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15 mayo 2025

¿Es bueno ser generoso?

Es un cliché manoseado y popular eso de que "es más importante dar que recibir", un lugar común que que casi nadie discute, aunque yo nunca lo he tenido tan claro. 

Bueno, para los boxeadores eso es sin duda verdadero, pero a la mayoría de la gente común y corriente nos gusta mucho más recibir que dar.

Recuerdo cuando mi amigo McDonnell, me dijo que le buscara un abogado que hablara inglés para hacer su testamento, yo le conseguí una y le preguntamos como quería repartir su plata y sus bienes. Me dijo "mira, redáctalo tu, te quedas con todo, la plata y las cosas".

La abogada no lo podía creer y le preguntó varias veces, a mi me tomo por sorpresa porque nunca había pensado en algo así, pensaba que como mucho me iba a dejar un reloj o algo por el estilo. 

Después bromeabamos por el asunto. Cuando lo acompañaba al centro me advertía que no lo tirara a las ruedas de los autos, que ya nomás se iba a morir solito. 

Yo le decía -en broma- que con la plata iba a arreglar la casa y que iba a instalar una placa que dijera "chas gracias Tom", "Patrocinado por McDonnell" o algo por el estilo. Nunca puse ninguna placa aunque tengo hartas fotos y recuerdos en mi oficina.

La cosa es que, después que murió lo enterré y todo eso, pasó más de un año antes que me animara a tramitar la herencia, en el intertanto murió mi querida suegra y yo todavía no me animaba a cobrar esas lucas mal habidas, que -viendo los papeles- me di cuenta que era mucha más plata de lo que había imaginado.

Bueno, entre la tramitación, el abogado y todo eso pasó otro año o más, hasta que finalmente fui a los bancos a retirar el billetón. Recuerdo que lo primero que se me vino a la mente cuando recibí el turro de dólares fue "¿quien dijo que es más importante dar que recibir?" 

Yo y los míos nos pusimos muy contentos contando los billetes... y todavía sigo contando unos cuantos sobrevivientes.

A lo que voy es que recibir también es importante y nos puede traer mucha felicidad. Eso me lo había explicado mi amigo Pepe Drago muchos años antes, cuando me enseñó que Los Favores Son Gratis, Nunca se Pagan.

Desde entonces, yo nunca he sentido la nececidad de agradecer cuando me hacen algún favor o regalo, ni mucho menos esperar que me agradezcan cuando se me ocurre hacer un favor a alguien. Creo que esa es la esencia de la generosidad y no tiene nada que ver con dar o recibir.

Curioso por el origen de esa frase cliché, me fui a buscar de donde había salido, a quien se le había ocurrido algo tan absurdo que, bromeando, siempre dije que la frase verdadera era al revés "es más importante recibir que dar" y que el cliché era por un error de traducción del griego o algo así.

Bueno, me encontré que la frase es de San Pablo, que pone esas palabras en boca del mismísimo Jesucristo. O sea es una de las ideas fundamentales de la ética cristiana. Sigo pensando que es un error: tanto dar como recibir puede ser igualmente bienaventurado, o desventurado según como se haga.

Busco en Santa Wikipedia que lo sabe todo como se define la generosidad, y leo lo siguiente "Es el hábito de dar o compartir con los demás sin esperar o recibir nada a cambio". Interesante que se defina la generosidad como un hábito y que se introduzca el concepto de gratuidad "nada a cambio".

Las acciones generosas fomentan lazos y relaciones sociales fuertes cuando generan gratitud. El generoso obtiene el bienestar emocional de creerse mejor y gana una reputación positiva. 

Una de mis citas favoritas la encontré por casualidad en uno de los tomos de "Vidas Paralelas" de Plutarco quien, refiriéndose a Tito Quincio Flaminino lo describía así_

"Siendo por carácter muy amante de honores y codicioso de gloria, aspiraba a hacer por sí acciones generosas e ilustres, y se complacía más en hacer bien a los que a él acudían que en ganarse la voluntad de los poderosos, considerando a aquellos como objetos de su virtud y a estos como rivales de su fama"

Me encanta, creo que describe muy bien el verdadero combustible de la generosidad, que se encuentra en la vanidad que todos llevamos dentro. Ulschmidt lo comentaba ayer refiriéndose a Pepe Mujica "amante de honores y codicioso de fama" ¿qué mejor descrippción que esa?

Pero la generosidad tambén tiene inconvenientes, el más obvio es convertirse en objeto de explotación y abuso, el Chapulín Colorado lo tenía muy claro cuando decía "se aprovechan de mi nobleza". Muchas personas se convierten en sanguijuelas apenas le haces el primer favor.

Asociado a esto tenemos el desgaste emocional al que nos exponemos por el miedo a quedar como tontos, a que nos hagan huemules, leo en Internet:

"La idea de que siempre hay que dar puede generar culpa, ansiedad o estrés, especialmente cuando los recursos del donante son limitados. Si la generosidad no va acompañada de límites claros y autocuidado, puede terminar siendo destructiva". 

Curiosamente la mayoría -casi toda en realidad- de la gente que he conocido en mi vida, cuando le preguntan cual es su peor defecto contestan siempre lo mismo "mi mayor defecto es que confío demasiado en los demás, llego a ser huevón de bueno"

Por mi experiencia en este cochino mundo me parece que eso es mentira. La mayoría de los que dicen esto son las peores sanguijuelas, los más manipuladores y mientras más convencidos lo dicen eso caracteriza a un cagador fino.

No hay indicador más claro, característico de un psicópata que creer que todo el mundo los perjudica por ser demasiado bueno, esa es una especie de sello de todos los psicopatás y sinverguenzas.

En fin, mi idea es que a algunos que tenemos el ego muy alto y una opinión medio exagerada sobre uno mismo, nos gusta y nos conviene ser generosos. Esa es la personalidad que retrata bien Plutarco al describir a Flaminino..

Y bueno, después de esta generosa aunque algo aburrida entrada mejor me retiro a mi cripta porque de la quemadura me quedaron tres grandes ampollas en la mano que -según el doctor Google- no hay que reventarlas porque van a desaparecer solas.

Nos leemos mañana.

21 comentarios:

  1. reventar esas ampollas dejan una bolsa de piel floja que fastidia mas que las ampollas mismas. Luego uno las raspa con algo, se abren o caen, y queda una epidermis roja que no se puede rozar con nada sin que duela. Pero si ya tiene aloe en su casa, hagase unos daditos con la pulpa interior de las hojas y lo pasa por ahì, es gran alivio. Uls

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    1. recuerdo de una ex novia dermatólogo que había que arrancarlas, desinfectar con ese líquido povidona, luego usar un parche, quizás qué sea lo mejor en quemaduras

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    2. Si por eso no he reventado las bolsas, hoy la mayoría desaparecieron pero queda una grande en el dedo índice y otra en el pulgar. Voy a colocarle aloe vera como sugieres, buena idea.

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    3. Anónimo claro, eso te hacen en la consulta o el hospital y supongo que es más rápido, pero yo que soy cerdo, si me las reviento seguro que se me infectan jaja, mejor las dejo tranquilitas a que la propia mano las absorba

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  2. a propósito de lo de ayer, el canal 13 sacó del closet a otra loca, el diputado diego ibáñez, tenía llave de la casa de larraín y frecuentemente dormía en ese lugar, ya la tendencia se confirma

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    1. Son jovenes exploradores, inluso Merluzo confeso que habia explorado...como si no fuese obvia su tendencia.
      Pero, eso es solo herramienta politiquera, la clave de los animalitos es que son ladronzuelos insaciables y haran lo que sea para seguir haciendolo.

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    2. Anónimo, Wilson, me recuerda al comportamiento de los bonobos, esos monitos que se dan duro entre ellos como parte de su comportamiento social, para estrechar alianzas y cosas así.

      Creo que es un comportamiento interesante y primitivo, tal vez por razones parecidas las mujeres se embarazan con facilidad, sin ninguna intenciñon de formar una familia ni nada de eso, son como la vieja de los gatos, pero en lugar de gatos tienen guaguas cada vez que las necesitan.

      Son muy curiosos.

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    3. si, claro, y parece que el bonobo larraín se ve perdido y acorralado, hace unos días ibáñez le hacía la desconocida, sospecho que el mismo, a medida que lo vayan empuercando, irá sacando a más homínidos del closet, esperemos lleguen al jefe de la bando, que todos sabemos quién es

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    4. Las similitudes interespecie entre los bonobos y los merluzos son asombrosas, una muestra viva de lo acertado que estubo Darwin con lo de la evolución :D

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  3. Coincido en que aparentemente es mas satisfactorio recibir que dar; Disfrutar mas de un chocolate regalado que de regalar parte del propio...parece obvio...
    Sin embargo se han hecho experimentos por neurocientificos y al dar se iluminan las zonas asociadas a la produccion de dopamina, endorfinas, y hasta oxitocina. Parece que los antiguos, que predicaban el dar, le achuntaron en algo interesante.

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    1. Sin duda que el generoso obtiene una especie de satisfacción moral luego de un acto de desprendimiento, pero esa satisfacción no dura mucho, tampoco el agradecimiento del que es favorecido... sin embargo el resentimiento por una ofensa, ah eso son se borra así nomás jaja

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  4. Si José, cada uno tiene sus motivos para ser generoso o mezquino. Puede ser por algo utilitario como producir algún beneficio social o simplemente porque se nos antoja regalar algo a alguien que nos cae bien, ndependiente de las consecuencias que tenga ese regalo.

    Los seres humanos tenemos en nuestra naturaleza eso de ser poco agradecidos, Maquiavelo escribió sobre eso como me lo recordó un amigo por Facebook hace algunos días. Nunca olvidamos una ofensa, en cambio un favor deja de tener importancia a los pocos días, es algo extraño pero está dentro de nuestra naturaleza.

    Uno puede vivir resentido, pero rara vez llega a sentirse eternamente agradecido, es cuestión de mirarse francamente a si mismo, nada más, Somos ingratos por naturaleza.

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  5. El "big man" es un sistema que estudiaron Harris y otros antropòlogos en indios de la costa oeste americana. En sociedades que todavía no tienen ningún tipo de Estado ni mayor organización, "bigman" es un hombre destacado, prototipo de una jefatura aunque no con todos los atributos de estas. Una suerte de vecino destacado, hombre de respeto, al cual los demás hacen regalos, obsequian parte de su producción, caza, recolección, artesanías, espontáneamente y sin aparente contrapartida.
    Pero el bigman no sólo atesora sino que reparte, distribuye, a quien le pida o necesite. Un joven que se está estableciendo puede recibir materiales para su choza, una novia cosas para s aujar, una familia refuerzo alimentario para sus hijos. Estas entregas tampoco estàn regladas ni se lleva contabilidad estricta de ellas, todo depende de la conversación y del criterio del bigman. Todo se basa en el prestigio y la honra, es prestigioso ser generoso con el bigman, ser elabado por él en la comundad y no ser un reclamón avaricioso en otro momento de la vida. El mismo bigman llega a su posición basado en el comportamiento honorable. Una institución de mínima estructura donde la generosidad, en realidad, tiene una funciòn útil. Uls

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    1. Y esos principios en buena parte todavía sobreviven, al menos en el mundo ideal y la retórica. Todos los políticos se presentan como un "bigman" y probablemente la mayoría creen que lo son, pese a que su comprotamiento y sus instintos muestren todo lo contrario.

      Por eso tanta gente excepcionalmente brillante, tantos genios que "podrían ganar cómodamente mucho más en el mundo privado" se ven tocados por el espíritu del servicio público y aceptan toda clase de sacrificios y riesgos -por ejemplo que los pillen robando- con tal de aportar para que su país y su pueblo sean un poquito mejores cada día.

      El bigman es el arquetipo teórico, el político es la cruda realidad.

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  6. Siempre con pensamiento crítico que es algo que al compartir se da se regala. Todo bien y mi chiste es que hay personas que vale la pena “Puro darle y darle y darle”
    Nos vemos cuando nos veamos. Ya.

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    1. Absolutamente, hay personas a las que "hay que puro darle", que duda cabe :D

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  7. Algo curioso que he notado es que muchos quienes pontifican con el que hay que más dar que recibir, les gusta mucho recibir favores. Al final prefiero a alguien que sea más honesto al respecto, total el que avisa no es traidor.

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    1. Si, mucha gente piensa que hacer favores es bueno porque después la gente queda agradecida y hasta cierto punto queda obligada a devolverte el favor. Pero no siempre es así, la mayoría de la gente se olvida rápido de los favores recibidos y por eso se enojan mucho cuando hacen un favor y no se lo devuelven :D

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  8. Sobre eso de ser muy confiado, tengo una anécdota algo distinta de lo típico: a un personaje, en quien confiaba mucho, lo metí a una empresa porque estimé que no sólo era competente para el puesto, sino que tenía virtudes personales que serían bien aprovechadas ahí.

    Con el tiempo, había armado una especie de secta con fieles a su alrededor y logró desbancar al jefe, quedándose con el puesto, pero los que le idolatraban se quedaron con las ganas porque apenas logró su objetivo se encargó de echar a la mitad de esos crédulos y se apernó al poder. Junto con eso, aprovechó de hacer algunos tratos con proveedores por debajo de la mesa y consolidar una guardia pretoriana a su alrededor.

    Lo distinto a lo típico es que no se aprovechó de mi ingenuidad para robarme o quedarse con algo mío, sino para entrar a un ambiente donde todo le sería propicio (sí, incluso eso que probablemente estén pensando). En el fondo fue como dejar entrar al zorro al gallinero.

    Y ahí quedé, mirando desde fuera y preguntándome cómo pude ser tan crédulo, aunque hay que reconocer que la psicopatía ayuda mucho a convencer a los normales… (por si acaso, el jefe desbancado no era yo).

    Saludos,
    El Triministro.

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    1. Muy buena historia, yo tuve una parecida con "el empleado ideal". En los ochentas fui a Santiago a abrir una tienda de Casio y tenía que contratar un jefe de tienda, así es que puse un aviso en El Mercurio, que era como se pedía trabajadores en esos años ¡me llegaron más de 200 currículums!

      La myoría no decían nada interesantes, otros eran ridículos -uno mandó una foto en traje de karateka y otro la copia de un certificado de artillero de la marina- los revisé uno por uno.

      Finalmente encontré uno interesante de un tipo que había salido de Chile, había trabajado lavando platos en N York y había tenido muchos trabajos, entre ellos vendedor.

      Lo llamé para una entrevista y el tipo me pareció espectacular, simpático, me pareció inteligente, serio y empeñoso: quedó contratado.

      Al primer día de trabajo no llegó, al segundo día apareció muy tarde, con un tufo a licor insoportable y lleno de moretones, contando la historia que lo habían asaltado.

      La cosa es que lo boté cagando. Pasaron los años y lo vi en la prensa supestamente involuctado en el asesinato de Jaime Guzmán. Después apareció que tal vez no tenía nada que ver, pero era un lanza internacional conocidísimo.

      Las apariencias engañan y los más vacunas siempre son los más simpáticos y agradables, tal vez por eso tengo tantos amigos vacunillas :D

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