(Publicado originalmente el 15 de jubio de 2008)
Una serie de mensajes por Facebook de el Buche, a quien no veo hace años, me lleva a pensar cuanto le debo a mis amigos. Debe ser cuestión de familia porque mi mamá era muy amiguera y veo con satisfacción que el Tomás Jr. también mantiene largas amistades.
Hay que cuidar a los amigos, incluso a los insoportables, cuando uno tiene amigos no puede andar buscando defectos o exigiendo lealtades, se aceptan tal como son o mejor no ser amigo de nadie, porque todos estamos llenos de defectos y renuncios.
Hay que cuidar a los amigos, incluso a los insoportables, cuando uno tiene amigos no puede andar buscando defectos o exigiendo lealtades, se aceptan tal como son o mejor no ser amigo de nadie, porque todos estamos llenos de defectos y renuncios.
Tampoco vale la pena andar pensando solo en intercambiar favores, los favores más grandes de mis amigos nunca los pagué porque como dijo el Pepe Drago los favores son gratis, si se pagan dejan de ser favores.
En fin, estaba pensando en cuantos amigos les debo favores que no se los voy a pagar nunca. Pero en compensación trataré de hacer favores desinteresados, así se equilibra la cosa y el karma queda intacto.
Mis mejores amigos por lo general tienen defectos bien feos. Uno por ejemplo es muy mitómano así es que no le puedo creer nada de lo que dice, ni lo que reza.
Mis mejores amigos por lo general tienen defectos bien feos. Uno por ejemplo es muy mitómano así es que no le puedo creer nada de lo que dice, ni lo que reza.
Otro es canalla y bueno para los sablazos, pero habla bonito y es un gusto tomarse unos tragos con él, así es que vale la pena prestarle siempre que se pueda, incluso sabiendo que es plata que se va para nunca más volver.
Muchos tienen muy mala borrachera. Cuando toman se ponen insoportables, peleadores, sarcásticos y todo eso, cuando empiezan a apuntar con el dedo es hora de arrancar.
Otros son macabeos, los domina la mujer y cuando a la jefa se le ocurre que yo los miré mal se ofenden conmigo por una especie de solidaridad conyugal.
Que zoologico de amigos tengo. Hay otro que es el mejor de los mejores, pero solo llama para pedir favores. Pasan años sin que mande un mail para decir "hola" pero apenas necesita algún favor complicado ahí me está llamando y seguro que me deja metido en un problema. "desgastemos un poco la amistad" me dice.
Que zoologico de amigos tengo. Hay otro que es el mejor de los mejores, pero solo llama para pedir favores. Pasan años sin que mande un mail para decir "hola" pero apenas necesita algún favor complicado ahí me está llamando y seguro que me deja metido en un problema. "desgastemos un poco la amistad" me dice.
Amigos y amigas de todo tipo que tengo desde hace más de 20 años a veces pasan muchos años sin vernos, nos juntamos y es como si nos hubiesemos visto ayer.
Muchos de mis mejores amigos se murieron como el Corcho, el Negro Morales, Pepe Drago y hace poquito Marcelo, así es la cosa, todo pasa y todo queda.
Pero más que los favores dados y recibidos, la riqueza son los buenos ratos que pasamos, si al final la buena vida es la suma de pequeños momentos felices.
Pero más que los favores dados y recibidos, la riqueza son los buenos ratos que pasamos, si al final la buena vida es la suma de pequeños momentos felices.
Las pascuas y año nuevo donde la tía Hildegard o las aventuras con mis primos, mis mejores amigos de la niñez.
Las primeras tomateras con mis compañeros de pensión en Ancud, los innumerables chascarros con mis compañeros de Inacap.
Cuando fuimos a contratar los servicios de una señorita bailarina con el Matute para mi 27avo cumpleaños, o cuando lo acompañé donde una adivina en Tacna.
Cuando fuimos a Iquique y colocamos al Buche en el asiento de adelante para que consiguiera minas (¡y resultó!), cuando el Macana me decía que fuéramos a ver un showcito.
O cuando el Rucha, con unas copas de más se ponía a exigir ¡Toulouse! ¡Toulouse! donde tenia una polola.
Cuantas veces que nos levantábamos el ánimo con el innombrable en momentos de la más negra tiniebla, o esa vez que tomamos mucho y casi le piso la cabeza a un borracho en Iquique.
Cuantas veces que nos levantábamos el ánimo con el innombrable en momentos de la más negra tiniebla, o esa vez que tomamos mucho y casi le piso la cabeza a un borracho en Iquique.
O los cientos de comilonas y tomateras en la parcela del pueblo con el Jote, Pratti, NN, el arquituerto, Tito, Cheché y todos los demás.
Para qué contar los proyectos millonarios que hicimos con Marcelo, cuando íbamos a traer el oro de Mackenna.
En fin, ahi estaba el oro, en lo bien que lo pasamos y lo vamos a seguir pasando con los que todavía quedan vivos. Hasta el amargo final. De las amigas mejor ni hablo.
Bueno, bueno, bueno. Solo quería expresar mi alegría y contento porque estoy de nuevo disponible para tomarme un copete y asì seguir aumentando mi capital de U.S. (unidades de satisfacción), no tengo ni una U.F. pero soy millonario en U.S.
Bueno, bueno, bueno. Solo quería expresar mi alegría y contento porque estoy de nuevo disponible para tomarme un copete y asì seguir aumentando mi capital de U.S. (unidades de satisfacción), no tengo ni una U.F. pero soy millonario en U.S.
Ciertamente uno valora esos momentos de felicidad después de mucho tiempo. Siempre recordaré los días que pasaba en casa de mis abuelas, en familia y con los amigos. Siempre evocamos los momentos donde las cosas eran más "simples". A pesar de que también habían problemas (algunos bastante grandes) pero la nostalgia es más fuerte.
ResponderBorrarCoincido sobre el hecho que hay que valorar a los amigos que se hace. La vida es tan cambiante y uno nunca sabe cuando podrían ayudarnos.
Anticaviar
Así lo veo yo también, incluso aprecio más a los amigos que no me sirven para nada, excepto para conversar y pasar un buen rato con una cerveza, a esos los aprecio por que me caen bien y con eso estoy sobrado.
BorrarSi bien es cierto que no hay enemigo pequeño, tampoco hay amigo pequeño, a veces te puede salvar el pellejo el que menos esperas. Me ha pasado muchas veces.