25 octubre 2008

Los buenos muchachos


Y desafiando a los dioses de la aviesa fortuna, ante el llamado de mi compañero y entrañable amigo Oscar, me fuí nomás para el Valle de Azapa adonde estaban mis compañeros de la Escuela de Ingeniería Eléctrica y Electrónica en el paseo campestre, última actividad programada del encuentro. Si me perdonan esta entrada está dirigida a mis amigos que vinieron y a los que no pudieron venir.

El jueves hubo coloquios con los alumnos que todavía están estudiando y el viernes fue la fiesta en el Casino con bar libre, que según todos estuvo de miedo, el asado era la última actividad y muchos ya habían regresado a sus ciudades de origen para estar el lunes de vuelta en el duro laburo. Yo almorcé mi sopita de pollo en casa y me fuí cuando ya no quedaba asado para evitar tentaciones. Las fotos pueden verlas aquí

Quedaban unos veintitantos compañeros que son los que siempre apechugan hasta el amargo final: Oscar, Careloco, Carlos Murillo (que, en mi alzheimer, siempre confundo con Pancho Sepúlveda), El Wylie, el chino Kaimin, chico Peña, etc. los mismos aserrines de cantina de siempre, desde que estudiábamos eran los últimos en abandonar el buque cuando se trataba de fiestas. Igual con los profesores, solo estuvieron los que siempre fueron más cercanos a nosotros: Mario Zamorano y Hugo Mendizabal, firmes junto al pueblo. De las nuevas generaciones los presidentes de carreras y el brand new Kristopher Chandía, dicen que es el alumno más brillante que ha pasado por la escuela y eso que yo conocí a muchos cabezones en mi época, así es que ojo con ese, puede llegar muy lejos.

Algo pasó este año y creo que es un punto pivotal para nuestros encuentros. Yo siempre pensé que después del primer encuentro lleno de emoción y buena onda todo se iba a ir al diablo y quedaría en puras promesas para nunca más. Pero vino un segundo encuentro el año pasado que estuvo igual de bueno. Este año todo se organizó a última hora, a algunos no les llegó el aviso, otros se olvidaron o no pudieron venir, la universidad no dio permiso a los alumnos para suspender las pruebas, por alguna razón la mayoría de los profesores no participaron, en fin, la tormenta perfecta.

Creo que fue para mejor, porque el peligro que algo tan lindo no se mantenga nos remeció y ahora vamos a ponerle pino para el próximo año hacer las cosas como corresponde. De partida armamos una directiva con siete de los que estamos en Arica y crearemos filiales en las otras ciudades donde se concentran nuestros compañeros: Iquique, Antofagasta, Calama, Santiago. Sacaremos la personalidad jurídica para tener una organización como corresponde, nos reuniremos regularmente al calor de alguna carne con cervezas y en general instalaremos un sistema formal de organización que ojalá pueda persistir hasta mucho después que estiremos todos la pata.

Como dije estamos en un punto de quiebre porque hay algunos conflictos soterrados que se han venido comentando entre nosotros. Ahora es el mejor momento para sacarlos a luz y tomar las decisiones que correspondan.  No es un misterio que estos encuentros nacieron como una exigencia que tiene la Universidad para acreditar las carreras del área y todos estamos de acuerdo con eso, pero tampoco vamos a dejar que manipulen los encuentros según esos intereses, hay que tener cierto respeto por tipos que dejan su trabajo y viajan más de 2.000 kilómetros, supongo que algo tiene que valer su opinión.

En torno a los encuentros se juntan tres grupos distintos: los egresados de la Escuela, los que están hoy estudiando y los profesores, funcionarios y directivos. Creo que a nosotros como egresados nos interesa principalmente el evento social y la interacción con los alumnos. Los alumnos necesitan facilidades para que les suspendan las pruebas durante esos días ¡si son solo tres días!. De los profesores -yo por lo menos- no quiero charlas, seminarios, ni nada de eso, mil veces conversar frente a unas botellas y platos bien provistos, con eso basta.

Creo que si la Universidad quiere tener algún provecho del asunto -lo que me parece bueno y legítimo- todos los profesores de la escuela deben estar obligados a participar, tal como en cualquier otro acto académico formal, de otra manera, con profesores-divos, after all those years,  sería mejor que la Universidad no participe y nos dejen pasarla bien solitos entre los que queremos ir nomás. Obviamente debería dar facilidades a los alumnos tanto en prorrogar las pruebas como pagar parte de las cuotas. Si quieren celeste que les cueste.

Como decía antes, creo que es un momento crítico en que se decidirá si seguimos o terminamos con el asunto, un buen momento ahora que fuimos pocos porque eso es mejor para tomar decisiones -muchas manos matan la guagua- es mi refrán favorito. Si nos organizamos correctamente y hacemos bien la cosa podremos actualizar la base de datos, entusiasmar a los compañeros que no han venido para el próximo año (no saben lo que se están perdiendo), integrar y mantener contacto virtual con compañeros egresados aún cuando no participen en los encuentros.

Tenemos en nuestro grupo egresados desde el año 1970, creo que lo primero sería juntarnos todos en un Facebook o algo por el estilo, hay compañeros que probablemente no puedan venir nunca a un encuentro porque viven en el extranjero o muy lejos, pero igual debemos tener contacto para armar la Escuela Virtual de todos los buenos muchachos que alguna vez pasamos por las trincheras del cálculo, la teoría de redes y el electromagnetismo. Me voy ahora mismo a hacer el Facebook y mandar las invitaciones.

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