Lo conocí en persona (solo de vista)
Me crucé en la calle más de una vez con don Jorge Alessandri Rodriguez en los años sesenta. Eso a nadie le llamaba la atemción porque, siendo presidente de Chile, caminaba todos los días desde su departamento de calle Phillips al Palacio de La Moneda, que quedaba a dos o tres cuadras de allí.
Hoy muchos lo endiosan por ese "gesto cívico" de ir caminando, pero la verdad es que habría sido ridículo que tomara su auto -tenía un bonito Cadillac- solo para atravesar un par de calles. Todos lo veían como lo más natural.
La leyenda urbana que se armó después dice que se paraba a conversar y contestar los saludos de la gente. Patrañas, cuando alguien lo saludaba apenas contestaba con un gesto imperceptible y como se sabía que no le gustaba socializar la propia gente evitaba mirarlo.
Andaba a un paso rápido y las veces que lo ví iba siempre con cara de enojado. Mi mamá, que también se lo cruzaba frecuentemente, decía que nunca nadie lo había visto sonriendo. Varios pasos atrás lo seguía muy discretamente un carabinero vestido de civil.
Nuestros horarios coincidían porque a la hora de almuerzo yo cruzaba a pie medio Santiago de entonces, desde Recoleta hasta Copiapó con San Isidro, para juntarme a almorzar con mi mamá en un bolichito justo al frente de su trabajo.
Esa travesía duraba como una hora y era mi máxima entreternción, porque paraba a escuchar los charlatanes de calle Puente, a ver los trenes de Otto Krauss o un enorme oso polar embalsamado en los portales y también un montón de negocios chiquitos de esa época, cada día era una gran aventura.
Pero ya me estoy yendo por las ramas. volvamos a don Jorge Alessandri "El Paleta", el menos carismático de los presidentes que ha tenido Chile. Para él ser presidente era como una condena y así lo entendían todos, tal vez por eso se gano mucho respeto entre la gente.
Alessandri fue el primer presidente que no quiso vivir en el Palacio de La Moneda, "Trabajaré y almorzaré en La Moneda, pero iré a dormir a Phillips" dicen que dijo, pero me consta que no siempre fue así, porque cuando yo me lo crucé fue siempre a la hora de almuerzo.
Padre e hijo: como el aceite y el vinagre
Leo en Facebook una anécdota que retrata al Leon de pies a cabeza, la copio a continuación:
Una mañana, paseando por la calle Ahumada junto a su perro “Ulk” (un enorme gran danés), Alessandri divisó a Coke, el director de Topaze, el Presidente cruzó la calle y le pasó la correa de su can a un transeúnte, y sin decir nada se lanzó sobre Coke dándole golpes de puño.
Obviamente, el dibujante respondió a la agresión y los dos caballeros rodaron por el suelo mientras ‘Ulk’ ladraba sin parar.
Prontamente tres policías fueron a parar la riña, con sorpresa uno era el Presidente de la Republica, separados por los policías, arrestaron a Coke y ofrecieron a Alessandri a custodiarlo a la Moneda,
Alessandri sin alterarse les dijo “con este señor tenemos muchas cosas de qué hablar, y vendrá conmigo a la casa presidencial para tomarnos un té y arreglar nuestros asuntos como lo que somos, verdaderos caballeros”. mientras caminaba Alessandri le comento “Putas que pegái fuerte viejo” y Koke le contesto y Ud no lo hace mal aunque pega a la maleta”.
Don Arturo tampoco era un marido modelo y la leyenda urbana dice que murió a los 82 años en el famoso burdel de la Tía Carlina, de donde dicen era asíduo. No hay ningún antecedente fiable en ese sentido pero la fama la tenía.
Como dije, don Jorge tenía un tremendo trauma con su padre porque eran como el aceite y el vinagre, en cambio a su madre doña Rosa Ester Rodrigez Velasco la idolatraba. Eso seguramente explica por que nunca se casó ni tuvo relaciones conocidas con ninguna mujer.
¿Era homosexual?
Eso motivó que en la campaña presidencial del año 1970, donde perdió por escasos votos contra Allende, en el diario Clarin levantaron la idea que era homosexual. Apenas empezó la campaña Volpone -rey de la prensa amarilla de entonces- lo bautizó como "La señora".
En verdad nunca se supo que hubiese tenido relación sentimental con un hombre y hasta el día de hoy, cuando todo lo de esos años ha salido a la luz, nunca hubo ni un indicio real.
Creo que es muy improbable por su carácter, aunque el rencor a la figura paterna muchas veces lleva a la homosexualidad, no parece que fuese el caso.
Claro que tuvo algunos amores platónicos como Lenka Franulic y Sarita Montiel, pero sin pasar más allá de una invitación a tomar té con galletas de agua, que era el máximo contacto social que se atrevía con mujeres que admiraba y con sus amigos. Era exageradamente huraño.
Don fatalicio y miedoso
Otra característica que marcaba su carácter era su exagerado pesimismo, también era muy miedoso. Es extraño pero esa es una característica que tienen hasta el día de hoy muchos conservadores de derecha.
Empezó su vida pública siendo muy joven y desde que llegó a la presidencia estaba convencido que Chile estaba perdido, condenado al fracaso y que cualquier cosa que se intentara, el país inevitablemente iba a caer en manos del comunismo y en la ruina.
Esa naturaleza miedosa y pesimista fue la que impidió que esa persona extraordinaria que fue, se convirtiera en un presidente extraordinario. Pero hizo todo lo que pudo para evitar lo que él creía inevitable.
Don Jorge Alessandri Rodriguez fue un gran hombre, pero un presidente ahí nomás. El destino quiso que recibiera la piocha de Ohiggins de manos de Carlos Ibañez del Campo, el archienemigo de su padre.
Otra ironía del destino fue que, aunque no pudo ser un gran presidente, fue el articulador de la Constitución de 1980, una de las más largas y exitosas que hemos tenido. Y la que ha tenido más legitimación popular en toda de nuestra historia.

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Pero criticó la apertura económica del GM. Era no sé si más o menos proteccionista.
ResponderBorrarSin ninguna duda, era totalmente proteccionista y desarrollista tal como el 99% o 100% de los empresarios, agricultores y gente de derecha de esos años.
BorrarEso pone mucho más en relieve el valor y el significado enorme de la revolución de los Chicago Boys y la visión del almirante Merino y del Capitán General.
Cuando se decretó la libertad de precios los empresarios y la "opinión sensata" del país se agolparon en los ministerios de hacienda y economía, anunciando que eso sería el apocalipsis
¡cómo van a dejar libre el precio del pan! ¡los panaderos cobrarán millones por una marraqueta! decían los muy idiotas