Se goza y se sufre

 

Se goza
Con mi grupo de amigoos nos venimos juntando desde los años ochenta, hubo muchos años que nos juntábamos cada fin de semana ya fuese en restaurantes (La Tía de Ferroviarios, El Papagallo, El Coteto, Los Aleros de 21, el Cavancha, El Poblado Artesanal y varios más que se me olvidan) como en La Parcela del Pueblo de Daniel Viera o en su casa.

Daniel ha sido siempre el articulador, el que compra, cocina y dispone todo, pero también hay algunos second como Tito Torres o el Arquituerto Marco Antonio que lo llaman para reclamar que tienen sed, y así empieza todo porque Daniel pica sin carnada. no hace falta insistirle.

En la foto aparecemos los que vamos quedando, porque ya son muchos más los muertos que los vivos. el arquituerto fue esta vez el fotógrafo,  de izquierda a derecha Cheché García Pereira, Tito Torres. este humirde servidor (sirviéndome un vino), Alejandro Prati, Lukas Kobilic y su hermana Milena, la única capáz de dejar mudo al Jote Viera con un ligero levantamiento de ceja, su marido Daniel Viera y Waldo Gonzalez tapándose la cara con el celular.

Hay otros amigos lejos y varios más en el cementerio, pero me parece que estos somos los que quedamos en Arica. A Cheché García yo lo he dado por muerto tantas veces que ahora lo tocamos bien para asegurarnos que no se trata de un fantasma, hasta escribí una entrada anunciando el sensible fallecimiento, que resultó ser falsa alarma.

Tito Torres es profesor de electrónica jubilado, doctor en Física y una de las mentes más brillantes que conozco, pero es sencillo como Gardel. Dicen que es tan pero tan sencillo que cuando chico lo usaban para dar vuelto, en fin, un chiste para chilenos nomás.

La Patrulla Juvenil está integrada por el arquituerto, Prati y yo, que tenemos la misma edad, somos todos cosecha 1955 y ahi estamos como el resto en lucha contra los achaques tratando de mantener el buen ánimo.

Lucas y la Milena son los representantes de la pequeña croacia de la parcela, me dicen serbio pero no es verdad, yo soy más chileno que el cuento del tío, aunque tengo un primo muy simpático que vive en Belgrado y se llama Perika, los Bradanovic son de la Isla de Vis en Dalmacia ¡Faltaba más!.

Waldo estuvo embarcado en un buque ucraniano -creo que en los noventas- y pasó un par de temporadas en la Antártida, es el único Cap Hornier de verdad que he conocido y está lleno de manías y peculiaridades porque -como ingeniero en alimentos- reclama siempre por la comida o el color de los platos.. 

El arquituerto es otra fuente de jolgorio, egresado de la Chile y con estudios en El Vaticano y Francia, es el único arquituerto experto en barro en el país de los terremotos, además es el inventor de la famosa Teoría del Anticipo y de un nuevo estilo arquitectónico con edificios muy bajos y anchos o muy altos y delgados, eso fue en la época que solo tenía una impresora Epson de carro angosto.

A mi me hacen bromas pesadas con mi genealogía diciendo que es más falsa que Judas, que soy viudo del McDonnell porque lo llevaba para la parcela y muchas cosas más. Como corresponde, nos insiltamos harto, para reirnos un rato y en eso -tomando y comiendo- nos pasamos el tiempo.

Llevábamos tanto tiempo sin juntarnos que ya ni recuerdo cuando fue la última vez, si no fuera por el impulso del Viera y la insidia del Tito, que lo provocó, tal vez no nos habríamos juntado hasta el siguiente finadito. 

Tenemos una lista donde colocamos en orden quien será el próximo fiambre y corren las apuestas, pero ocurren batatazos y se mueren los menos pensados. A Cheché yo lo he dado por muerto varias veces y hasta le escribí un discurso fúnebre en mi blog, pero no hay caso, sigue ahí levantando la copa contra todo pronóstico.

La parcela quedó muy bonita con las nuevas puertas, nada que ver con el antiguo chiringuito donde nos juntábamos antes y yo tenía "mi hamaca" para pasar la resaca Esta vez comimos y tomamos poquito, muy distinto de los tiempos aquellos porque el cuerpo ya no da para eso. Los muchachos de entonces ya no somos los mismos.

En fin, somos amigos desde los ochentas, más de cuarenta años, seguimos repitiendo los mismos chistes y bromas pesadas, lo curioso es que todavía nos dan risa: es mejor ser alegre que ser triste.

Algunas fotos del evento se pueden ver aquí

Y se sufre
Tal vez recuerden que tenía un problema con la dirección de mi auto, que sonaba como cuando yo ando mal del estómago cada vez que doblaba. Pensé que era poca cosa y le rellenaba el depósito con ATF para que dejara de sonar, como no veía caer el aceite pensé que era solo cuestión de cambiar los o-rines.

Así es que se lo llevé a un mecánico especializado en eso y me dijo que no parecía gran cosa y la reparación me costaría 120 dólares, lo pensé dos veces y pedí una segunda opinión, esta vez la cosa bajó a 90 dólares, está caro bajar el tren delantero pensé.

Los dos mecánicos eran peruanos, de allá son los expertos en cremalleras porque hacen los milagros del cambio de volante, así es que lo dejé con el segundo pensando que -con suerte- la podría hacer con los 90 dólares.

El problema fueron las malas noticias al desarmarla, los pistones estaban hechos pebre, irreparables por haber manejado tantos años con poco líquido, menos mal que la bomba se salvó del desastre. El tornero me explicó por qué no podían repararlo y yo aprendí un poco más de mecánica del tren delantero, claro que por un alto precio.

Ahora tenía que ponerme de cabeza a buscar una cremallera. La pieza nueva vale entre 200 y 300 dólares y es sumamente arriesgada la compra, porque cada maldita cremallera es ligeramente diferente de las demás.

Ya estaba decidido que iba a conseguir en una desarmaduría alguna usada que no tuviese fugas, pero entonces aprendí que eso es más difícil que encontrar a un socialista honrado. 

Gracias a la magia de Internet, encontré un grupo de dueños de Toyota Vitz en Arica y como por arte de magia apareció Cristian diciendo que tenía una cremallera buena en 60 dólares

¡Bingo! Problema solucionado, pensé, pero ese era solo el comienzo. Después de muchos problemas de coordinación nos juntamos en el taller, llegó con su cremallera y... no era la misma. 

Seguí mi peregrinaje por desarmadurías sin encontrar nada, finalmente encontré un Vitz en desarme con su cremallera, pero le noté algunos detallitos.

Resulta que estaba mojada en las puntas, pero había otra cosa peor, era que la pieza que une el muñón con el fierro del volante no encajaba, el vendedor me dijo que habría que soldarla ¿soldar la pieza que hace la fuerza para mover las ruedas? ¿qué pasa si la soldadura se rompe? No, muchas gracias.

Cuando ya me estaba tirando los pocos pelos que me quedan ante el callejón sin salida, me llamó de nuevo Cristian, el de la primera cremallera diciendo que había encontrado otra. Le dije que la trajera a ver si me servía.

Esta si estaba buena, habrá que hacer una adaptaciones menores pero el mecánico finalmente dio el visto bueno. En fin, pasé muchísimos malos ratos con esto pero ya la están colocando, en dos días más la tienen lista.

Se goza pero también se sufre, es imposible que pasen puras cosas buenas nomás. Aquí les dejo un video con el enfermo en el taller.