La minería no tiene nada que ver con eso, el agua potable de Tacna es de la cuenca del Caplina, distinta de donde se saca agua para la minería, aunque algunos no lo saben y a otros no les importa, existe un movimiento anti minería: el que no está contra las mineras es no es buen tacneño, es un vendido.
El problema real es mucho más complejo. El agua potable en Tacna es escasa porque la administra la municipalidad, la operación es deficitaria, muy pocos pagan lo que consumen y se derrocha en enormes cantidades. La consecuencia obvia es que no se invierte en infraestructura y la ciudad vive entre puras emergencias y cortes, al borde del colapso. Poco o nada tiene que ver la minería en eso.
Los que si pelean el agua con las mineras son los agricultores de Candarave y áreas cercanas a esa, el gobierno ha hecho enormes inversiones en represas y canales, aunque usan métodos de riego antiguos e ineficientes. Con o sin mineras jamás tendrán agua suficiente, son como un barril sin fondo. Su productividad es muy baja y el valor económico de la agricultura en esa zona también es casi a nivel de subsistencia.
La Southern tiene licencias de agua por 1950 lt/s lo que no es demasiado para una operación de ese tamaño, pero tampoco tiene métodos modernos de recirculación ni menos desalación o uso directo de agua salada para flotar o lixiviar. Consume agua dulce y eso enfurece a los agricultores que se ven a si mismos de algún modo como propietarios "legítimos" de toda el agua.
El gobierno de Ollanta Humala se ve enfrentado a un enorme problema que va a ser muy difícil de solucionar. La solución técnica es mantener y aumentar las licencias de agua de la minera (tiene un plan de expansión cuyo estudio ambiental está pendiente de aprobar), porque es una actividad miles de veces más productiva que la agricultura y beneficia -directa e indirectamente- a muchísimas más personas con trabajos de mejor calidad que la agricultura de sobrevivencia.
Por otro lado Humala prometió en su campaña que iba a "revisar" las licencias de agua, lo que traducido al castellano significa disminuir el caudal permitido. Con esto quedaría sin factibilidad la ampliación planeada de las operaciones. El costo de oportunidad sería enorme para la economía porque todo apunta a que los precios actuales del cobre son anormalmente altos y no se van a mantener por siempre. Si no se explota aceleradamente las pérdidas pueden ser muy grandes. Para que hablar de la credibilidad en la seguridad jurídica ante los inversores.
Por otro lado están las "fuerzas vivas" de la ciudad, avivadas por políticos, locutores de radio y hasta pastores evangélicos que les presentan el asunto como una guerra entre el bien y al mal: los humildes campesinos y ciudadanos contra el despiadado capitalista chupasangre.
La Southern ofreció unos 200 millones de dólares, aparte de lo que aportan por el canon minero, para mejorar obras de riego y financiar el riego tecnificado. No creo que sea una solución inteligente, apenas los agricultores tengan mejor riego aumentarán su superficie cultivada y se les abrirá el apetito por mucha más agua. Aparentemente es un problema insoluble, al menos en democracia.
No es políticamente correcto decirlo, pero estos problemas favorecen la inversión en Chile, los 4.500 millones de dólares que llegarán a Antofagasta este año, donde los costos de explotación son sin duda mayores que en Perú, son una muestra del poder de algunos activos intangibles como la confianza y la importancia de que esta se mantenga.
Todo esto a propósito que Dan "el gringo" Brewington, me escribió preguntándome por que no había seguido mandando artículos a I Love Chile, bueno, en realidad no es fácil para mi tratar de componer de manera decente en inglés, pero igual escribí el artículo que pueden leer aquí.
La traducción en español es más o menos así:
"En los años 70 el presidente Allende decía que "cooper is the wage of Chile". En la actualidad la minería sigue siendo la sangre de la economía chilena, de los 83 billones exportados por Chile el año 2011, 53 billones corresponden al sector minero. Este año la región de Antofagasta recibirá 4.5 billones de inversión para proyectos mineros lo que muestra la importancia de ese sector en nuestra economía.
La mayor parte de la actividad minera se concentra en las regiones de Antofagasta y Tarapacá que son las zonas más áridas del mundo. Como la minería necesita de una cantidad de agua considerable para funcionar, eso ha provocado grandes problemas.
A diferencia del sur de Chile, donde el agua es abundante y prácticamente no tiene valor económico, en toda la zona norte los sectores de agricultura, industria y agua potable compiten por tener acceso a ella. La falta de una estrategia clara del gobierno para las regiones hace que esta competencia se exprese en conflictos que pueden llegar a ser violentos.
Es lo que está ocurriendo en el sur del Perú, donde el conflicto entre minería, agricultura y agua potable se ha convirtido en una guerra por el agua que afecta a la política y a la economía. En Perú la situación es peor que en Chile porque el mercado del agua es regulado discrecionalmente por el estado. Los agricultores presionan para tener agua preferente a sus cultivos. Estos cultivos son ineficientes, técnica y económicamente, requieren gran cantidad de agua para una economía apenas de sobrevivencia.
¿Como repartir el agua cuando es escasa? La respuesta económica es que cuando un bien es escaso su precio debe subir hasta llegar donde la oferta y la demanda se encuentran.Pero esto resulta políticamente inviable en zonas rurales donde los campesinos tienen derechos de agua adquiridos y presionan al estado para que les otorgue cada vez más. En cierto modo los campesinos se consideran "dueños" de toda el agua que puedan obtener.
En Chile tuvimos este problema en Copiapó donde se produjo un colapso para los agricultores, tecnificados y rentables, que también amenaza a las grandes inversiones mineras e incluso al agua potable.
En Antofagasta los usuarios de agua potable han sido los más perjudicados, les instalaron una planta desaladora que costó muchos millones de dólares y tienen que pagar grandes cuentas por un agua de pésima calidad.
En Arica, donde yo vivo, existen parques nacionales y zonas protegidas que han impedido la exploración minera, pero hay una fuerte presión de locales para que eliminen esas protecciones, al menos parcialmente y se instale la gran minería en la región. Eso perjudicaría todos los esfuerzos por desarrollar el turismo sustentable, que es una de las principales actividades económicas en la actualidad.
¿Como repartir el agua en lugares donde es escasa? No es un problema sencillo y hay muchos intereses económicos, políticos y sociales involucrados. Lo único seguro es que la respuesta debe ser técnica y basada en los principios generales de la economía que han generado prosperidad al país en los últimos 35 años".
La foto es de la involuntaria cortesía de La República.