¡Pasamos agosto!
Hoy 1 de septiembre me llegó un par de videos de mi amigo Waldo con el típico chistecito ese de "Felicitaciones, pasaste agosto".
Bueno, en el hemisferio sur como saben, agosto es el mes más crudo del invierno y existe la creencia que es el mes en que se mueren los viejos, así es que todos se congratulan y celebran por haber pasado este mes infame.
Yo en realidad lo pasé sin siquiera resfriarme, aunque el único achaque que tuve fue una lesión en el Talón de Aquiles que me tuvo caminando como don Goyo por más de dos semanas.
Ni idea por qué me vino: traté de curarla con reposo pero empeoró así es que busqué ejercicios para fortalecer los tobillos y -aunque no estoy curado- ya ando mucho mejor.
Nunca me imaginé lo importante que se hacen con la edad los pies, tobillos y pantorrillas. Mi papá se cayó caminando, se rompió la cadera y se murió. Mi querida suegra, en nuestra casa llena de escalas se fracturó como siete veces.
Por eso yo estoy dedicado a bajar y subir la empinada escala de 12 peldaños: 10 subidas y 10 bajadas casi todos los días además de fortalecimiento de rodillas y tobillos porque el día que no pueda caminar o bajar la escala, ahí si que estoy frito.
Pelao cabeza de tuna
A propósito de los achaques propios de la edad, recuerdo una entrevista que le hicieron a Jaime Guzmán hace muchos años atrás, cuando le preguntaron bromeando si no se sentía aliviado de no tener que ir a la peluquería ahora que se había quedado calvo.
Lo que respondió fue "no creas, mientras más pelado me quedo, más seguido tengo que ir al peluquero, porque las cuatro mechas crecen y se desordenan con increíble facilidad".
Ahora yo estoy comprobando que eso era cierto, antes iba a cortarme el pelo cuando estaba insoportablemente largo, pero ahora debo ir mucho más seguido.
Así es que el domingo tuve que ir al Terminal Agropecuario, donde nos cortamos el pelo los hijos de la pachamama por módicos 4 dólares, a veces hasta por 3.
Esta vez no elegí una peluquera, desatendiendo el consejo de mi amigo el Matute que estaba convencido que todas las peluqueras son buenas en la cama. Elegí en cambio un aimara de pelo chuzo, recordando eso de "ningún peluquero se corta a si mismo".
Me preguntó cómo quería el corte y le dije como de costumbre "como quieras", se rió y dijo "ah, bien corto entonces" y antes que pudiese reclamar empezó a pasar la máquina con una agresión y velocidad que no había visto nunca.
Es el primer peluquero que conozco sin miedo de dejarme mal, el corte fue muy rápido, miraba para otro lado y conversaba mientras cortaba y sin embargo fue muy preciso ¿y cómo quedé?
Como dice la canción de Tito Lederman: Pelao cabeza e tuna/pelao siempre serás/no necesitas peineta/pa cuatro pelos nomás
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
"Send me a postcard, drop me a line
Stating point of view
Indicate precisely what you mean to say
Yours sincerely, wasting away
Give me your answer, fill in a form
Mine for evermore
Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four"