Invertir en Bolivia

¿Se puede invertir en Bolivia?, esa es la pregunta del billón de dólares. No digo inversiones menores sino las grandes sumas que se necesitan para explotar el gas y las reservas minerales de ese país "el bocado de las transnacionales" como diría un izquierdista clásico. Conversaba sobre esto con un amigo que ha trabajado en varias partes del mundo y me decía que el caso de Bolivia no es tan inusual como yo pensaba, hay varios países del Africa en la misma situación.

Me contaba por ejemplo que en Argelia la cosa es muy similar: por un lado oligarquías, preocupadas de mantener su posición dominante, ven al país como su feudo personal, educados desde niños en el extranjero al volver se sienten extraños en su propia tierra y les importa un comino el futuro del país, excepto en lo que coincide con el propio bienestar.

Por otro lado los dirigentes de izquierda, ignorantes, formados en las consignas de hace 40 años y ansiosos de justicia. Ellos ven el problema de modo muy simple, un asunto de explotadores y explotados. En su falta de conocimientos no se dan cuenta que en el siglo 21 el panorama es bastante más complicado que quitarle a los ricos para darle a los pobres, no saben de números así es que ni se llegan a imaginarse cual es la naturaleza del verdadero problema.

Y el verdadero problema es la falta de capital para invertir. Bolivia es un país tan pobre que algunos cientos de millones de dólares es una suma enorme y gravitante en el presupuesto. La minería exige inversiones no de cientos, sino de miles de millones y pasan años antes de empezar a producir y recibir ganancias. Aunque le quiten todo a los ricos no les servría para nada ¿que van a hacer con instalaciones que no pueden operar por falta de capital?.

La única alternativa es la inversión extranjera, porque no tienen recursos propios para explotar una mínima parte de sus recursos. Sin embargo el gobierno hace grandes esfuerzos para que nadie quiera invertir en ese país. Lo peor es la retórica, palabras que hacen mucho más daño que los actos, porque siembran incertidumbre hacia el futuro. ¿Quien va a arriesgar su dinero en un país donde el Presidente dice que está dispuesto a expropiar y cambiar las reglas del juego cuando lo estime conveniente?, es un lindo gesto soberano, pero tan torpe como dispararse en el pie.

El gobierno de Evo Morales ha sido muy razonable en los hechos, pero terrible en la retórica, sus palabras han causado más daño que todas las nacionalizaciones juntas -que hasta el momento han sido bastante justas y razonables- eso pone al país en un nivel de confianza a la altura de los africanos, por más riquezas naturales que existan nadie colocará un dólar. Es fácil para los inversores hacerse la imagen del gobierno boliviano como caprichoso y discrecional, todo por culpà de palabras probablemente dichas sin pensar.

Las consecuencias de tener autoridades que no saben de números, que están felices con el superhabit, sin darse cuenta que superhabit no es lo mismo que beneficios, tampoco indica más productividad o competitividad del país. Todavía tienen sueños de industrialización sin comprender que el mundo cambió y no pueden competir con la industria China.

Quieren tener sidelurgia sin tener el capital físico ni humano ¿a que costo?, por cada plancha de acero que produzcan tendrán que pagar dos o tres veces lo que les costaría comprarla en China ¿quien paga la diferencia? el pueblo pues, siempre paga el pueblo. El problema es que por ignorancia o ideología muy desfasada en el tiempo no pueden ver con claridad cuales son sus reales alternativas.

Desde junio del año pasado se viene negociando la licitación del Mutún, el resultado de esa negociación responderá para muchos inversionistas la pregunta si se puede o no invertir en Bolivia. A los aimaras les encanta negociar y son muy buenos en eso, pero no se negocia bien desde la ignorancia. Jindal ni siquiera se anima a dejar 200 millones en garantía

Los que no entienden piensan que se trata de una empresa "poco seria" que estaría preparando una jugarreta. Pero la verdad que esa es consecuencia del comportamiento errático del gobierno, 200 millones no son nada para una empresa minera importante, en un país confiable dejarían garantías por 500 o más millones sin problema, eso muestra que el gobierno boliviano no ha podido generar confianza, que esta en la base de cualquier inversión.

Negociar grandes inversiones no es igual que regatear precios en el mercado, no se trata solo de sacar ventajas desde una posición fuerte porque es fácil que el inversionista pierda interés. Y si llegan otros después de un fracaso las condiciones serán cada vez peores para el país, a menos confianza, peores condiciones. La otra alternativa es dejar el hierro ahí mismo, sin explotar hasta que el precio baje de nuevo y ya no valga la pena explotar.

Bolivia pretende cobrar altos impuestos "regalías" mientras que en Chile, Perú y la mayoría de los grandes productores las empresas mineras casi nos pagan impuestos ¿quien estará dispuesto a explorar en un país con altos impuestos rodeado de países casi sin impuestos?, el hierro no es escaso como los diamantes, hay hierro en todos lados.

Esa es la parte mala, pero también hay un lado bueno. El gobierno de Evo Morales es uno de los más populares de la historia en Bolivia y es el único que podría garantizar seguridad a las inversiones ¿que sacó Sanchez de Losada con privatizar en condiciones leoninas para provecho propio? que en pocos años vino una revuelta, el gobierno del MAS y las expropiaciones. Igual se fué todo al diablo.

¡Si hasta Fidel Castro abrio su economía a los capitales españoles! y los españoles no traen la mejor calidad de inversión como sabemos en Chile, pero fueron los únicos que pudo obtener. No todos pueden elegir con quien se asocian.

¿Se puede invertir en Bolivia? no se ve muy fácil. Aunque las mayores fortunas que existen hoy en Chile se formaron durante la Unidad Popular, lo ideal sería que Bolivia no siga el mismo camino que Chile en los setentas, la clase de socialismo con que promete Evo Morales se murió hace rato, ya ni siquiera existe en Cuba, mucho menos en Venezuela.