El que no salta es momio

Ingrid Wildi es una de las mejores artistas visuales chilenas, ha desarrollado su carrera en Suiza donde vive y trabaja haciendo arte, clases y exposiciones. Tiene conexiones familiares en Arica, anduvo por estos lados el año pasado y volverá a aburrilandia por unos días el próximo mes.

La cosa es que me mostraba el curso que está dando en la Universidad de Alcalá sobre eslóganes y performances. Aprendí que la palabra slogan viene del gaelico escoces sluagh-ghairm que signifca grito de batalla y es una forma efectiva de conducir a las masas colocando ideas-fuerza o bien provocando estados mentales de excitación o euforia colectiva.

El uso de slogans es muy antiguo, tal vez los primeros fueron los cantos religiosos que todos coreaban en la iglesia para sentirse inflamados de fervor místico y luego los gritos de guerra en las cargas a pie o a caballo para darse ánimos. Pero la creación y uso de los slogans encontró su refinamiento en la política, el cochino arte de convencer a otros para que lo ayuden a apoderarse del poder.

El slogan de la revolución francesa Libertad, Igualdad y Fraternidad, todavía se usa a veces -y todavía encuentra algunos giles que lo compran- también notable fue la corta arenga de Nelson antes de Trafalgar Inglaterra espera que cada hombre cumpla con su deber, copiada y muy mejorada por Arturo Prat años después, pero Nelson la mandó por banderas de señales, así es que estaba obligado a sintetizar.

Los comunistas de la revolución bolchevioque fueron grandes creadores de lemas, pero en realidad no eran muy interesantes, la mayoría empezaban con un "viva" o con un "muerte a". El único slogan notable que pude rescatar del libro Wall Street y los bolcheviques, de Anthony Sutton fue Todo el Poder a los Soviets, no es gran cosa que digamos.

Los nazis fueron muy productivos en cuanto a lemas, desde el infame Arbeit macht Freit (el trabajo los hace libres) colocado a la entrada de Autshwitz, aunque ese era un lema tradicional alemán, no inventado por los nazis, tenían muchos otros como El Imperio que Durará Mil Años; Los Judíos son Nuestra Desgracia; Un Pueblo, una Nación, un Líder; Sirvientes de los Judíos; La Solución Final y otras estupideces por el estilo que movilizaron a Alemania en esos años.

Los fascistas italianos también tenían lo suyo como Creer, Obedecer, Combatir; Traidor el que Cede; Libro y Fusíl, Fascista Perfecto; Duce, mi luz. Los españoles tenían No Pasarán (los republicanos) y uno que a mi me gusta mucho de los franquistas era Viva la Muerte, de José Millan Astray. Creo que es un slogan perfecto para cualquier guerra.

Otro buen productor de slogans fue Churchill con su famoso ofrecimiento de Sangre, Trabajos, Sudor y Lágrimas; o Nunca Tantos le debieron Tanto a Tan Pocos; para que decir su famosa frase sobre la Cortina de Hierro. Ya que estamos con los sajones tenemos El Garrote y la Zanahoria y El Destino Manifiesto de Teddy Rooswelt así como el New Deal de su pariente Franklin Délano. La Nueva Economía es un slogan que se ha usado a lo menos dos veces en USA: durante la postguerra y en el gobierno de Clinton para caracterizar el auge prolongado antes de que aparezac una burbuja y todo se vaya al diablo.

Llegamos a Sud América y los Descamisados, slogan que importó Evita Perón directamente de Benito Mussolini. Sendero Luminoso también fue un slogan usado por el Partido Comunista del Perú, que tenían fuerte inspiración de Mao, otro gran creador de slogans. El libro Rojo y sus discursos son una veta riquísima de slogans, el que más me gusta de Mao es este: Luchar, fracasar, volver a luchar, fracasar de nuevo y volver otra vez a luchar para volver a fracasar. Y así, hasta la victoria. Otros buenos slogans de Mao son: La acción no debe ser una reacción, sino una creación; Leer demasiados libros es peligroso o La política es una guerra sin efusión de sangre, la guerra es una política con efusión de sangre.

Llegamos a Chile donde el slogan más antiguo que yo conocí fue la Revolución en Libertad de Frei Montalva; muchos años antes el candidato Gustavo Ross tuvo un lema muy bueno: Muchos son los problemas, una la solución: Ross, igual perdió la elección y el slogan nunca pegó.

Durante la Unidad Popular hubo explosión de slogans algunos importados y otros nacionales, entre los primeros estaba el del Ché Guevara Hasta la Victoria, ¡Siempre!. De los nacionales recuerdo Estudiar, Luchar y Vencer ¡FER! y Voto, Conciencia y Fusíl, ¡MIR, MIR!; Las Momias al Colchón, los Momios al Paredón; Avanzar sin Transar, al Poder Popular; la Revolución con Empanadas y Vino Tinto; la Batalla de la Producción y tantos más.

Vino el golpe en 1973 y los slogan cambiaron 180 grados. Apareció el de Los Nefastos Mil Días; Se terminó la farra y ahora hay que pagar la cuenta; los Chilenos Bien Nacidos; Vamos Bien, Mañana Mejor y no recuerdo que más. Ah, por el otro lado estaba Y va a Caer; El Que no Salta es Momio, que fueron los más famosos.

En 1998 el inefable La Alegría ya Viene de Tironi&Asociados y el Crecimiento con Equidad de Ricardo Lagos y los innumerables papelógrafos del partido Comunista y los Humanistas que son una máquina de slogans. Un amigo mío era del Movimiento de Izquierda Revolucionario, encargado de imprimir los panfletos y hacer consignas durante los militares, le decían "el Gutemberg" porque estaba a cargo del mimeógrafo. Cuando llegaron las elecciones ninguno de sus compañeros -que después de acomodaron como parlamentarios y autoridades- se acordó de él y siguió tan muerto de hambre como siempre, ¡como pateaba la perra el pobre Gute! Nadie sabe para quien trabaja.

Los slogan en Chile son un arte en decadencia, de tanto repetirlos ya no llaman la atención, ni siquiera los más ingeniosos, la única excepción -que a mi me hizo mucha gracia- creo que es esta:

Hasta mañana.