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08 noviembre 2024

Refrito del sábado: moralejas de mi primer trabajo

(Publicada originalmente el 15 de agosto del 2006)
Cuando no tengo de que escribir reviso los temas que aparecen en la parte de arriba del blog, así lo hice hoy y me he dado cuenta que hace tiempo que no escribo moralejas

Buen punto de partida entonces, escribiré algunos recuerdos de mi primer (y único) trabajo junto con algunas moralejas que se me ocurran.

"Me llegó caído del cielo" es una frase que calza perfectamente con mi primer trabajo. Era el año 1980 y mi situación económica era espantosa: llevaba dos años sin ingresos, sin saber lo que era un almuerzo y viviendo en una pieza que los dueños ya ni me cobraban de pura lástima. 

Había pasado dos años en la universidad firmando pagarés por la matrícula y rezando para que no me echaran de la pieza. Cada día pensaba "lo estoy haciendo bien, a la larga todo se va a arreglar" y esperaba que cayera sobre mi un rayo de buena suerte. Moraleja 1: nunca perder la esperanza, agachar la cabeza, aguantar y seguir haciendo las cosas lo mejor que podamos

Con un amigo igual de pobre que yo, recorríamos la ciudad buscando focos del alumbrado público apagados, un contratista le pagaba una miseria por reportar cada foco malo y yo, como ayudante recibía un sandwich o si el porcentaje era bueno, nos íbamos a celebrar a "La Casa Rosada" en calle Pedro Aguirre Cerda. 

El golpe de suerte llegó de donde menos lo esperaba porque este amigo me dijo un día que había conocido un tipo millonario que necesitaba contratar a un programador de computadores. Moraleja 2: así como no hay enemigo pequeño, tampoco hay amigo pequeño, del que menos esperas te puede cambiar la vida.

Al otro día fuimos al lujoso departamento del millonario, que no era otro que Gabriel Abusleme y después de una corta conversación quedamos en que´seríamos vendedores comisionistas de la empresa en la que Abusleme era gerente. 

Después de un viaje a Iquique y unas semanas de prueba yo quedé trabajando y mi compadre se quedó fuera, estó me dejó un vago remordimiento que me persiguió hasta la muerte de mi amigo, por cirrosis, muchos años después. Moraleja 3nadie sabe para quien trabaja (!!!)

Y así empecé a viajar a Iquique; me iba los lunes y volvía a Arica los viernes, dejé a un lado las clases de la Universidad porque me iba bien así es que bastaba asistir a las pruebas, con los años supe que Abusleme me recomendaba con los profesores que eran amigos de él para que no me pusieran la mano muy pesada. 

Y todo empezó a marchar a las mil maravillas, me pagaban los pasajes en bus, una residencial barata, el almuerzo y un 10% de lo que vendía. Además programaba los computadores y ese era negocio 100% mio.

Al principio todos me miraban como un pájaro raro, mi aspecto era extraño y mi olor no era de los mejores porque solo tenía un jeans, una polo café y otra azul, las mismas que usaba desde hace años y eran motivo de bromas en la universidad, para ser francos el lavado no era mi obsesión ni mucho menos.

Trabajaba en una gran oficina común, al estilo japonés, donde me asignaron un pequeño escritorio y al poco tiempo ya era buen amigo de todos: el atildado Sergio Navarro, May-Ling, nuestra vampiresa, Lucho Oyarce, líder natural y el tranquilo jefe de ventas Juan Galvez, son los que recuerdo con más cariño. 

Cuando me llevaron con engaños a la enorme bodega, me amarraron a un carro y me metiron con ropa y zapatos a la ducha supe que ya era parte de la familia, por mi raro aspecto me pusieron el lagarto Juancho, una caricatura que estaba entonces de moda . Moraleja 4: a veces no es necesario cambiar para que te acepten, siendo buena persona la aceptación llega igual, seas como seas.

Siguieron años muy buenos, salíamos del trabajo 5 o más amigos y nos íbamos a tomar cerveza donde Scarrafia al lado del Teatro Municipal, a medida que pasaba el tiempo y ganábamos más plata (la empresa creció mucho) le tomamos el gusto a la bohemia y pasabamos todas las noches en boites, sex-bars y particularmente en el prostíbulo "Piscis" del que éramos como dueños de casa, nos íbamos como a las 7 de la tarde a tomar té con las chicas y volvíamos al otro día, del Piscis directo al trabajo. Eran años muy buenos porque no tenía en que gastar la plata, juntaba y juntaba.

Con Abusleme creo que hicimos buenas migas desde el primer día, a pesar que todos lo tuteaban yo hasta el día de hoy le digo "don" Gabriel pero en realidad llegamos a ser muy amigos, el hablaba muy bien de mí y viceversa. 

Empecé a negociar las compras con los japoneses cuando descubrieron que me manejaba bien en inglés comercial, las negociaciones eran delicadas y muy difíciles porque habían millones de dólares en juego, no me pagaban por ese nuevo trabajo pero en cambio me dieron una pequeña oficina para mi solo lo que me dio cierto estatus.

Me dejaban hacer lo que se me antojara mientras el negocio anduviera bien, así es que en esa época me acostumbré a dormir o pasar largas horas sin hacer nada con los pies arriba del escritorio, costumbre que conservo hasta el día de hoy. Moraleja 5: a veces un poquito de estatus vale más que la plata.

El año 1983 ya era muy amigo de los japoneses con quienes conversaba cada noche por telex (una máquina enorme amarilla que sonaba como diablos), ese año la Casio mandó una invitación para Tokio y Abusleme me dijo "ya Tomás, anda a hacer las maletas", el resto es historia ya contada

En esos años descubrí que tenía buen feeling para hacerme amigo con extranjeros, cuando volví a Chile ya tenía una pequeña fama en la Casio de Japón y cada vez que mandaban a un japo a Chile yo era el encargado de pasearlo, divertirlo y gastar con él sin fijarme en costos. No necesito decir que lo pasé muy bien en ese sacrificado trabajo.

Ese mismo año descubrí que a pesar de todo lo que gastaba en bohemia tenía mucha plata guardada entre las hojas de un "Penthouse" que escondía cuidadosamente en mi pieza, entonces fue que me compré mi primer auto, un Volkswagen escarabajo y desde ese momento hasta la fecha, nunca más pude juntar plata, excepto cuando me compré mi casa. Moraleja 6: si quieres vivir sin plata cómprate un auto o cásate. 

De esa época hasta ahora conservo también la costumbre de guardar mi plata en efectivo, a veces ando con uno o más millones de pesos en billetes, que los escondo en los más insólitos lugares.

Y así pasó un par de años, hasta que terminé mi carrera en la universidad, mi vida corría segura y próspera, pero algo me molestaba, andaba todo el día enojado, se me subieron los humops a la cabeza, mi jefe me empezó a caer mal, iba a trabajar cada vez menos un día de la semana o dos a lo sumo, en pocas palabras me tenía que ir aunque no tenía maldita idea que otra cosa podría hacer para ganarme la vida.

Finalmente conseguí que me echaran en la primera y única discusión que tuve con Abusleme, no duró ni 10 minutos: precisa y cortante, después de eso estuvimos como 10 años sin siquiera saludarnos hasta que finalmente nos amistamos de nuevo. Mi desilusión más grande fue cuando me di cuenta que la empresa no se fue al diablo y siguió funcionando perfectamente sin mi insustituible talento. Moraleja 7: NADIE es indispensable.

En fin, ese fue mi primer trabajo, nunca más volví a trabajar formalmente ni a tener un jefe. A veces he pensado que hubiese pasado de haberme quedado, seguramente seguiría siendo un Perkins más o menos próspero y mediocre, gracias a que me fuí tuve muchas aventuras y montón de experiencias divertidas, altibajos y zozobra. Tal vez todavía me quede un buen camino por delante, quien sabe.

Mi última moraleja entonces sería algo así como "evita la trampa de la seguridad, lo único seguro es la muerte... bueno, también los cuernos, eso es lo otro seguro: de los cuernos y de la muerte no se salva nadie"

9 comentarios:

  1. Muy buenas las moralejas que dejó tu historia.

    Sobre la mía, no es mucho lo que tengo que decir, pero se resume en 3 palabras: Improvisar, Adaptar y Superar.

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  2. No es moraleja, solo una observacion: la plata no se gana pecando, sino contratando pecadores que lo hagan por uno, eso es basico... y que la diosa Fortuna este de buenas

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    1. A mi me fue pésimo cuando traté que otros trabajaran parea mi. A propósito también saqué una moraleja de esto:
      "(...) Pero yo tengo la maldita costumbre de tratar de sacar alguna enseñanza de las tragedias así es que estuve pensando y pensando pero no se me ocurría nada: estaba arruinado, debía plata a medio mundo, no tenía para pagar el finiquito a las niñas que trabajaban conmigo (fieles hasta el amargo final, me ayudaron a liquidar el negocio vendiendo en la calle y se esperaron más de un año hasta que pude pagarles), en fin, no se me ocurría nada excepto que el trabajo es lo más horrible que existe y tratar de hacerse millonario trabajando es una soberana estupidez"

      De mi Aventura en Bolivia
      https://miaventuraenbolivia.blogspot.com

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  3. Hola Tomás. El enlace hacia su primer auto está roto. Sale: "Extraviado
    La URL solicitada no se encontró en este servidor.

    Además, se encontró un error 404 No encontrado al intentar utilizar un ErrorDocument para manejar la solicitud."

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    1. también los enlaces del viaje a tokio y los pies en el escritorio

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    2. Ah Anónimo, eso no tiene remedio, como es un refrito, la mayoría de los links se pierden por cambio, cierre del servidor, etc. No hay nada que hacer con eso

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    3. Igual, del viaje a Tokio encontré
      https://cronicasdeviajetb.blogspot.com

      Los pies en el escritorio
      https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi40qYs9rDX8euxXbJtvGod2dctJ6nptWh0Oz0bJ0zQ4-QNMAYCjUCRO778pxASOhsU6H9xFanzf_P8Rh_OkdRZSDzqBtDVXVgfug3A1VwOQIcCQddykl5G94KScaE8687Pxkq3-KQWS2c/s1600/tomasof2.jpg

      Mi primer auto
      https://tombradautomania.blogspot.com/2012/12/volksvagen-escarabajo-1300l-1978-us-1000.html

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    4. Acabo de colocar los links dentro de la entrada ¡Gracias por avisar Anónimo!

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"Send me a postcard, drop me a line
Stating point of view
Indicate precisely what you mean to say
Yours sincerely, wasting away
Give me your answer, fill in a form
Mine for evermore
Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four"