado a ciertas áreas. Es improbable que un médico o un bioquímico hagan giros espectaculares en sus carreras no así los ingenieros y técnicos que somos los que vivimos esto en la práctica desde hace unos 20 años o más.

Yo desde muy temprano tuve una vocación marcada, aunque no sé cuanto habrá influído el cuento ese de la "profesión del futuro" que en los setentas era la electrónica y en los ochentas la programación de computadores. No había tal profesión del futuro y hoy las ingenierías en electrónica o computación distan mucho de ser carreras "buenas" o "estables". Hace muchos años que un ingeniero de esos dejó de ser considerado un buen partido.

Creo que esta cosa es como una mesa de tres patas:

1.- Los cambios técnicos acelerados que dejan obsoletos muchos conocimientos: yo estudié para técnico electrónico en la época de los tubos de vacío y para ingeniero en la época de los transistores. Sin embargo no es un problema grave porque la mayoría de los conocimientos practicos se adquieren trabajando.

2.- La masificación del acceso a la universidad, que antes estaba reservada a unos pocos patricios y uno que otro pelagato con suerte como yo, ha bajado la cotización de los profesionales. Más oferta produce inevitablemente menos puestos de trabajo y menores sueldos.

3.- Empresas más chicas, flexibles y de ciclo de vida más corto que producen cantidades de empleo más precario.

Y claro, muchos profesionales que teníamos el camino ancho y seguro quedamos al garete. El autoempleo (o la vida wired como le llaman en el libro) siempre ha existido y tal vez ahora con Internet es más fácil, o al menos presenta más oportunidades: se perdieron grandes empresas y se ganó el acceso universal a la web, una por otra. Creo que es solo cuestión de adaptarse, en tiempos "friccionales" como el que nos tocó en suerte muchos tendremos que aceptar los esquemas del tipo "su propina es mi sueldo" oscilando entre la starving engineering y el exitoso entrepeneur, con muchos de los primeros y unos pocos de los segundos.

Nada nuevo en todo caso, siempre han existido muchos pobres y un puñado de ricos, asi ha sido y asi será por los siglos de los siglos.

Lo que todavía no se adapta es la educación que -tal como se señala en el libro- sigue basada en realidades de los años sesenta. A ver si en la próxima entrada escribo algo sobre eso, especialmente aplicado a mi muy querida Universidad de Tarapacá, donde tengo tantos buenos amigos y mejores recuerdos.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

"Send me a postcard, drop me a line
Stating point of view
Indicate precisely what you mean to say
Yours sincerely, wasting away
Give me your answer, fill in a form
Mine for evermore
Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four"