
Se puede dibujar una curva de la demanda para varias combinaciones de precio y cantidad, en general vemos que mientras más alto el precio menor cantidad se demanda y mientras mayor cantidad (o menos escasez) menor precio. Se puede dibujar también la curva de la oferta (en azul) que es justamente al revés: mientras menos se produce menos ingresos. El punto donde se juntan la oferta con la demanda es justo el máximo que está dispuesto a pagar el cliente y el mínimo que está dispuesto a aceptar el vendedor. Ese es el precio de mercado del producto.
Con estas dos curvas y un montón de ecuaciones más o menos inútiles en torno a ellas se puede resumir la primera clase de cualquier curso de micro economía. El resto del curso es un largo comentario en torno a estas curvas y ese equilibrio básico.
Pero tenemos una economía al revés, que se llama economía de redes y permite crear riqueza en torno a principios que contradicen los fundamentos de la micro economía. La economía de redes viola el principio básico que el productor trata de obtener el máximo precio por el bien que produce, al contrario, trata de bajar el precio a nivel infinitesimal y aún regalar su producto, en la esperanza de obtener ingresos marginales asociados a una gran cantidad de usuarios.
El ejemplo clásico de economía de redes son los teléfonos: si en una población hay un solo teléfono no vale nada, porque nadie se va a llamar a si mismo, si hay dos estos toman cierto valor y mientras más teléfonos existen, más valor tienen: el ideal es que toda la población tenga teléfono y entonces cada uno alcanza su máximo valor individual.
Si lo analizamos con la micro economía clásica ya hay algo raro, porque aquí no son las cosas escasas las valiosas sino todo lo contrario: mientras más abundancia, más valor. Pero bueno, supongamos que aceptamos esto y queremos seguir usando las ideas clásicas: si los teléfonos se van haciendo más valiosos -en términos de utilidad- junto con el aumento de su cantidad, mientras más abundantes el productor debería venderlos cada vez más caros, porque el consumidor está recibiendo un producto más valioso cierto?.
No es cierto, porque si sube el precio los usuarios empezarán a hacer su cálculo de costo/beneficio y llegado a cierto nivel de precios dejarán de comprar, lo que influirá negativamente en la utilidad de los teléfonos y todo se estancará en el mejor de los casos, si es que no entra en un círculo vicioso de deterioro de ventas.
Si el productor en cambio baja el precio de los teléfonos a un nivel infinitesimal, bajo lo que costó producirlos o incluso los regala, tendrá una pérdida inicial pero ganará al adquirir una enorme cantidad de los clientes a los que puede cobrarles las llamadas según los principios tradicionales de mercado. Los clientes también son doblemente beneficiados porque reciben algo a cambio de nada -o muy poco- y a la vez ese bien tiene la máxima utilidad pues todos los demás tienen uno. O sea consiguen maximizar la utilidad micro económica (costo bajo) y la utilidad de redes (más utilidad de uso) al mismo tiempo.
La economía de redes no es nueva como concepto, ya mi amigo Marco Antonio, con sus muchos clientes chiquitos inventó hace años el principio de "cien monos cagan más que un elefante" y eso que es arquitecto, no economista. Lo realmente nuevo es que las tecnologías nuevas permiten producir bienes a costo infinitesimal, cosa que antes de Internet no era posible.
Por ejemplo ¿cuanto cuesta hacer una publicación en línea? En cuanto al soporte físico prácticamente nada y lo más importante es que mientras más lectores tienes, los costos siguen en el mismo punto ¡no existen costos variables! Entonces -en teoría- si yo pudiese reclutar a un grupo de gente talentosa para escribir un diario que compita con La Estrella de Arica, los podría reventar con cierta facilidad pese a los millones de dólares que dispone la cadena El Mercurio para sus proyectos.
Claro que eso es la teoría porque existen costos fijos y los talentosos no suelen trabajar por los aplausos. Eso explica que los diarios ciudadanos ya toparon su techo y no parece probable que reemplacen a los medios tradicionales. Pero se mantiene el hecho que los costos fijos son mínimos comparados con los variables de un medio tradicional, lo que abre entrada para que empresas mucho más pequeñas sean competitivas en iguales condiciones.
Por otra parte en Chile la cadena "El Mercurio", trata de volver a la economía tradicional y al mismo tiempo permanecer en la web en su estrategia de cobrar los los contenidos. Creo que eso es un harakiri, incluso si tienen éxito y logran cobrar su base de lectores se va a contraer tanto como si subieran el precio de los teléfonos a medida que se van vendiendo. Y lo peor es que le abrirán espacio a otros medios competidores que mantengan los contenidos gratis o fácilmente accesibles.
Es una vuelta atrás que desconoce la economía de redes donde el mayor valor no es el cobro individual, sino la cantidad de conexiones. Lo peor es que pueden perder el activo más valioso que les ha costado más de un siglo construir: la influencia. Si por intentar cobrar por leer los contenidos pierden su influencia pienso que será la decisión más desastrosa en la historia de la empresa.
La economía de redes es al revés y la curva de demanda es una larga cola donde no conviene concentrarse en los precious few de Pareto, sino en el mercado restante que es asintótico. Y la razón es que ya no tenemos un 80-20 sino un 1-99. Hasta mañana.