He comentado antes acá mismo como nos acostumbramos a las cosas buenas que nos pasan y no les damos importancia. El ejemplo más característico es tener buena salud, algo que nunca apreciamos hasta que nos enfermamos y mientras peor sea la enfermedad más apreciamos la salud.
Es una especie de anestesia que se apodera de nosotros, que vamos apreciando cada vez menos lo que tenemos porque nos acostumbramos a las cosas buenas de la vida y dejamos de disfrutarlas.
Yo que cuando chico tenía que ir varias veces al día con un balde a buscar agua al grifo de la esquina, ahora ni pestañeo cuando consigo agua con solo dar vuelta una llave ¡y encima, si lo deseo, puede salir agua caliente!
Tener agua potable, agua caliente y no preocuparse por la comida o el lugar donde dormiremos esta noche son regalos maravillosos pero no somos felices por eso ya que estamos anestesiados.
La mayoría de nosotros tenemos mucho que agradecer, solo si agradecemos y nos olvidamos -o ignoramos- lo que nos falta entonces seremos felices ¿saben cual es la receta segura para ser infeliz?
Querer más, pensar en lo que nos falta. La felicidad o satisfacción es un estado mental, según como pensemos podremos ser felices o no, así es que está en nuestra mano.
La gratitud también tiene otros detalles interesantes, no está demás leer la etimología de la palabreja:
La palabra gratitud viene del latín gratitudo, gratitudinis (gratitud), con sufijo -tudo (>tud) de cualidad. Gratitudo es la cualidad del gratus (agradable, bien recibido, agradecido).
Fíjense que sentimos gratitud por lo que recibimos gratis, no por lo que nos hemos ganado, ni por lo que merecemos o creemos merecer, es muy raro sentir gratitud cuando alguien recibe su sueldo a fin de mes, si para eso trabajó, le corresponde y lo merece.
Pero si alguien nos regala dinero o nos hace un favor a cambio de nada, entonces si sentimos gratitud, porque fue gratis.
La ausencia de enfermedades y malestares físicos es un perfecto ejemplo de lo que debemos agradecer. Incluso si estamos muy enfermos, en lugar de quejarnos deberíamos agradecer estar vivos todavía y agradecer cada pequeña mejoría.
Pero resulta que la mente humana casi nunca funciona así: si nos mejoramos lo vemos como algo natural, no nos causa una alegría ni comparable como la angustia de cuando empeoramos. Es muy extraño.
La buena salud es totalmente gratis, un regalo que depende de la suerte que tarde, mal y nunca agradecemos.
Bing Crosby cantaba "Count my blessings" gran canción de Irving Berlin, cuento mis bendiciones. Bueno, mucho de esto ya lo había escrito antes pero no está demás repetirlo, además hay algo que no había escrito antes: nadie puede ser feliz o vivir satisfecho si primero no está agradecido de lo que tiene.
El que se da cuenta de cada cosa buena que le pasa y siente gratitud por cada favor gratis que recibe, si le da más importancia a eso que a las cosas que le faltan o que percibe como malas siempre será una persona feliz.
Un detalle curioso de la 2ª Guerra Mundial. La foto del lado fue tomada durante la Campaña del Alamein en Arabia y muestra a un soldado de Su Majestad Británica con un WC (cagadero) portátil para hacer el 1 o el 2 en pleno desierto.
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