04 enero 2010

A dar una vuelta

El verano pasado andaba trabajando, o en la pitilla, no recuerdo bien, pero la cosa es que no fui ni un solo fin de semana a la playa. Salir a dar una vuelta no es algo exclusivamente ariqueño porque cuando yo vivía en Chiloé también era una costumbre común, sin embargo solo existe en algunas ciudades que son lo suficientemente chicas como para que valga la pena o sea posible hacerlo.

En Arica uno sale a dar una vuelta, es decir a pasear sin ningún propósito especial, al centro, a las playas o a la Isla del Alacrán, en Iquique por ejemplo esa tradición ya no existe, la gente sale siempre con algún propósito: a comprar o al cine o a tomar un trago, nadie sale a dar una vuelta en Iquique, tampoco hay adonde ir. Para que hablar de Santiago u otras ciudades grandes.

Hay costumbres que de a poco he ido dejando, pero nunca es tarde para recobrarlas, durante más de 15 años todas las noches de sábado nos íbamos con la Pilar y un six pack de cerveza (las famosas seis por luca) a la Isla del Alacran y nos quedábamos hasta altas horas de la noche arreglando el mundo, o escuchando música, o callados como ostras según como estuviera el humor, luego los Carabineros empezaron a hostigar y correr a la gente, mi camioneta se cayó del Morro y como andaba sin plata dejamos de ir hace mucho tiempo, es una costumbre que todavía extraño.

También durante unos años me dio por la natación y nadaba casi todos los días del verano, era visita frecuente en la Piscina Olímpica, ahora hace mucho tiempo que no voy. Finalmente había dejado abandonadas mis obligaciones como mirón oficial de la playa El Laucho, donde me paseaba cada fin de semana admirando los efectos del pollo con hormonas en las adolescentes locales, como buen viejo verde. Creo que este año retomaré a lo menos esa sana costumbre, no puede ser tan completa la decadencia.

Lo agradable es que me encontré enseguida con dos amigos, el infaltable Mono se estaba secando en la terraza y cuando miraba aburrido en la baranda me hace señas mi querida amiga Cindy, que está tan bonita como siempre, en fin que rico encontrarse con gente que uno conoce hace tanto tiempo, si al final es como si hubiésemos crecido juntos, aprovechamos de conversar largamente y ponernos al día en los últimos pelambres, se me arregló la tarde. Unas pocas fotos pueden verlas AQUI aunque se me olvidó ajustar bien la cámara del Tomás Jr y salieron todas sobreexpuestas.

Ah que maravilla es salir a dar una vuelta sin ningún propósito, pasar la tarde tirado en la playa o encontrarse con los amigos en el Paseo 21 de Mayo, eso si que es calidad de vida, no tengo ni una duda que en ningún país desarrollado una persona normal pueda darse el lujo de una vendedora de agencia de viajes que conozco, que va al trabajo con el traje de baño debajo de su vestido, al salir a la 1:30 toma un colectivo a la playa, almuerza, se saca el vestido, se da unos chapuzones, duerme una siesta en la arena y a las 3:30 PM vuelve al trabajo, fresca como una lechuga. En cualquier parte del mundo eso solo lo hacen los millonarios, acá está al alcance de cualquiera.

En fin, hasta para afeitarme tengo flojera, ando con la barba rala que parezco asaltante, me veo igualito que el "Cuajinay", antes del viernes me afeito, sin falta. Hasta mañana.

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Will you still need me, will you still feed me
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