Puras tonteras

Hoy amaneció con sol esplendoroso, en pleno invierno, habíamos quedado de juntarnos en el centro con Tom McDonnell donde nos tomamos un café, le ayudé a comprar unas cosas y después nos fuimos a almorzar al shop-dog, comida chatarra para vikingos: papas fritas, carne picada, tocino y una especie de yogurt, bien bueno. Harta sal, grasa y colesterol malo bien regado con un pitcher de cerveza. Eso es vida. Y anoche me llamaron mis amigos de donde Don Floro, había carne, prietas, chunchules, chorizo, en fin, comí hasta que me salió por las orejas. Al diablo con el ministro de salud y sus sermones, pensaba cada vez que me tomaba una copa de vino o una piscola, es el único que me alegraría si lo sacan del ministerio. Que tipo más desagradable.

Es increíble como se volcó la gente a la calle, el paseo 21 de Mayo estaba repleto y Tom me decía ¡esta parece una ciudad de millonarios! Y eso parece, los cafés y restaurantes llenos, la gente bien vestida y todos paseando de un lado para otro en el horario en que se supone deberían estar trabajando ¿como se explica eso? Bueno, Arica es la capital nacional de la micro empresa, la mayoría de las personas somos auto empleados, la ropa es barata así es que no cuesta nada andar razonablemente bien vestido. Muchos trabajan en las minas del sur así es que pasan 5 o 10 días seguidos en la ciudad sin hacer nada. No hay mucha plata pero la calidad de vida es soberbia. Ojalá que sigan los días soleados, tener sol casi todo el año es un lujo que existe en pocos lugares del mundo y nosotros lo vemos como lo más normal y corriente.

Ayer en la mañana tuvimos el mayor apagón de comunicaciones que se recuerde en la ciudad, dejó en evidencia algo que yo había pensado muchas veces antes: lo vulnerable que es el sistema de fibra óptica. Nadie dijo claramente que había pasado, solo hablaron de un "accidente" en el desierto cerca de Pozo Almonte, seguramente no quieren dar luces sobre la tremenda vulnerabilidad del sistema y lo que podría hacer algún malandrín usando un simple alicate cortante.

Durante todo el día enmudecieron los teléfonos celulares (excepto los de la compañía Claro que probablemente iban por satélite), se cortó Internet, la televisión por cable y el teléfono de los triple pack de todas las compañías de la ciudad, también dejaron de funcionar todos los cajeros automáticos y probablemente las transacciones bancarias, todo por un simple corte de la fibra óptica que va por el desierto. Si yo fuese terrorista correría a comprarme un "napoleón" ahora mismo, un atentado así es más fácil que comer pan. Siempre que viajo a Tacna y veo los postes que llevan la fibra óptica me pregunto que pasaría si alguien la cortara. En fin, mejor no sigo con las ideas criminales, a otra cosa.

Como habrán notado hoy es mi día de escribir tonteras y cosas triviales, ya que estamos en eso les contaré que a mi nunca me había interesado la ropa hasta hace dos años atrás cuando mi tía favorita -que murió en la casa este año- me regaló para la pascua tres pares de calcetines a rombos. Creo que no hay nada más bonito y distinguido que usar calcetines con rombos, nunca se me había ocurrido que una prenda de ropa me puediera gustar tanto.

Cuando fui a defender mi tesis, mal vestido como siempre y fui ácidamente criticado por los profesores de la comisión, ni sospechaban los pobres que entre mi ruinoso atuendo llevaba algo que siempre me hace sentir que estoy vestido como un lord inglés: los calcetines con rombos azul y gris que voy a usar hasta que se desintegren. Calcetines con rombos y camisa Scappini ¿que más me pueden pedir? Nada, mi ropa era perfectamente adecuada, si fueron incapaces de darse cuenta no es mi culpa.

Tengo que trabajar y no trabajo, la flojera me consume. Con un proyecto más perfectamente me puedo comprar un auto y terminaría mi vida de pobre peatón, que me ha mantenido alejado de la playa en los últimos dos o tres años. Pero, pensándolo bien, al auto hay que echarle gasolina, cambiarle aceite, sacar permisos y llevarlo al mecánico. En el mismo momento en que compré mi primer auto, en 1983, dejé de tener plata. Mejor sigo a pie nomás, total, soy hijo del rigor. Las cosas se aprecian más cuando no las tienes.

Estaba pensando que, visto desde la sabiduría convencional, mi vida ha sido un completo fracaso. Es una idea aceptada que la buena suerte no existe y cada cual hace su propio futuro y su suerte, yo en cambio me dejo llevar por la corriente sin preocuparme de nada -o casi nada- la mayor parte del tiempo.

Cuando empiezo a preocuparme (y me sobran los motivos) pienso que en un tiempo más me voy a morir y todos mis problemas van a desaparecer, con eso borro cualquier idea que me moleste y trato de disfrutar el momento. También pienso que en algún momento me voy a enfermar y andaré retorciéndome de dolor, así es que mejor aprovechar ahora que no me duele nada y estoy sano. En fin, tengo muchas formas de dejar de preocuparme, puede que sean tramposas pero me funcionan.

Tampoco me gusta planificar el futuro ¿para que? En el futuro estaremos todos muertos, lo dijo Keynes, solo me dejo llevar por la intuición y trato de hacer lo que me gusta o me interesa. La sabiduría convencional dice que si uno hace lo que le gusta tendrá mucho éxito, pero hasta el momento eso no ha funcionado conmigo, hago lo que me gusta pero no tengo ni un éxito, las cosas no siempre son como dicen. Durante toda mi vida he esperado dar el Gran Golpe, pegarle el palo al gato, fama y fortuna. Pero nada. En fin, no tengo karma para eso parece, menos si sigo tan flojo como hasta ahora.

Como ven, hoy es el día de escribir tonteras, esto no da ni para filosofía barata, pero ya empecé y lo voy a terminar. Nunca he tenido experiencias paranormales ni nada parecido pero si muchas veces he tenido intuiciones que no podrían explicarse por coincidencia estadística. Por ejemplo para los libros. Cuando vivía en Ancud en el liceo había una biblioteca excelente y me la leí casi completa, eligiendo cada uno de los autores famosos. Empecé con el boom latinoamericano, después los rusos, los escritores norteamericanos modernos, Kafka y así, después de cuatro años ya tenía lo que podría llamarse una buena cultura libresca, conocía bien a casi todos los famosos.

Pero después me aficioné a los libros usados, esos que se venden por kilo o por lotes en las casas de remate y allí creo que tuve unos descubrimientos que no podría llamar suerte, entre cientos de libros, sin haber escuchado nunca de los autores, siempre daba con los más extraordinarios: nunca me he podido explicar el olfato que tengo para los buenos autores aunque jamás haya escuchado una palabra de ellos. Así descubrí a Isaak Dienesen, a Chris Isherwood, y muchos otros gigantes, nunca me he explicado como. También creo que he tenido muy buen olfato para los trabajos, es como si me llevaran de la mano por donde más me conviene ¿para que preocuparme entonces?.

En fin, ya basta de escribir tonteras, creo que hoy batí mi record y no pienso seguir en lo mismo. Seguramente en un tiempo más voy a leer estas estupideces y borraré la entrada. Hasta mañana.