La vacuna china
Ya falta poco, estamos a 26 de agosto y si llego vivo al 1 de septiembre me compraré un six pack de cerveza para celebrarlo, tengo doble motivo para celebrar porque desde el año 2021 que no me resfrío.
Es muy extraño porque antes de esa fecha yo me resfriaba puntualmente todos los años y caía en cama como pollo . En 2020 vino toda esa histeria del Covid 19, que a la Pilar se lo diagnosticaron una vez y al Tomás Jr. dos veces si mal no recuerdo.
Yo no me vacuné, con la alergia que le tengo a las inyecciones toda la campaña del terror no fue suficiente para que me animara a pincharme, ese fue el último año que me resfrié y fui medio preocupado a hacerme el test a un consultorio: no tenía nada, solo un resfrío común.
Al final de ese año el McDonnell -que tampoco se vacunó- ya estaba listo para morirse y la última semana de diciembre decidió que lo llevara para el Hogar de Ancianos de Azapa, no quiso ir a morirse a mi casa, como le ofrecí.
El problema fue que sin el certificado de vacuna no me dejaban entrar a visitarlo, así es que -haciendo tripas corazón- fui a un centro de salud donde estaban colocando masivamente la vacuna china.
Me pareció que esa vacuna era la mejor, razoné que los chinos son estafadores natos, así es que en lugar de vacunas reales, seguramente deben haber llenado las ampollas con agua destilada... o tal vez agua de la llave. Debe haber sido así porque no sentí ni uno de los malestares que se suponía que sentiría.
Pasado el mal rato, decidí ir a ver a mi amigo el sábado, que era día de visitas, pero antes de ese fin de semana me llamaron por teléfono para avisarme que se había muerto ¡al final me vacuné por nada! Ni siquiera tuve que mostrar el certificado cuando fui a retirar el cadaver y sus cosas.
El asunto es que parece que mi amigo me echó una manito desde el más allá, porque ese año tuve el último resfriado, he pasado invicto tres años y creo que también me voy a salvar este, pese a que los debiluchos como la Pilar -con quien duermo- y el Tomás Jr. se resfrían tal como siempre. Que cosa más rara.
Cuando me junto con mis amigos y compañeros de universidad, el tema principal de conversación son las enfermedades y achaques, bueno, eso con los que quedan vivos, que son cada día menos, entonces hacemos apuestas por quien será el siguiente y cuantos cortes de pelo le quedan a cada uno.
El Tarzán de macetero
Desde hace un par de años empecé a cuidar un poco lo que como, cuanto tomo y sobre todo empecé a hacer ejercicio, lo que me ha resultado muy entretenido porque me impide aburrirme, ya que no hago nada en todo el día. Entonces el ejercicio me mantiene ocupado.
Podría creerse que tengo mucho tiempo libre "¡pero si no haces nada, vago" me reprochan, pero entre leer, escribir, ejercitarme y hacer pequeños arreglos en la casa ahora me falta tiempo.
No entiendo como la gente paga para ir a un gimnasio. Bueno, supongo que si yo tuviese plata y pudiese salir de la casa, igual me inscribiría en uno para vitrinear a las minas, que a estas alturas es lo más que uno puede hacer: total, soñar no cuesta nada.
Todo lo que necesito para ejercitarme lo tengo en la casa. Hace un par de días descubrí algo extraordinario: puedo usar la escalera de la muerte de mi casa, que tiene 12 peldaños -de altura dispareja- para subir y bajar lo más rápido posible y la mayor cantidad de veces.
Me lo han comentado mucho y yo lo dudo muchísimo. Me encantaría que lo hiciera pero creo que en el fondo es un gallina y a estas alturas es característico en él eso de amenazar con gestos absurdos como este.
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Yours sincerely, wasting away
Give me your answer, fill in a form
Mine for evermore
Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four"