El sueño de viajar por el mundo

Si le preguntan a 100 personas que harían si se ganaran el premio mayor de la lotería, seguramente una gran cantidad -por lo menos en Chile- respondería "lo primero que haría es viajar por el mundo". Muchos padres también hacen sacrificios económicos para que sus hijos conozcan Europa o los Estados Unidos, convencidos con eso de que viajar educa.

Cuando yo era muy pobre, conocer el mundo era uno mi sueño dorado. Me plagiaré a mi mismo copiando algo que escribí hace años acá mismo:

(...) Pero lo que quería contarles es una historia curiosa sobre sueños imposibles que me pasó hace años. Estudiaba en la universidad, creo que en segundo año y era -lejos- el más muerto de hambre de mi carrera, tenía una polera café y otra azul que las había hecho durar más de dos años y comía solo de vez en cuando. 

Me acuerdo clarito que estábamos en la puerta de la federación de estudiantes, conversando con mis compañeros Chago Ghillino y Gladys Femenías,  y de la conversación salió el tema de lo que cada uno de nosotros soñaba tener en el futuro, si es que llegábamos a titularnos. 

La Gladys dijo que con un buen trabajo, un auto y departamento propio ella estaría feliz, que ese era su sueño, Ghillino dijo que su sueño era titularse e irse a vivir a Italia, y yo, que nunca tuve grandes expectativas dije que me gustaría viajar, andar en avión y conocer todo el mundo.

Lo curioso es que los tres cumplimos exactamente lo que soñábamos y pasó de la manera más improbable, porque yo fuí el primero; al poco tiempo de esa conversación encontré trabajo en Iquique y antes de dos años ya estaba viajando por todo el mundo. 

Unos años atrás me encontré con la Gladys en Iquique, en una conferencia de José Piñera; me contó que había sido jefa del Departamento de Estudios de Telefónica durante varios años y ahora se cambiaba a la Universidad Santo Tomás en buenas condiciones, no fue necesario que le preguntara si tenía su departamento y su auto, porque se notaba que estaba ganando buena plata. 

Y el año pasado recibí un mail de Santiago Ghillino contándome que llevaba varios años viviendo en Rapallo, Italia, o sea cada uno de nuestros sueños fue cumplido, nos tocó a los tres.

Lo curioso es que cuando volví de ese viaje a mi minúscula casita en la población 11 de Septiembre, después de haber puesto mi trasero en varios hoteles fastuosos, comiendo exquisiteses y dándome lujos de Aga Khan, me sente a pensar ¿y ahora qué?, ya había cumplido mi sueño así es que no me quedaba otra que morirme. 

Pero nada, pensé que después de todo viajar no era gran cosa así es que me puse a imaginar un nuevo sueño, que también se me cumplió pero con resultados desastrosos, chuscos y que no pueden ser publicados. Desde entonces tengo más cuidado a la hora que se me mete alguna idea en la cabeza, no vaya a ser que se me cumpla (...).

Esa fue mi triste historia, la verdad es que lo mejor de ese viaje, y de todos los demás que tuve desde entonces ha sido el momento en que vuelvo a Mi Casa, Mi Cama y sobre todo Mi Baño, tal como contaba en mis Crónicas de Viaje.

La verdad es que a estas alturas no le veo gracia a viajar por turismo. No hay nada que me interese conocer, ni siquiera Croacia que dicen que es muy bonita, ni España. Prefiero conocer esos lugares por Google Earth, es mucho más barato -en verdad gratis- e infinitamente más cómodo.

Estoy seguro que cualquier ciudad nueva que conozca será como alguna otra que he conocido antes ¿para qué entonces pasar las insoportables esperas en los aeropuertos, los horribles viajes en avión y las deprimentes noches durmiendo en un hotel? Para mi gusto al menos, hasta los hoteles más lujosos son algo deprimentes.

Otra cosa es vivir un par de años en otro país, que puede -o no- ser una aventura interesante. Por ejemplo el Tomás Jr podría perfectamente irse a trabajar un tiempo a Estados Unidos o donde sea, aunque dudo que le interese porque tampoco le entusiasma viajar.

En todo caso viajar para ganar plata, por negocio, lo encuentro completamente válido. Aunque sea un sacrificio pero al fin y al cabo casi todas las formas de ganar plata que existen implican alguna clase de sacrificio.

También puede ser interesante viajar por una aventura, como fue mi Aventura en la Selva, siempre y cuando la cosa termine bien. En mi caso la aventura estuvo a punto de tener resultados desastrosos, varias veces. Es bueno un poco de adrenalina a veces, paro en mi caso al menos, con muy poquito quedo bien.

Después de pensarlo mucho llegué a la conclusión que uno viaja para arrancar de una realidad en la que no está contento. Entonces tiene la absurda esperanza de que el lugar donde llega será mejor y de vuelta podremos traer algo valioso. Así ha sido al menos en mi caso y esa esperanza nunca se me ha cumplido.

Siempre he salido a viajar con mucha ilusión, pero la parte más feliz en todos mis viajes ha sido cuando estoy de vuelta, Ni una sola vez he tenido esa sensación de no querer volver o quedarme un poco más, todo lo contrario.