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07 junio 2011

Competencia perfecta

La competencia perfecta es una de las ideas fundamentales de la revolución marginalista en economía. Trataré de explicar un poco de que se trata y cuales son los problemas que están apareciendo en esta prestigiosa teoría.

Teoría clásica: valor objetivo
Los economistas clásicos: Smith, Ricardo, Marx, tenían la idea que el valor de las cosas estaba relacionado a algo objetivo, independiente de la preferencia de las personas como por ejemplo lo que costaba fabricarla. El caso más típico es Marx que sostenía que las cosas tenían un valor trabajo (la suma de los trabajos que había costado hacerla) más la plusvalía que se apropiaba el capitalista (o sea el margen).

Pero el propio Adam Smith había notado que no era tan simple la cosa y en la paradoja de los diamantes y el agua, que aparece en la Riqueza de las Naciones, mostraba que cosas muy útiles (como el agua) pueden costar muy poco y otras de escasa utilidad (como los diamantes) pueden costar mucho, dependiendo de su abundancia o escasez relativa. Eso llevó a los economistas clásicos a enredarse diciendo que las cosas en realidad tenían dos valores: un valor de uso o sea su utilidad y un valor de cambio o sea su precio. Este enredo ya pronosticaba que algo no andaba muy bien con la teoría.

Teoría neoclásica: valor marginal y subjetivo
Un gran economista hoy escasamente reconocido, William Stanley Jevons, fue de los primeros en desenredar el asunto, diciendo que el precio de las cosas no dependía de lo que costaba hacerlas sino de un equilibrio entre lo mínimo que el vendedor estaba dispuesto a aceptar contra lo máximo que el comprador estaba dispuesto a pagar. Un poquito más arriba o más abajo y se quedaba fuera del precio, o el comprador no compraba o el vendedor no vendía. Ese "poquito" es la idea nada intuitiva de "marginal". Por esa misma época Carl Menger llegaba a la misma conclusión.

Si bien la idea original fue de Jevons y Menger, Alfred Marshall fue el sumo sacerdote que colocó estas ideas dentro de un modelo matematico, su Principios de Economía fue el texto más importante durante muchos años y piedra fundamental de la economía neoclásica . La escuela de Cambrigde-Lausanne fue la cuna de los economistas más famosos hasta el día de hoy: Pigou, Pareto, Keynes, Arrow, Friedman y tantos otros que fueron o son fuertemente influenciados por ella.

Modelos matemáticos
Ya sabemos que los modelos matemáticos son aproximaciones de la realidad y un modelo es bueno en la medida que contenga todo lo relevante que nos interese estudiar. El modelo neoclásico hace una enorme simplificación al estudiar como se comporta la economía en una situación de competencia perfecta, donde todos compiten en igualdad de condiciones, nadie tiene ventajas especiales sobre su competidor y en especial nadie posee información privilegiada.

Es obvio que la competencia perfecta no existe en este mundo, siempre habrán asimetrías de información y siempre algunos actores tendrán ventajas temporales, pero los economistas neoclásicos consideraron estas "distorsiones" como despreciables, en el sentido que el estudio de la situación ideal permitiría hacer pronósticos acertados siempre y cuando se corrijan las "imperfecciones del mercado" como las llama Stiglitz.

Trabajo con modelos imperfectos
Este enfoque nos permitía hacer modelos y simulaciones econométricas, estadísticas, etc. que calculan en situación ideal de competencia perfecta y después corrigiendo las imperfecciones se podía predecir el futuro. Si la predicción no es exacta no es culpa del modelo sino de las imperfecciones de la realidad. Esta idea absurda -es broma- resulta común en los matemáticos, la mayoría de los economistas neoclásicos famosos como Keynes, Arrow, Pareto o Friedman tuvieron como profesión de origen las matemáticas, lo que explicaría esta ingenua y casi ciega fe en los modelos.

La economía neoclásica ha tenido mucho prestigio y algunos resultados parciales exitosos, sin embargo como un todo sus resultados son pobres, no ha funcionado. Ni las más poderosas computadoras ni los modelos matemáticos, correlaciones y simulaciones más sofisticadas han logrado predicciones lo suficientemente buenas como para anticipar y menos para evitar los ciclos económicos que se vienen produciendo desde que la economía existe.

Porque los economistas no se hacen millonarios
Tengo un amigo que es economista y fanático de la econometría, me dice que todos los fracasos económicos se deben simplemente a equivocaciones de criterio o de cálculo puntuales. Entonces yo le pregunté por que los economistas, en lugar de vivir dando clases no se dedicaban a hacer un modelo que les permita predecir los precios de la bolsa y hacerse millonarios. Su respuesta fue una cantinflada que me dejó menos que satisfecho. Los economistas no son millonarios porque sus modelos no predicen, esa es la verdad.

La teoría general del equilibrio
El punto más controvertido de la teoría neoclásica es el modelo de equilibrio general, donde los precios tienden globalmente a la estabilidad a medida que aumenta la competencia. Esto es algo que nunca se ha observado en la práctica, al aumentar la competencia lo normal es que crezca la inestabilldad. Aunque Arrow demostró matemáticamente que el equilibrio general es posible, lo hizo sobre un modelo ideal con tantas restricciones que en el mundo real no existe nada parecido. Volvemos a lo mismo "no es que el modelo no se ajuste a la realidad sino que la realidad no se ajusta al modelo" ja.

Teorías incompletas
Igual que en otras ciencias, las teorías económicas han mostrado ser incompletas a medida que se avanza en el conocimiento. Sería una estupidez volver a la idea de los valores objetivos como proponen unos pocos economistas de izquierda. Una respuesta mucho mejor es la de la escuela austriaca que simplemente acepta que la economía no es matemáticamente modelable y el equilibrio no es posible en el mundo real ni tampoco la información completa, ni los comportamientos son siempre racionales. Esto se sabe desde hace tiempo pero la teoría neoclásica en su afan de parecer "científica" y matematizarse, sigue usando métodos que no predicen. Cuando la curva se empieza a complicar es que algo anda mal con el modelo.

Las ideas neoclásicas han tenido aciertos pero también grandes defectos, que se han plasmado en lo que se conoce como "economía del bienestar" que persiste en el modelo neoclásico de competencia perfecta y busca el equilibrio en un óptimo de Pareto, usando al estado como "corrector" de las imperfecciones. En la práctica esto se ha traducido en una forma más o menos pervertida de entender la competencia.

Competir es pelear, no necesariamente limpio
La competencia no puede ser igualdad de oportunidades ni cancha pareja para todos, al contrario, consiste en tomar ventajas y tratar de desbancar al competidor. Las leyes antitrust (anti-colusión en Chile) y las regulaciones de "libre competencia" reflejan esta idea torcida de que existe un estado ideal de cosas y que todo lo que se aparte de eso son "imperfecciones del mercado" que el gobierno debe regular para asegurar iguales oportunidades. Esta idea que parece tan inocente es una de las peores derivadas de la economía neoclásica y causa de casi todos los vicios que se le achacan a esta teoría.

Todos vuelven
Así dice el vals "todos vuelven al lugar donde nacieron" y al final los austriacos terminaron redescubriendo a la economía clásica, no existen las imperfecciones del mercado, buscar equilibrios y óptimos de Pareto es tan inútil como hacer planificación económica, cosa que Hayeck demostró que era imposible y no con un modelo artificial como Arrow sino con uno muy real, validado por la historia. Seguramente en varios años más estas ideas serán comúnmente aceptadas y nos preguntaremos como hubo gente tan tonta para creer que el equilibrio era posible, pero asi es como avanzan las ideas, a velocidad geológica. Hasta mañana.