23 octubre 2025

Viernes portalianos "Señor don Hambriento"

Señor don Hambriento
Cerro negro diciembre 28 de 1827

Muy señor mío con todo mi aprecio.

Celebraré que al recibo de estas cuatro mal formadas letras, goce de cumplida salud como mi fino amor lo desea.

Señor, esta se reduce después de saludarlos, a molestar su atención, pues aún no tengo el honor de conocer a V., sino para servirle, por lo que oigo decir, creo que no es de los mozos más etiqueteros, y que sabe hacer un favor a tiempo á quien se lo pide con cortesía y buenos modos.

Pues señor, el caso es que yo y dos guapos muchachos sobrinos míos, tenemos para ganar la vida el honesto oficio de salteadores, en que hemos ganado (puedo decirlo sin jactancia) mas que mediana reputación, purgando al mundo de varios pecadores, cuya muerte abintestato, nos hizo legítimamente sus herederos. 

Entre las proezas que ilustran mi historia, se cuenta el incendio de una miserable casilla que entregué a las llamas en el llano de maypo, para abrasar vivo á un tunante que no quería dejarse matar por los trámites de estilo.

Esta y otras trabesuras inocentes, suscitaron contra mí la mas cruel persecución, hasta que cai en la trampa, y la señora justicia se apoderó de mi persona.

Sería largo de contar todo lo que hubo en el proceso; bástele a V. por ahora saver que la providencia me deparó jueces mansos y caritativos, a cuya piedad debí el indulto de la vida, conmutándoseme la pena capital en algunos años de encierro en la casa de corrección.

Allí estubiera quizá hasta hoy, si dos ángeles del cielo en figura de miembros de la corte suprema, mucho más compasivos y humanos que mis primeros jueces, en la visita de cárceles que se hizo esta pascua, horrorizados de hallarme con prisiones, no hubiesen puesto peor que un pellejo al bribón del gringo que dirije aquel establecimiento.

Intimándole que en el acto me quitase los grillos, so pena de ponérselos a él si desobedecía.

La órden se cumplió al momento; y yo que no acostumbro malograr las ocaxiones, armé con garrotes a 13 compañeros que tenían poquisimas ganas de vivir en clausura, y de la primera embestida nos franqueamos la puerta moliendo a palos al que la guardaba, para que otra vez no detenga contra su voluntad a la fente que desea salir de esa maldita casa.

El resultado de todo es, que yo gozo de m plena libertad y sigo la heróica carrera á que me llama el destino; pero teniendo buenas razones porque vivir oculto, no puedo manfestar en persona mi gratitud á esos genios tutelares del honrado salteador y asesino.

Yy me valgo de V. señor Hambriento para que me desempeño, dando las gracias en nombre mío a tan msericordiosos caballeros por el bien inmenso que han hecho a la sociedad poniéndome en aptitud de adquirir nueva fama en el ejercicio de mi esclarecida profesión.

Dios nuestro señor guarde la importante vida de V. muchos años, como se lo ruega su afectísimo y humilde servidor Q. B. S. M. F. Lillo"

Así se burlaba don Diego de los jueces de su época, siempre dispuestos a favorecer y soltar a los peores criminales. Díganme si la historia no se repite, esto lo escribió en 1827.

Estoy disfrutando como nunca de leer lo que escribía don Diego Portales en su pasquín, tras el seudónimo de "El Hambriento". Él mismo se describía así en su primer número:

"Señor Público
Casi muerto de hambre y sin tener en qué gastar el tiempo, mi única propiedad, paso una vida tan mortificada que ya no tengo fuerzas para soportarla. Conozco a algunos que hallándose en situación tan perversa como la mía, la han mejorado y yo voy a seguir sus huellas adoptando el arbitrio del que se valieron, por ver si consigo lo mismo. Voy a meterme a escritor a troche y moche"

En fin, así seguía cos sus chascarros, tal vez en el futuro coloque esta presentación completa que está buenísima. Creo que hoy más que nunca conviene recordar a Diego Portales, el más chileno de nuestros próceres, buestro verdadero Padre de la Patria.

2 comentarios:

  1. ¡Ja,ja,ja,ja, qué buena, qué buena Don Tomás Portales Bradanovic!!!

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"Send me a postcard, drop me a line
Stating point of view
Indicate precisely what you mean to say
Yours sincerely, wasting away
Give me your answer, fill in a form
Mine for evermore
Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four"