26 febrero 2014

La gran estafa universitaria


El crédito universitario debe ser uno de esos inventos chilenos únicos en el mundo, pero a diferencia de los inventos buenos como las AFP o la Ley Minera, que son la causa directa de nuestra actual riqueza, esto ha resultado un fiasco similar al transantiago, un verdadero Frankestein que ha ido mutando a algo cada vez peor y más deformado. ¿Como se llegó a la situación actual, con cientos de miles de morosos que nunca van a pagar? Es una historia que casi nadie entiende y merece ser contada. Aquí voy.

Apenas volvió la democracia en 1990, los políticos de todos colores pusieron el ojo en el negocio de la educación y comenzaron a comprar universidades privadas. Luego, entre las primeras leyes y reglamentos que dictaron, aprovecharon de cerrar la puerta a la creación de nuevas universidades, con lo que aseguraron su monopolio. Ese fue el paso número uno, pretextando una hipócrita preocupación por "la calidad académica". La opinión nacional, estúpida como siempre, les creyó todo.

Pero el monopolio no era suficiente para la ambición de los honorables. Estando en el gobierno de Ricardo Lagos, se les ocurrió una idea aún más brillante ¿por que solo los alumnos de las universidades tradicionales van a recibir esos créditos que no paga nadie? ¿por que no ampliarlo a todas las universidades? Si bien el razonamiento básico era buen convincente, la implementación fue extremadamente corrupta, hecha a la medida de los dueños de universidades privadas para que recibieran la plata dulce del estado. Consistió en arreglarse con los bancos para que dieran créditos a altas tasas de interés y cero riesgo, pues tenían el aval del estado, es decir nadie lo iba a pagar.

Claro que para ser elegibles al crédito con aval del estado las universidades debían estar "acreditadas". Tal vez no ha habido procesos más corruptos e inútiles en Chile que los de acreditación universitaria, donde la comisión nacional anda dando desesperados palos de ciego y oscila entre la manga ancha extrema hasta ataques histéricos de hipocresía como el que llevó a cerrar la Universidad del Mar.

Entre tanto el faenón de las universidades se convirtió en un negocio que ya se lo quisiera Rico McPato, empezaron a llegar consorcios internacionales como laureate, SEK y tantos otros a comprar, con eso los dueños originales se aseguraron de por vida. Piñera hizo algo bueno al "sincerar" la situación de los que teníamos una deuda absolutamente impagable, llamó a una renegociación condonando intereses y multas. Claro que muchos ni así se interesaron en pagar, incluidos algunos ministros e intendentes recién nombrados por Bachelet, simplemente se fundieron. Por otro lado no fue capaz de ponerse los pantalones y atacar las raíces podridas del sistema.

Al final, los dueños de universidades privadas y estatales, blindadas contra toda competencia se están repletando de dinero del fisco, eso no se llama lucro, ni tiene relación con las llamadas "sociedades espejo" como gritan los mocosos ignorantes en las marchas, lo que ocurre es una malversación amparada por las leyes, todas dictadas desde 1990 por gobiernos de la concertación, algo que los estudiantes que protestan, tracalada de brutos manipulados no entienden en lo más mínimo.

¿Por que hablo de los dueños de universidades estatales? por la sencilla razón que los excedentes reales en esas universidades, que son mucho mayores que los privados, son repartidos entre los directivos y profesores titulares, que son los verdaderos dueños de ellas. Lo peor son los efectos inesperados que ha traído toda esta plata dulce y asegurada.

El primero es que los aranceles han subido hasta las nubes y eso es lógico cuando existe un oligopolio protegido por leyes.

El segundo efecto inesperado es el deterioro ético de las universidades públicas, que en condiciones mucho mejores que las privadas, además de las matrículas con crédito estatal, reciben diversos (y cuantiosos) aportes adicionales directos. Allí los rectores reparten la coima a destajo para hacerse reelegir indefinidamente. Hay rectores como Pérez de la Universidad de Chile que sencillamente se niegan a dar cuenta de como gastan los millones que le pasa el estado cada año, que mejor muestra de soberanía y deshonestidad.

No es raro entonces que de las universidades estatales se haya creado una comunidad de sinverguenzas de cuello y corbata. Franco Parisi fue vicedecano de la FAE en la Universidad de Chile, Nassir Sapaj, connotado profesor, fue condenado por el escándalo MOP-Gate, en la Facultad de Medicina, hace como un año se descubrió que habían dado títulos a gente que no había estudiado y así sucesivamente.

¿Que pasa con los alumnos cuando ven que los directivos coimean, los profesores hacen negociados o que se pueden aprobar ramos por la ventanilla? Bueno, de la Universidad de Chile han salido joyitas como el doctor Girardi, incluso de mi querida universidad de Tarapacá salieron los dos brillantes egresados que fueron los artífices de la estafa de "La Polar". Estando en la miel todo se pega.

Esto va a reventar luego, no puede seguir así y lo peor es que los que reclaman sobre el sistema no tienen idea cuales son los verdaderos problemas, son ignorantes, monigotes de los políticos, tontos útiles y un pequeño puñado de avivatos que usan las protestas para llegar al parlamento a darse la vida del oso.

Debe terminar el monopolio legal, cualquiera debe poder abrir una universidad, en el patio de su casa si así le parece, ese es el sistema en USA y en otros países que tienen excelentes sistemas universitarios, con más competencia se termina la especulación con los aranceles.
 
Y se debe terminar el crédito fiscal a destajo, reemplazándolo por un sistema ligado al rendimiento académico a partir del segundo año, así se dará fin a la fábrica de profesionales de mentira que solo ha logrado una inflación de los títulos y grados, que no valen ni el papel en que están impresos. Es la única forma de que los alumnos vuelvan a estar orgullosos de estudiar en la universidad, como era cuando yo estudié en los ochentas.

Si alguien quiere comprarse un título sin estudiar perfecto, que vaya a un carrito y le impriman un título de ingeniero. Cuando estuve en Miami en los alrededores del Bayside había un emprendedor que vendía títulos. Y yo prefiero esos papeles, que se que valen nada, antes que el título de médico cirujano del doctor Girardi expedido por la prestigiosa Universidad de Chile. Así como está la cosa, las universidades se han transformado en una fábrica de resentidos, palurdos y sinverguenzas, porque estando en la miel todo se pega.

7 comentarios:

  1. La calidad universitaria se resuelve en cada universidad, creo, y la solución para-todas-a-la-vez, desde un ente ministerial, es la casi garantía de no-solución.
    Otro sí digo:
    1 ¿vio un tema de El Mercurio Campo acerca de una plantita filtradora de boro aplicada en Arica?
    y
    2 - ¿Voio los cuestionamientos a la ley de aguas en la tele? en programas como Via Pública

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  2. Ah Ulschmidt, desde los años noventa vengo escuchando el cuento de esas plantitas maravillosas que pueden abatir al boro, la universidad, la fundación Chile y un montón de chiflados independientes reclaman haber descubierto el milagro, me hacen recordar la máquina que compró mi amigo Chuck para extraer el oro contenido en el aguan del mar.

    ¿Se puede abatir el boro del agua? ¡por supuesto que si! hay montones de formas partiendo por la osmosis inversa, lo que estos genios no toman en cuenta es que si la mayoría de los agricultores no son capaces de aportar un solo peso para las millonarias obras de canalizacion, mucho menos dispuestos estarán a pagar para sacarle el boro al agua, por más económico que sea el proceso los agricultores no van a pagarlo porque no les conviene.

    A ninguno de esos geniales inventores se le ocurrió antes hacer el estudio de mercado para ver cuanto estarían dispuestos a pagar los agricultores (normalmente cero), por eso todos llegan hasta la planta piloto, armada a costo millonario on platas de la CORFO, o sea, de nosotros los giles.

    He leído cientos de críticas al código de aguas, todas son un compendio de ignorancia que al final proponen la misma solución de los palurdos que protestan por la educación: que el "papá fisco" se haga cargo de repartir y así se solucionarán todos los problemas.

    Por eso no creo nada en la descentralización, no con la gente que tenemos ahora por lo menos. Tal vez si viene una peste y nos mata a todos, con una nueva generación venida de cualquier otra parte podría resultar.

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  3. Y claro, tal como dices las universidades libre competencia nomás, lo más libre posible con cero barreras de entrada es la únic manera en que pueden mejorar. Mientras tengan el monopolio asegurado seguirán siendo malas.

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  4. Es como tu dices, se llama "milagro" del gasto publico.

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  5. Yo creo que con la cantidad de adoctrinados y manipulados que hoy, simplemente se va a pasar de un problema a otro.

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  6. Al doctor Nervio ya se le pegó! avísame cuando te nombren rector para ayudarte en el departamento de adquisiciones.

    Maximo, Frx, los giles esos no piensan y exigen todo lo contrario de lo que se necesita, creen que estatizando el sistema la cosa se va a arreglar ¡si serán animales, cuando es el estado lo que ha creado todo este desastre! no piensan, reaccionan en base a la consigna y el resentimiento.

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