21 agosto 2024

Como veo yo el ahorro

Tenía otra idea cuando comencé a escribir la entrada de ayer pero -como me pasa siempre- empecé a divagar y terminé colocando cualquier cosa menos lo que pensaba, estoy igual que Donald Trump en sus discursos.

Mi idea era contarles como gasto yo la plata, porque creo que esa es una de las pocas cosas que hago bien. 

Si consideramos mi repugnancia por el trabajo creo que es interesante contarles como no me he muerto de hambre en tantos años e incluso he podido capitalizar algunas cosas, que para mí han sido importantes.

Mi metodo no le sirve a casi nadie porque la mayoría de las personas tienden a ver el dinero como algo que les asegure una estabilidad económica o bien algo que les asegure un progreso económico. Yo no busco seguridad ni menos progreso, aunque si llegan de rebote, bienvenidos sean.

Para la seguridad hay que buscarse un trabajo que de salario constante en el tiempo, mientras que para el progreso -o sea enriquecerse- hay que buscar inversiones o negocios que produzcan una mejora contínua de los ingresos.

Desde el primer día que trabajé como asalariado, en 1975, pensé que no podría hacer eso por el resto de mi vida. Claro que la necesidad tiene cara de hereje y he sido proletario varias veces, aunque siempre por un tiempo limitado: cuando no me han echado me he largado solito.

Yo me quebré la cabeza durante muchos años con estas ideas y pensé que me quedaba solo los negocios por cuenta propia o las inversiones. Y así fue como desde antes de salir de la universidad empecé a ganar mis primeros pesos como vendedor comisionista -free lance- de equipos de computación y programas.

Allí fue cuando me di cuenta que lo que más se ajustaba a mi personalidad era vender asesorías o conocimientos de alguna clase: no necesitaba capital ni oficinas para eso y todo sería ganancia porque los programas de computación, estudios de inversión y los cuentos chinos prácticamente no tienen costos.

Vendiendo programas viví unos 15 años, vendiendo estudios y proyectos de inversión unos 10 años más y vendiendo cuentos chinos unos 8 años más o menos, todo esto fue entre 1981 y 2007, algunos años hice dos cosas en paralelo. 

El problema es que ninguno de esos ingresos era seguro ni menos constante, especialmente porque me daba flojera y algo de verguenza andar "ofreciendo mis servicios" o promocionándome. Nunca que yo recuerde he pedido un trabajo.

"Si Dios quiere darme, ya sabe donde vivo" fue mi lema, así es que me me quedaba tranquilo esperando que golpearan mi puerta para ofrecerme algún trabajo, y lo aceptaba siempre que fueran después del mediodía, que es la hora en que acostumbro levantarme.

Como comprenderán esa no es la mejor manera que alguien prospere en nada. Aunque siempre fui bueno en lo que hacía, tenía lagunas de meses y meses sin que Dios se acordara donde vivo y nadie se molestara en golpear la puerta para ofrecerme algo.

En los años de vacas flacas -que tuve varios- acepté trabajos asalariados. Incluso me metí a empresario con el alto auspicio de un primo millonario. Eso fue cuando me iba a hacer rico sin mover un dedo, la triste y truculenta historia la relato aquí para los que no la conozcan.

Otro principio económico que tengo desde que tuve que ganarme el pan, es que existen solo dos formas para mejorar nuestra situación económica cuando la cosa se pone difícil, estas son (i) incrementar los ingresos o (ii) reducir los gastos. No existe ninguna otra forma, ninguna.

Como yo crecí muy pobre, lo que menos me costaba era reducir mis gastos. Ya no estaba en la etapa de pasar hambre pero si me resultaba muy fácil vivir frugalmente y optimizar cada peso que gastara: había crecido haciendo eso y mientras más optimizara mis gastos más podría ahorrar.

Con mi flojera iremediable, me era imposible aumentar mis ingresos, así es que decidí optimizarlos y ahorrar, aunque fueran cantidades mímimas. Siempre he estado tratande de ahorrar e invertir bien lo que recibo.

Ahorrar se ha convertido en un vicio, como leer o ver Youtube, pero después de eso viene el problema de como y para que voy a ahorrar. Aquí es donde la cosa empieza a complicarse, porque además de las preferencias hay que entender un poco de finanzas.

Lo primero es cómo ahorrar. Podemos por ejemplo meter todo lo que ahorramos en una caja de zapatos, en efectivo y mantenerla bien escondida. 

Ahorrar en efectivo tiene ventajas y desventajas, la principal ventaja es la liquidez porque con los billetes en la mano puedes tirar el zarpazo cuando tengas alguna buena oportunidad sin mayor trámite, esa es la ventaja.

La desventaja es que el dinero en efectivo siempre pierde valor con el paso del tiempo, los billetes y monedas que guandamos cada día que pasa pierden su valor, porque prácticamente no existe lugar en el mundo donde no haya inflación

Otra alternativa es "hacer trabajar" la plata, depositándola en un banco para que -a lo menos- podamos recibir algún tipo de dividendo que nos proteja, en Chile tenemos cuentas de ahorro en "Unidades de Fomento" que están indexadas a la inflación y eso nos protege, al menos en parte de la pérdida de poder de compra.

La tercera alternativa es invertir en fondos mutuos, algún tipo de renta variable o en instrumentos directamente relacionados con acciones de las empresas que cotizan en bolsa. Aquí ya se pierde la noción de ahorro porque si bien se puede ganar, también se puede perder, incluso todo en caso de algún problema financiero gordo.

Después de pensarlo mucho, hace años tomé la decisión de ahorrar es en efectivo y en dólares, al más puro estilo del Chapo Guzmán. Creo que esa es la mejor forma de ahorrar de acuerdo a mi perfil y mis preferencias. Primero veamos por que descarto las otras formas.

Yo tenía 27 años para la gran crisis económica de 1982 en Chile y recuerdo perfectamente cuando pasó lo que yo pensé que nunca vería en mi vida: mucha gente perdió la plata que tenía segura en los bancos, eso es algo que no se me va a olvidar nunca y como pasó una vez, podría volver a pasar. Nunca se sabe.

Tenía 37 años cuando en 1991 pasé por la desagradable experiencia de ser fiscalizado -y multado- por el Servicio de Impuestos Internos, ya que la señorita fiscalizadora no se convenció del origen legítimo de los dos depósitos a plazo que prácticamente igualaban a los ingresos declarados en mis boletas de servicio ¡no me diga! ¿y con qué vivió? Me dijo muerta de la risa.

En fin, jamás pagué la abultada -y abusiva- multa y la pasaron a incobrables hace años, pero eso también me quedó pegado en la memoria: cuando metemos plata a un banco estamos a merced de los servicios del estado para que nos investiguen y persigan, cosa que no me hace maldita gracia.

Invertir en acciones tampoco lo haría en ningún caso. Si es por correr riesgos tomo mis ahorros y me voy al casino, al menos allí me dan un trago gratis y a veces se puede vitrinear a las minas. Pero si hay algo que me repugna es arriesgar un solo centavo de mis ahorros, no soporto esa idea. 

Para defenderme de la devaluación creo que lo mejor es ahorrar en dólares. También podrían ser francos suizos, pero es un lío cambiarlos y eso afecta a la liquidez, que es la principal ventaja del efectivo. El dólar puede bajar o subir, eso no debiera preocuparme mientras no sea una bajada catastrófica.

Para alguien que tenga un fondo de ahorro pequeño, por ejemplo cinco mil dólares o menos, no vale la pena colocar esa plata a interés, ni en depósitos a plazo ni fondos mutuos, son más los perjuicios que las ganancias, no importa cuan altos sean los intereses.

Mucho mejor tenerla guardada, bien al alcance de la mano hasta casi olvidarse que la tenemos y dejar que pasen los años esperando a ver si aparece algún negocio atractivo. Como el pescador  que se pasa todo el día al borde del río dormitando, si no sale nada, por lo menos la carnada queda intacta. Si pica un salmón grande ¡a celebrar!

8 comentarios:

  1. Quizás ya se lo he contado pero yo me formé al calor de las crisis argentinas. Con mi esposa tuvimos una buena racha al principio de graduados y casados, conseguí un buen trabajo, etc.. y ahorraba en pesos. Luego se desarrolló una crisis inflacionaria galopante, juntamos los ahorros de varios amigos porque se negociaban mejores colocaciones en el banco.
    Al principio pensábamos en llegar a comprar un departamento en la ciudad, o el enganche de uno. Después la cifra daba para un auto viejo. Anduve detrás de un tipo con un Falcon viejo que al final no me vendió.
    Un día retiramos los fondos y alcanzamos a comprar un radio grabador y cassetera, muy plateado y con muchos botones.
    Desde entonces dije que sólo ahorraría en dólares en este país. Durante largos lapsos fue teoría, porque no ahorraba nada.
    Pero pasamos por una época de dólar barato - si, también tenemos de esas - y compre y amontoné unos miles.
    Luego un hijo se compró terreno para una casa y lo ayudé. Finalmente cambiamos un auto y quemé otros miles (en Argentina los autos valen una estupidez. Lo único sensato sería caminar o ir en bicicleta)
    Tengo la sensación quizás un engaño, de que obtengo mucho más valor por los dólares que cambio que lo que me costó conseguirlos. Pero es puro feeling, no un cálculo.
    Ahora dicen que si este gobierno persiste en un período de superavit fiscal y comercial, como empezó, los dólares bajarán.
    Otros dicen que tras la pandemia la inflación americana subió a un 5% , y las tasas de sus bancos lo mismo, y que guardar dólares en una lata como los latinoamericanos solemos hacer será no un flojo sino un pésimo negocio.
    O sea debería quemarlos, o ponerlos en inversiones como bonos, acciones, esas cosas. En ese dilema estoy. Uls

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    1. Un item sobre los autos (y todo lo de la "industria nacional"): casi todas esas actividades están tan automatizadas y mecanizadas que no se protegen muchos puestos de trabajo con ello. Pero, además, cuando entra algo barato e importado hay trabajo para el concesionario, el distribuidor, el financista, el transportista del bien, el que lo almacena, la venta al detalle, el que presta el servicio de service o garantía, el reparador, y si es algo que se va a vender más de una vez en la economía, otra vuelta más para casi todos ellos.
      Es posible que un estudio bien hecho determine que destruyes más puestos de los que creas por el proteccionismo. Además de que privas al consumidor de mayor satisfacción y a las empresas de tecnología mejor y más barata. "industria nacional" un catzo. Uls

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    2. Es verdad, toda esa industria de autopartes de Rafaela que todavía vive haciendo piezas para vehículos brasileiros es -con contadas excepciones- endogamica e inútil, aunque hay que reconocer que el Torino TS de dos puertas era un autazo, el auto de mis sueños durante muchos años.

      Pero por la manera que han evolucionado los autos ya es una locura pensar hacerlos en nuestros países. Muchos modelos que se fabrican para el Mercosur ni siquiera tienen interfaz OBD2, creo que son los únicos en el mundo aparte de algunos que arman en India y lugares así

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    3. Uls ¿Qué diferencia hay entre estos precios del mercado del dolar en Argentina?

      Dólar oficial $984,20
      Dólar blue $1350,00
      Dólar turista $1574,72
      Dólar CCL $1290,89
      Dólar MEP $1284,30

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    4. El oficial es "de mentira". El Banco Central obliga a liquidar todas las exportaciones con ese dólar, mas o menos. También le da dólares a los importadores, previo papeleo, a ese precio. Desde diciembre que aumenta un 2% mensual (se espera que converga con una tasa de inflación igual o menor a eso)
      El blue es el "negro", el real, de la calle
      El turista es un dólar que te venden si te vas afuera.
      El CCL es contado-con-liquidación y el mep es mercado-electrónico-de-cambios. En concreto te agregan un impuesto que pone al dólar parecido o cerca del blue. Es decir, el Estado también se permite venderte dolares a un particular cualquiera, pero te sube el precio.
      Todo este esquema es una herencia del kirchnerismo que el gobierno actual no se anima a levantar todavía, por miedo a una corrida. Se supone que la entrada de inversiones nuevas, ahorros por producción propia de gas, nuevas cosechas, etc... en unos meses le permitirán dar el paso... Uls

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    5. Había visto por ahí que China tiene una política de mantener su moneda artificialmente devaluada (i.e, un dólar alto) para así fomentar las exportaciones y aumentar sus reservas.

      Desde la lógica del planificador central tiene algún sentido, aunque le haces pagar ese costo a la población que consume bienes importados. Sin embargo, Argentina lo hace al revés: tiene un dólar falsamente bajo, que por supuesto. nadie respeta, por un afán populista. Deduzco que sus reservas deben ser un chiste y que compensan el el supuesto fomento a las importaciones con aranceles e impuestos varios.

      Es como un chiste de Condorito, donde un paciente llega con un dolor de cabeza y le recetan un remedio que le produce otro problema, para el que le dan otro medicamento, que a su vez le causa otro malestar, y así sucesivamente hasta que el último remedio le provoca… un dolor de cabeza.

      Saludos,
      El Triministro.

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    6. Tal cual Trimistro. Y la parafernalia que se inventa para darle ideología a esto lo hace peor. Hay que poner retenciones a las exportaciones de alimentos para que no se "traslade" a precio interno el precio internacional, etc.. todas medidas para defender "la mesa de los argentinos", bla, bla. Un delirio. Uls

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    7. Ah, claro. Las piruetas argumentales son lo más entretenido del circo populista, y también lo más indignante.

      Acá por suerte todavía se mantienen bastante sólidos los principios de la economía abierta, pero el asedio es incesante. Tuvimos un tropezón hace muy poco cuando se estableció una salvaguarda del 25% para el acero chino, pero duró poco porque, pese a eso, la siderúrgica nacional cerró de todos modos. Afortunadamente.

      Saludos,
      El Triministro.

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