Durante toda mi -no muy inocente- niñez tuve el sueño de ser dibujante. Las revistas mexicanas de monitos eran mi segundo vicio después del flipper y en cada una de ellas ellas aparecía, en la contratapa, una de las publicidades más atractivas que he visto en mi vida, decía cosas como "Aprenda Dibujo", "Sea su propio jefe", "Historias de éxito" y cosas por el estilo. Era el Curso de Continental Schools, mi sueño dorado era poder comprarlo y convertirme en dibujante.
También me gustaba mucho esa propaganda de Charles Atlas, el hombre más perfectamente desarrollado del mundo, que decía "Yo era un alfeñique de 44 kilos, solo deme 15 minutos diarios de su tiempo" y hasta llegué a pedir el folleto gratis, pero nunca pensé en serio comprar ese curso. Lo mío era el curso de dibujo.
Nunca tuve la plata pero tampoco desapareció mi sueño, pasaban los años, estudie para técnico, después saqué ingeniería pero yo seguía con la ambición de matricularme en Continental Schools y convertirme en un famoso ilustrador. En el año 1989 era el flamante gerente de la Sociedad Comercial San José en Iquique, ya manejaba algo de plata y en un viaje a Santiago lo primero que hice fue recorrer los portales del centro donde yo sabía que Continental Schools tenía sus oficinas en Chile.
Finalmente los encontré y me desilusionó un poco, era uno de esos antiguos departamentos de un ambiente, repleto de papeles donde me atendió una vieja señora que parecía sorprendida de ver por fin a un cliente. Me explicó que las lecciones se pagaban por adelantado (eran como 60) y las enviaban todas las semanas, los trabajos se mandaban a corregir a Argentina. Más se sorprendió cuando le dije que quería comprar todo el curso completo, al contado, aunque era bastante caro.
Y como se dijo se hizo, salí de esa oficina con un gran paquete de las sesenta y tantas lecciones más los secretos profesionales y las clases de aplicación práctica, todavía las guardo en algún lado y van a ser la valiosa herencia que recibirá el Tomás Jr. para cuando me muera. Algunas de estas lecciones están publicadas en el
Blog de Ramón García, son un poco ingenuas y el estilo es bien anticuado.
Creo que mandé las primeras dos o tres lecciones a corregir y me indigné cuando me las devolvieron desde el otro lado de la cordillera marcadas con lápiz rojo ¡yo que me creía un Miguel Angel parece que no dibujaba tan bien después de todo! ah, creo que con eso se me apagó el gusto por el dibujo, era tan ególatra que no soporté la crítica y no volví a dibujar un solo mono desde entonces.
Me acordé de esto porque hoy en la mañana estuve en una reunión con Yanko Ossandón, el decano de la escuela de Educación a Distancia de la Universidad para ver la posibilidad de implementar una carrera de técnicos al menos parcialmente en esa modalidad, estuvimos conversando, viendo las instalaciones y aproveché de mirar como hacían clases a los diseñadores multimedia que es una carrera que se imparte parcialmente a distancia.
La educación a distancia en Chile tiene mala fama y poco prestigio, todavía se habla de manera despectiva de "estudiar por correspondencia" lo que no se considera una verdadera carrera. Yo he tenido algunos intentos en eso, mi
curso de Visual Basic para Aplicaciones por ejemplo, además de tenerlo en la web, lo daban hace años en e-Magister y en la Web del Programador con relativo éxito, también hicimos un seminario a distancia con mi
Manual del Pequeño Empresario.
Siempre he pensado que con las herramientas de Internet que hoy tenemos la educación a distancia podría ser mucho mejor que la presencial, pero siempre hay algo que no funciona. Está la falta de prestigio, pero creo que el mayor problema es de motivación: es muy difícil mantenerse motivado cuando los cursos se complican.
Yo mismo tomé hace años un curso de e-Magister para aprender la Teoría de Objetos y lo dejé en las primeras clases por desmotivación, creo que las antiguas escuelas por correspondencia conocían muy bien ese problema y trabajaban duro en la publicidad, no solo enseñaban el curso sino que eran constantemente inspiracionales porque dependían de eso para mantener a los alumnos interesados durante un año, pagando todos los meses.
Aparte de las carreras técnicas se me ocurre que la educación a distancia daría buenos resultados con la capacitación. Por ejemplo tiempo atrás unos taxistas se me acercaron porque querían aprender algo de inglés, me imagino a Tom Wilke, Tom McDonnell, Mila y Rudy produciendo podcasts de conversación que luego se combinarían con lecciones en Skype, tal como hace desde muchos años mi amigo Max Zuñiga en su
escuela virtual de inglés.
El fracaso -hasta el momento- de la educación a distancia por Internet yo creo que tiene que ver con el fracaso a subir contenidos de calidad a la web. La cantidad de contenido local de basura que se genera es enorme, partiendo por Twitter, siguiendo por Youtube, Facebook y el propio Blogger, creo que en Chile los blogs más populares con cosas como Porlaputa, Juanelo o cosas por el estilo, entretención a nivel de tele más o menos. Si es por entretenerme prefiero la pornografía. Mil veces.
Hasta mañana.
P.D. el aviso de Charles Atlas "yo era un alfeñique de 44 kilos" (Hey skinny!, versión en inglés)