04 agosto 2012

A la una, a las dos y a las tres!

Hace un par de semanas, la Pilar me preguntó si había leído el diario. Cuando lo veo en la sección de remates judiciales leí el aviso del tribunal que en dos semanas nos iban a rematar la casa. Me quedé helado.

Una deuda de unos US$ 8.000 que creía solucionada hace muchos años apareció repentinamente, convertida en US$ 16.000, justo en el momento en que no tenía ni para hacer cantar a un ciego. Bueno, los que han leído La Historia de mi Casa comprenderán que, sin pensar en la deuda, yo me había gastado más de US$ 50 mil entre ampliaciones, pitos y flautas a la casa que en dos semanas más me la iban a rematar, era como para asustarse.

Me pase dos días bien preocupado, por decirlo de algún modo, pensando cuales eran mis opciones. Pero no tenía opciones, estaba contra el tiempo y sin nada para intentar un rescate. Ni pensar en pedir plata prestada o un aval, eso era tan imposible como que me pusiera a buscar trabajo e igual de inútil.

Bueno, después de pasar unos días más preocupado que monja con atraso, empecé a pensar calmadamente. La primera conclusión fue que no podía seguir asustado, porque cuando uno se asusta no piensa. Pensé que lo peor que podría pasar: que remataran la casa y nos convirtiéramos en homeless, habría que arrendar alguna casucha y seguir adelante nomás.

Esta peor opción tenía variantes: si se remataba en más del mínimo el exceso quedaba para nosotros y nos podría salvar por unos meses. También podría venderla antes del remate -de hecho una señora con cara de buitre anduvo rondando por la casa, ofreciendo su "ayuda" desde que apareció el aviso.

También tenía la alternativa judicial, pelear el remate en tribunales y se dió el caso que un abogado ofreció ayudarnos con eso. En fin, ya tenía más posibilidades y pensé que como me quedaba algo más de una semana para el remate no valía la pena preocuparme por anticipado. Era como si me hubieran dicho que me quedaba una semana de vida ¿me iba a preocupar? no pues, seguiría igual que siempre y que sea lo que Dios quiera. Si había que preocuparse que fuera cuando llegara el momento, no antes.

Así es que seguí como si nada. le conté el asunto solo a los amigos más cercanos y pensé que tenía que disfrutar lo que podían ser los últimos días en mi hogar dulce hogar. Me di cuenta que la casa -que pensaba que estaba en ruinas- era estupenda y que me iba a doler perderla, pero que diablos, llegué sin nada al mundo y me voy a ir igual ¿que tanto?

Conversando con Tom Wilke, como buen psicoloco me ayudó a aclarar mis ideas. ¿Que tan terrible era perder la casa? En verdad por mi me importaba un comino, perfectamente me podía arrendar una pieza en pensión como viví tantos años. No le tenía ningún apego a la maldita casa. Lo que en realidad me preocupaba eran los demás: la Pilar, el Tomás Jr y mis suegros.

Con la cabeza mucho más despejada nos fuimos con la Pilar a hablar con el abogado para ver las opciones. Y el abogado tenía la película clarísima, habían buenas posibilidades de anular el juicio. También revisamos todas las alternativas en caso de llegar al remate y me contestó a cada una de mis preguntas manera directa y realista. Yo que trabajé más de 10 años en tribunales y conocí de cerca a muchos abogados y jueces me di cuenta que este era seco, uno de los mejores que he conocido, tal vez se podría terminar por fin mi mala suerte.

Y presentamos un escrito, que un día antes del remate fue aprobado, con lo que se suspendió el remate. El banco se demoró en contestar pero finalmente se allanó al abandono de la acción y como en los cuentos de hadas o las películas de Disney me quede con casa y sin deuda. Bueno, en deuda con el abogado obviamente, que me salvó el pellejo.

Cuando mi camioneta se cayó del Morro y supe que no había matado a nadie, pensé que era un tipo de mucha suerte, aunque no siempre se nota. Hoy que leí el decreto de abandono volví a pensar lo mismo "de la que me salvé" o "esta no la cuento dos veces". Estoy feliz, aunque debería estar mucho más feliz, esto prueba como lo malo nos afecta mucho más que las cosas buenas que nos pasan.

Haciendo un balance en el mes de julio tuve dos grandes golpes de suerte: recuperé la casa rodante, que con un poco de plata la puedo dejar como nueva otra vez, y se terminó la espada de Damocles de esa maldita deuda. Tuve muchas noches de insomnio durante años pensando en esas cosas.

También saqué muchas moralejas de este desagradable lío. Primero que no hay que perder la calma, muchas de las ideas que tuve los dos primeros días eran completas estupideces creadas por el miedo que sentí por perder la casa. Si uno tiene miedo no debería tomar decisiones, ni una. Las otras moralejas mejor me las guardo, pero les puedo asegurar que la vi muy fea.

16 comentarios:

  1. Cuando se deje de preocupar de donde vivirán los suegros, verá que no había nada de que preocuparse.

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  2. Ah!!! por eso su mal humor Don Tomás... me alegro que todo se solucionara... tiene el derecho.. NOO TIENE EL DEBER de quedar en estado de saco de papas en el suelo...

    Sabe? se le notaba en los post, que le pesaba mucho el problema... pero bueno.. ya es historia

    Salud!!!

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  3. En eso estoy, es una misión difícil pero con perseverancia todo es posible ¡Salud!

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  4. Tomás cuida a tu suegra, es la que te hace el almuerzo!!!

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  5. Tomasiño:
    En el peor de los casos, te habrias podido conseguir un subsidio al lado de la alcaldesa.
    Oye como me podria sacar uno para mi compadre.

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  6. Me alegro. Además, es de entera justicia. Si hay personajes que obtienen una casa casi gratis por 200.000 gracias a políticos corruptos, oportunistas y populistas, me parece que te hayan condonado la deuda, ya que la casa es tuya, te costó US$ 50.000, lo que “cuestan” 125 casas regaladas con el IVA que tú pagas en la panadería y el supermercado.

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  7. Sobrino de Recoleta04 agosto, 2012 19:31

    Tío Tom:

    Es bueno escuchar que le fue bien. Dado que sacó a colación el tema de las estupideces que uno piensa con el miedo, le recuerdo la Letanía Bene Gesserit contra el miedo, que Frank Herbert escribió en Duna:

    El miedo mata la mente. El miedo es la pequeña muerte que conduce a la destrucción total. Afrontaré mi miedo. Permitiré que pase sobre mi y a través de mí. Y cuando haya pasado, giraré mi ojo interior para escrutar su camino. Allá dónde haya pasado el miedo ya no habrá nada. Sólo estaré yo.

    Atte. a ud.,
    Sobrino hirsuto de Recoleta.

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  8. Renato, no hay como compadre, para esos subsidios hay que tener pituto político, por ejemplo ser alcalde o algo así :(

    Máximo, tal vez no fue muy justa la cosa, pero cuando uno se está jugando el pellejo lo primero que desaparecen son los principios, lo se por experiencia propia. La moral funciona siempre que los problemas no sean demasiado graves, es solo para tiempos normales.

    Sobrino hirsuto, claro, nos salvamos por poco y bueno, uno nunca puede estar 100% seguro de nada. No es tan malo tener miedo, lo malo es asustarse jajaja, saluti!

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  9. Tomas. Creo que me entendiste mal.
    Me parece bien que solucionaras tu problema y que el banco se desistiera del juicio.
    Si hay tanta gente que tiene casas regaladas, era el colmo que perdieras la tuya que te costo plata de tu bolsillo.
    Ahora a festejar.

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  10. Si Maximo si lo había entendido así. Como dices ¡a festejar!

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  11. ...dicen que los bancos nunca pierden... ¨¨para distraerlo un poco¨¨ siendo electronico programo en ensamblador.

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  12. Mark, es un mito, los bancos pierden mucho, lo que pasa es que rara vez quiebran, pero tener acciones en un banco es arriesgado como cualquier negocio.

    De hecho conmigo perdieron casi 9 millones de pesos con los intereses y costos. Yo creo que las deudas deben pagarse y encuentro medio vergonzoso no haber pagado por estupidez propia (aunque indirecta).

    Pero en la ley existe la figura del "hurto famélico" que dice que en situaciones graves se puede cometer un hurto sin castigo, creo que este fue (más o menos) uno de esos casos. De poder en el momento, habría pagado sin chistar, pero que diablos, en una emergencia uno no se para a discutir finezas.

    Ah el assembler, somos colegas entonces. Yo también aprendí en el viejísimo SDK-80. Como ce han desarrollado las cosas, a estas alturas es casi imposible hacer algo útil a ese nivel, al menos en computadores. En controladores si que se puede, y mucho.

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  13. Bueno, qué salvada ! Me alegro mucho. Como Ud. nos lo cuenta, fue mas bien un proceso burocrático-judicial que siguió su curso porque Ud. ignoraba su existencia y los posibles remedios de aplicación.

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  14. Si Ulschmidt, la vi muy cerca, creo que no la cuento dos veces

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  15. Vaya a la municipalidad a amenazar que se va a autoasar al estilo bonzo si no le dan un perdonazo, son efectivos esos chantajes. :D

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"Send me a postcard, drop me a line
Stating point of view
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Will you still need me, will you still feed me
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