10 octubre 2013

Mis historietas financieras


Conversaba con una amiga que anda igual que yo -es decir con problemas de plata- y me acordé que yo he pasado muchas veces por situaciones parecidas, tantas que ya perdí la cuenta. Ya debería estar acostumbrado y por lo general me lo tomo con calma, he visto muchas veces como la plata viene y se va, pero a veces pierdo la paciencia y me vienen los monos.

Debe haber sido el año 77 o 78 que me vino un bajón de esos, recuerdo perfectamente que un día me levanté con toda la rabia acumulada, pensando que estaba haciendo todo bien pero igual me iba mal. No era lógico, llevaba años en que todo salía mál ¿en que me estaba equivocando entonces? Pero no tenía opciones así es que a seguir tratando nomás. Tal vez a alguno de ustedes le ha pasado, que en un momento piensan que cometieron alguna equivocación enorme con su vida y ya no tiene arreglo ¡que manera de estar enojado!.

Creo que nunca volví a tener un bajón tan fuerte, a pèsar que después me pasaron cosas mucho peores. Curiosamente al poco tiempo -ya me acordé, eso fue en 1981- un amigo me presentó a Gabriel Abusleme y empecé a trabajar en la Zona Franca de Iquique. En un poco más de un año estaba cumpliendo el sueño de mi vida de viajar, estar en los mejores hoteles del mundo y muchas cosas con que ni siquiera había soñado. Pero del viaje me acuerdo poco, en cambio de mi día de furia me acuerdo clarito, como si fuera hoy. Es mucho más fácil acordarse de las cosas malas que de las buenas.

Entre los años 89 y 92 fue mi primer período de riqueza. Era gerente del galpón de mi primo en Iquique y tenía mi propia tienda en Arica, por mi cuenta corriente pasaban los millones y yo no tenía duda de haber clavado -por fin- la rueda de la fortuna. Llegué a tener a 6 niñas trabajando en mis dos tiendas y en cierto modo me acostumbré a ser un pequeño dictador benevolente. Casi inconscientemente al torito se le olvidó que un día fue ternero y empecé a mirar en menos a los pobletes. cuando me dí cuenta que tenía una especie de perkins que me limpiaba el auto y me rendía pleitesía -a cambio de generosas propinas- pensé, divertido, que me estaba convirtiendo en un verdadero burgués. Todo eso terminó de manera desastrosa con mi funesta Aventura en Bolivia. Nada bueno dura para siempre.

Esos años pasaron muchos millones por mis manos pero gastaba como marinero borracho y no capitalizé ni un solo peso. Si hubiese tenido un poquito más de experiencia en vida, me habría robado lo necesario y hoy estaría convertido en un perfecto burgues acomodado, pero era demasiado joven para entender esas cosas, morí solo, como los valientes, y los giles.

De la catástrofe me recuperé relativamente rápido. Luego de un par de años espantosos empecé a ganar plata a manos llenas de nuevo. Esta vez tenía más experiencia y muchos menos escrúpulos así es que estuve como 4 años juntando millones, primero en una caja debajo de la cama, después en depósitos a plazo. Dos cosas recuerdo de esos años: la satisfacción de contar una y otra vez los billetes y el miedo a que se me perdieran los cerificados de depósito, o me los robaran, o que el banco quebrara.

Fueron años de pura cosecha, me demoré como 6 años en elegir mi casa y me gasté una fortuna en arreglos, ya había aprendido y no gastaba en tonteras como antes, tampoco me creía un burgues como pocos años atrás porque tenía el recuerdo de la catástrofe muy fresco. La casa -pensé- es una inversión segura, toda la plata que tenga la voy a invertir en eso y así tendré donde caerme muerto, Aunque también me compré la casa rodante, el CRX, la camioneta y varias otras cositas que se me iban apeteciendo, la plata pica en el bolsillo, especialmente cuando llega fácil.

Cuando se me terminó la vaca lechera de los proyectos de inversión, pasé varios años en un negocio que no me dejaba ahorros pero pagaba todos mis gastos, que nunca fueron muchos. O sea de burgués pasé a petit burgeois, pensé que de nuevo había clavado la rueda de la fortuna, llegando a tener lo que los pequeños burgueses llaman un buen pasar.

Pero la estabilidad no está en mi carta astral y de un día para otro me quedé de nuevo sin ni uno. A comienzos de este año ocurrió lo más espantoso cuando estuve a punto de perder mi inversión segura la casa a la que le había metido todos los millones que ganaba año tras año. Todo es cíclico y nada es seguro, ayer andaba con los monos de nuevo pensando que es lo que estoy haciendo mal. Tranquilei tomasito, somos juguetes del destino y lo mejor que se puede hacer cuando las vacas están flacas es mirar para el cielo y rascarse la cabeza. Santo remedio.

7 comentarios:

  1. Tomas: El otro dia conversaba con un amigo de por que a mi no se me habia ocurrido desarrollar uno de estos softwares de US$1 y con 5.000.000 de downloads... con el tema de los cursos, no sera lo miso, que pasa si en vez de 19US$ cobras 1US$. Yo demas que pago 1 US$ por el curso pero no los 19 US$ por un tema de principios no mas no por caro... Ahi te haces el millon de dolares....

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  2. Suscribo totalmente a la idea de Eugenio, nica pago mas de 2 dolares por algo comprado "a ojos cerrados" y que puede resultar ser solo simple basura... nadie me va a devolver los 19 dolares... cosa que no pasa con 1 o 2 dolares... que es "nada".

    Zarko

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  3. Es un asunto difícil de pronosticar, hay tipos que venden miles de cursos a US$ 100 c/u y muchos cursos de U$5-10 que no venden ni uno, la economía de Internet no funciona con la curva de demanda normal (a menor precio mayores ventas) sino que toma otras formas.

    La mayoría siguen el modelo de "cola larga" o sea muy fragmentada pero con microprecios, pero para ese modelo tienes que tener una oferta enorme, normalmente no es factible un solo proveedor aunque uno que los aglutine (como Amazon o e-Bay) lo puede hacer bien con eso.

    Creo que hay varias razones por las que la curva de demanda no funciona en estos casos, una de esas es el dinero plástico o virtual, las compras ya no se deciden en base al precio sino en lo que cuesta pagar (la disposición a usar o la disponibilidad de una tarjeta de crédito, por ejemplo).

    Cuando el sistema de micropagos esté operando -yo calculo que va a tomar un año o dos- y cualquiera pueda pagar con comodidad sin las complicaciones de la tarjeta de crédito o paypal, creo que las políticas de precios van a funcionar como Dios manda, al menos eso espero.

    Yo creo que la razón por la que los cursos en español se venden MUCHO menos que los en inglés es más que nada por la dificultad o desconfianza del pago. Es un asunto complejo pero vamos a ver como se desarrolla, a mi me interesa más ver el mecanismo que el millón de palos verdes (jaja ¡seguuuro!)

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  4. Tomas, cuando las vacas estan flacas has nada.WU WEI, saludos!Yo la doña Pía :)jaja

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  5. Que buen consejo mi queridísima amiga Wu Wei! es exactamente lo que voy a hacer a partir de ahora ya!...

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  6. El tema de los micropagos con los tablets anda increible...si no preguntale a mi hija de 5 años que le compro casi 500 US$ en ropa para su "My Little Pony" ...pu$a que quedo bien vestido el caballito :-)
    Bueno no es culpa de la niña, el papito bien gil que no tenia la cuenta con clave...
    Jaaaaaa

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  7. Yo creo que por ahí va la cosa, en el mundo latino todavía muy poca gente se maneja con los micropagos, bien por desconfianza o por no disponer de trajeta, etc. en otros países eso ya funciona bien ya hay un mercado maduro y estabilizado a precios normales.

    Yo veo los cursos en inglés donde un español ha vendido más de 5.000 cursos a US$ 39 en poco más de un año, claro que el mercado es mucho más grande y todo el mundo tiene tarjeta de débito al menos. Eso falta que se popularice acá.

    Me dejó pensando eso de los 5 millones a un dólar y por que el shareware -que sigue ese modelo- no ha terminado de despegar, me gustaría saber que piensa Leus del asunto ya que trabaja en "el ambiente".

    Yo creo que el precio también tiene un componente psicológico que va más allá de "lo compro porque es barato", hay unos fenómenos que en Internet los llaman "cascadas" que nadie entiende muy bien como se producen, en el curso de Mung Chiang "20Q" hubo dos clases dedicadas a eso, es similar a como se propaga una infección y los precios no son el componente más relevante.

    Creo que tendré que revisar el asunto de nuevo, algo de eso coloqué en mi blog "20Q para dummies" http://q20esp.blogspot.com/

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"Send me a postcard, drop me a line
Stating point of view
Indicate precisely what you mean to say
Yours sincerely, wasting away
Give me your answer, fill in a form
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Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four"