04 julio 2024

¿De quién son las riquezas naturales?

Creo que he contado varias veces eso de mi profesor de Ciencias Sociales -creo que en esos años se llamaba Historia y Geografía- en el Licéo de Ancud, que nos enseñaba con una lógica impecable como las riquezas naturales, que estaban en nuestro suelo, habían sido robadas durante décadas y el gobierno de Allende las había recuperado para todos los chilenos.

Su ejemplo favorito era la minería del cobre donde explicaba como los gobiernos anteriores habían regalado esa inmensa riqueza al capital estadounidense. 

Empresas como la Braden Cooper Company, Anaconda, Kennecot, etc. habían recibido el espléndido regalo que los había hecho billonarios sin que nosotros, los verdaderos dueños, recibiéramos lo justo de ese enorme negocio.

Nunca me olvidaré el remate de una de sus clases, cuando dijo "al final, los gringos nos roban el cobre, con eso hacen ollas que después nos venden y al final solo queda el tremendo hoyo vacío". El argumento era claro como el vodka como diría Francisco y yo, igual que todos mis compañeros lo compramos convencidos.

Claro que éramos jóvenes y no sabíamos mucho, así es que era sencillo convencernos. Una primera señal de alarma, que no notamos en su momento, fue que los malvados gringos mal podrían usar el cobre en hacer ollas para vendernos, porque las ollas que compramos no eran de cobre. Bueno, así es como se van construyendo los cuentos.

Pero yendo a lo principal yo pensé durante muchas décadas eso que "se llevaban el cobre y dejaban el hoyo", algo que me parecía espantoso ¿qué diablos íbamos a hacer cuando el cobre se acabara? No fue sino muchos años después cuando fui en Iquique a una gran conferencia de José Piñera que se me aclaró esa duda.

Resulta que los recursos naturales, por ejemplo el cobre que está bajo el suelo, no son una riqueza inmensa porque lo que está bajo tierra no son lingotes, ni siquiera láminas de cobre, son piedras que en ese estado no valen absolutamente nada: cero valor.

Su valor es solo potencial, tal como el plomo de una bala, que tiene el potencial de matarnos, pero solo si antes alguien fabrica hierro, lo transforma en acero, lo forjamos con costosas maquinarias para darle forma a un revólver, fabricamos bronce, pólvora cartuchos y mil cosas más. 

Recién entonces ese valor potencial se transforma en un plomo que puede ser letal.  

Pero no nos adelantemos, revisemos un poco eso de "se llevan el cobre y nos dejan el hoyo" ¿qué se podríamos hacer para evitar que el cobre se agote? ¿Tal vez no sacarlo, o sacarlo despacito?

Claro que no, porque los recursos naturales no mantienen su valor igual con el paso del el tiempo. El carbón y el salitre eran mucho más valiosos en el Siglo XIX que hoy, el litio no valía nada hace dos siglos y así ocurre con todos los recursos naturales.

Por eso se deben explotar de manera acelerada, especialmente cuando alcanzan su mayor valor por el uso tecnológico porque ese valor no es eterno en el tiempo. Lo que se debe hacer es explotar todo lo que se pueda mientras el precio está alto para convertir esos recursos naturales en recursos humanos.

¿Han escuchado esas historias que aparecen de tiempo en tiempo de viejitas que mueren y les encuenran bajo el colchón una enorme cantidad de billetes de hace cincuenta años atrás que hoy no valen nada? Lo mismo pasa con los recursos naturales, es una gran estupidez "ahorrarlos".

Aclarado eso, veamos ahora lo del "robo" de los recursos por parte de los inversionistas, sean nacionales o extranjeros, da exactamente lo mismo para el caso.

Imaginen que yo voy a Chuquicamata, donde está la mina de cobre más grande del mundo y recojo una piedra que contiene un 1% de cobre (un contenido altísimo y poco probable, pero en fin) ¿Creen que alguien me trataría de ladrón por eso?

Claro que no, porque la maldita piedra no vale ni un centavo. Y cuando me las daba de minero, varios años atrás, aprendí que la riqueza o "ley" de una veta significa poco y nada  si no tienes a "alguien" con un par de miles de millones de dólares y se atreva a invertirlos, apostándolos en un proyecto que podría dar ganancias en unos diez años más, en el futuro.

Conocí eso de primera mano el proyecto de Salamanqueja, acá en Pampa Camarones. Estuve allí cuando empezó la fiebre de las exploraciones hasta que unos empresarios locales le vendieron el proyecto a un conglomerado minero japonés, que terminó quebrando. 

Perdieron hasta la camisa, aunque todavía siguen vendiendo el cuento, supongo que para tratar de salvar los muebles. Fue una apuesta enorme que resultó terriblemente mal.

Resulta que los inversionistas no son "ladrones" como explicaba mi profe sino apostadores. Las apuestas son enormes y con toda clase de riesgos. Los mayores peligros de cualquier proyecto minero son políticos, porque a la política llega cualquier pobre diablo y hace lo que quiere con "la riqueza de todos".

Entonces llegamos al tema de fondo ¿De quién son las riquezas naturales? ¿Quién es el dueño de esas riquezas? La respuesta debería ser que el verdadero dueño es quien las produce, invirtiendo riesgo y capital para obtenerlas.

Porque ya vimos que el lingote de cobre no sale listo de la tierra. Esto lo podemos entender con un ejemplo muy simple: Imaginen que un carpintero fabrica y vende sus muebles, ha comprado madera al dueño del bosque y también ha comprado sus herramientas y le paga a sus trabajadores. Sus muebles son buenos y los vende muy caros.

¿Podría venir alguien del gobierno alegando que los muebles son "de todos" porque en su origen hubo un árbol que creció en el suelo que está en territorio nacional? Solo un orate podría pensar tal cosa.

Pero en los años setenta hubo un orate, ladrón y tinterillo que aplicó ese mismo pensamiento. diciendo que como el cobre se había extrañido del suelo chileno y las empresas que lo explotaban habían obtenido "utilidades excesivas" eso daba derecho al gobierno a confiscar todas las millonarias inversiones.

Ese robo vergonzoso se llamó "la nacionalización del cobre" y fue aprobado por unanimidad en el congreso pleno, ni los momios más recalcitrantes tuvieron el valor de votar en contra.

Claro que el precio que tuvo que pagar el gobierno de Allende -es decir todos los chilenos- fue espantoso. Empezaron a aparecer los juicios en Francia y Estados Unidos que Chile obviamente perdió, y se empezaron a confiscar los bienes del Estado Chileno en el extranjero.

Allende tuvo que empezar a hacer frenéticas negociaciones por debajo de la mesa, que por supuesto no llegaron a nada porque no tenía con qué negociar. El propio cobre que Chile exportaba empezó a ser requisado en Europa.

El tinterillo ese se llamaba Eduardo Novoa Monreal y hoy en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile hay un salón que lleva ostentosamente su nombre.

¿Y por qué no es el estado el que explota los recursos naturales entonces? La respuesta del millón de dólares es: porque el estado no suele tener un peso para apostar en grandes inversiones y cuando lo ha hecho siempre ha fracasado, no en Chile sino en todo el mundo.

Solo recuerden que pasó con la industria del azucar en Cuba, la industria del petróleo en Venezuela, la del gas en Bolivia y para que seguir, la historia está llena de ejemplos. 

Porque para hacer esos negocios inmensos hay que apostar cantidades igualmente inmensas de recursos, y no con esos billetitos locales que imprimen los gobiernos, sino que con plata de verdad, moneda dura, léase dólares americanos.

¿De donde diablos van a sacar billones de dólares si con los que consiguen apenas les alcanza para robar y comprar votos? Con qué ropa...

Finalmente les voy a contar la firme, de quien son las riquezas naturales: los verdaderos dueños son los políticos de turno que están en el gobierno, porque ellos son los únicos que pueden disponer en último término lo que se hace con eso.

¿De todos los chilenos? Blow me this eye, si el cobre es mío -que soy chileno- exijo que me entreguen la parte que me corresponde de las utilidades de Codelco cada año, cash, billete sobre billete. 

El único propietario de una cosa es el que puede disponer a su antojo de ella, esa es la verdadera definición de propiedad.  

9 comentarios:

  1. Afortunadamente, y gracias a la sabiduría este gobierno, formaremos la Empresa Nacional de Litio (propongo el nombre: EMNALI, creo que suena fantástico y creativo). Y como esa empresa jamás verá la luz, y si la ve no producirá nada, nadie podrá robarnos el litio. Es el plan perfecto ¿como no se me ocurrió a mi?
    Codelco también intentará producir litio, pero Codelco es chilena, mas bien de sus trabajadores, ejecutivos, políticos y empresas que licitan servicios, entonces ningún extranjero podrá robarnos.
    Es fantástico, no tendremos hoyos ni nada de que preocuparnos. Seremos felices y podres sacar la madre a los que pretendían robarnos. Sería una buena idea decretar un feriado nacional para recordarlo en Plaza Italia todos los años.

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    1. jajaja buena Máximo, tienes razón, las malditas salmueras se van a quedar allí tranquilas por los siglos de los siglos así como va la cosa. Lo del Litio es una hilarante comedia de equivocaciones, una ópera bufa, algún día escribiré sobre eso

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  2. Como acá hay una Ley bases nueva, que dará beneficios para grandes inversiones, la perorata esa de que se van a llevar todo y nos dejarán anda por aquí anda con renovadas ínfulas.
    Galperín, el dueño de Mercado Libre, para contraponerse publicó un gráfico de las exportaciones de Australia.
    De paso es un tipo de grafo que puso de moda un profesor chileno en California.
    https://oec.world/es/profile/country/aus

    Lo que más exporta Australia es carbón. Oro. Minerales. Trigo. Jamás les importó un catzo pretender fabricar autos, aviones, etc... ni se pusieron a subsidiar esas industrias ni proteger a costa de sus consumidores ninguna industria nacional. Si exportan algo industrial es de alguna actividad que se desarrolló sola y competitivamente, equipos de minería o cualquier cosa que sea. Y viven como en el Primer Mundo, son del Primer Mundo. Uls

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    1. Ese es un excelente ejemplo Ulschmidt, los políticos australianos entendieron que las empresas subsidiadas y protegidas terminan fracasando, si o sí, ellos tienen -más que los recursos naturales- la estabilidad política becesaria para que los inversores se atrevan a apostar sus recursos allí, son de los pocos que aplican algo que se conoce desde inicios del Siglo XIX: las ventajas comparativas de David Ricardo

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  3. más datos: de Zunzunegui, historiador mexicano:
    - De todo el oro y plata que se extrajo en México, corresponde a la etapa de la colonia española.... el 7 %, nada más. (fuente de Zunzunegui, el Banco de México)
    Pero lo que se enviaba directo a la Corona era el "quinto real", o sea un 20% de ese 7%.
    Gran cantidad de platería y oros quedó en iglesias, catedrales, monumentos, todo el fabuloso patrimonio cultural que tiene México y que, por ejemplo, da motor a su muy activa industria del turismo. Así que dificilmente un mexicano actual se puede considerar pobre porque "los españoles se llevaron el oro". Uls

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    1. Esa es la otra estupidez, afirmar que "se robaron" o "se llevaron" el oro los extranjeros. La verdad es que se tomaron el trabajo y el riesgo de extraerlo, producirlo y comercializarlo. Son patrañas para alimentar el resentimiento sopcial, nada más

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  4. Es el mismo cuento de siempre. En toda Latinoamérica abundan esta clase de demagogos. El "perfecto idiota latinoamericano" se traga los cuentos fácilmente sin ponerse a pensar en todo el trabajo que realmente existe. Es curioso que critiquen tanto a la minería de inversión privada, pero se quedan callados cuando el estado interviene en esta. Para más INRI, el daño que causa una minera estatal es muchísimo mayor, acá por ejemplo cuando Velasco estatizo algunas empresas, estas dejaron de producir. Es muy famoso el caso de la refinería de La Oroya, el otrora centro metalúrgico nacional pasó a convertirse en una empresa deficitaria, y ahora la gente vende las piezas de la fábrica como chatarra.
    Por mi parte para acabar con toda esta tontería, soy partidario de una "ley del subsuelo". Que sea la propia gente la que negocie y haga con su propiedad lo que quiera, tal como ocurre en Estados Unidos y Canadá. Hasta hace unos años era común creer en la tontería de que un país que proveía recursos naturales estaba condenado. Australia, Canadá y Noruega han demostrado lo contrario.
    Anticaviar

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    1. un "subcaso" de eso mismo: Cuando extraían petróleo en la Patagonia, la estatal YPF - antes de la primera privatización - solía dejar unos charcos gigantes de petróleo en el entorno, producto de lavados, ensayos, etc.. Las aves migratorias confundían el reflejo con agua, aterrizaban y se empetrolaban. En esos años ir contra YPF era ir contra "La Patria". Una activista ambiental consiguió el primer fallo contra eso recién cuando YPF se privatizó. Y por supuesto, la privada tuvo que limpiar. La gente no se da cuenta que es mucho más fácil hacerle cumplir a una privada que a las sacrosantas y super-protegidas empresas estatales, en cualquier rubro que quieras. Uls

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    2. Anticaviar, efectivamente, eso de que es imposible convertirse en un país rico y desarrollado exportando solo materias primas fue otro cuento chino de los desarrollistas y sus acólitos de la izquierda, en una tremenda MENTIRA.

      Es muy común que alguien piense ¿y por qué no podemos nosotros producir chips como TSMC, si Taiwan lo hace? ¿Por que no fabricar vehículos eléctricos localmente y exportarlos? y cosas por el estilo sin tomar en cuenta que -en nuestro estado de desarrollo- tenemos todas las desventajas posibles y ninguna de las ventajas de los que tendríamos que competir. Australia, Canada, Noruega son ejemplos que si se puede vivir y crecer exportando principalmente materias primas.

      Eso se llama "división del trabajo" y es más viejo que sentarse en el poto. lo describió Adam Smith hace una manganada de años.

      Ulschmidt, acá en Chile también tenemos ejemplos de pizarrón de eso: las refinerías de Enap, las fundiciones de Codelco, todos desatres ambientales.

      Si pones a la policía (el estado) a cargo de un garíto o de un prostíbulo, difícilmente se van a multar a si mismos: todo vale para ellos, nada vale para los que les compitan. A propósito, ese es el "secreto" de la cacareada competitividad de las empresas chinas.

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