Como malgasto mi plata

Bueno, ya me estuve jactando de lo bueno que he sido gastando mi plata, ahora les contaré algo en que que casi siempre la he malgastado: los autos.

Como saben, me apasiona la mecánica y cuando se trata de arreglar el auto me ciego, pierdo mis principios más sólidos y me pongo a gastar como loco, sin fijarme en gastos: los autos son mi droga. Esto desde que compré mi primer VW Escarabajo hasta el actualToyota Vitz.

He tenido cinco autos, más dos de la Pilar. El escarabajo me lo dejaron destruido en un choque y al poco tiempo que lo reconstruí, otro amigo me fundió el motor. Al Mitsubishi Colt de la Pilar le hice el ajusté completo del motor. A la camioneta Chevy 1500 le cambié el motor y después lo tuve que ajustar.  El Suzuki Fronte -la pulga maldita- me duró menos de un mes. 

El CRX lo tuve que ajustar dos veces. Cada uno de los  los autos los he mandado a pintar completos a lo menos dos veces. No quiero ni pensar en la plata que he malgastado en eso.

El Toyota Vitz en cambio lo tengo hace 10 años y solo le he tenido que hacer reparaciones menores. Es el mejor auto que he tenido y ahora que toda la parte mecánica está andando muy bien, me empecé a preocupar por el chassis y la carrocería.

Después de botar tanta plata ya he aprendido bastante a tratar con los mecánicos y a hacer arreglos yo mismo, lo que me ha ahorrado un montón. Hace tiempo tenía pensado cambiar los soportes de motor porque vibraba mucho, pero los tres soportes costaban cerca de 100 dólares y la colocación otros 50 por lo menos, no way.

Pero me puse a averiguar y descubrí que los soportes no es necesario comprarlos nuevos, basta cambiarles los bujes de goma porque eso es lo que se reseca y se gasta. Me puse a buscar y encontré a un peruano que hacía esos bujes en su torno.

Me revisó el auto y me dijo que eran solo dos los que estaban malos, el presupuesto fue de 10 dólares por cada buje más 10 dólares de mano de obra por cada cambio, total: 40 dólares. El auto quedó espectacular: suave como una cuna y el motor ronronea igual que mi gata.

Como ya estaba en eso me puse a buscar un taller de fibra de vidrio y plásticos, porque necesitaba arreglar el parachoques, el alerón trasero y la tapa del filtro de aire, que la había quemado accidentalmente.

Busqué y busqué hasta que llegué al dato del maestro Alfonso Ovalle, que me hizo un muy buen precio: por 70 dólares me repara todo. Ahora tengo el auto desarmado en el taller y me lo entregan mañana, vamos a ver como queda, le tengo fe a don Alfonso, que aparece en la siguiente foto... un hombre que ha logrado acumular esa ponchera no puede trabajar mal, es imposible

Pero la cosa no terminará allí, porque ya tengo un plan para pintar el auto con unos dólares manchados que no he podido cambiar acá, me podría salir casi gratis. Vamos a ver si me resulta. Si la hago les cuento...