Para mi mala suerte nunca me he destacado en nada y no tengo muchas cosas de las que me pueda jactar. Me encantaría poder jactarme -por ejemplo- de tocar bien un instrumento, de haber ganado una fortuna escribiendo un libraco de autoayuda o cualquier cosa por el estilo. Pero nada. Aunque hay varias cosas que me enorgullecen, pero son todas personales y no le importan a nadie así es que no puedo pavonearme como me gustaría. Claro que me gustaría.
Bueno, entre esos minúsculos orgullos personales, está mi buen ojo. Tengo una intuición fuera de lo común para detectar para donde va la micro. Es feo que yo lo diga pero así es, muy pocas veces me he equivocado o no he previsto las cosas importantes.
En 1968 quedé fascinado con la computación y en esos años me convencí que todos íbamos a tener un computador y que yo tenía que aprender a programar, lástima que esa intuición no ha sido igualmente exitosa para decirme como ganar plata, lo de la programación es un buen ejemplo.
Ni que decir que en esos años nadie pensaba como yo y ese es solo un caso del ojo clínico que tengo para algunas cosas, que las he podido ver mucho antes que la mayoría de las personas. He tomado muchas buenas decisiones basadas en el puro olfato, que en el momento todos han pensado que estoy loco, desde juntarme con la Pilar y elegir a mis amigos hasta cosas que compro, porque normalmente elijo cosas que se pondrán de moda en uno o dos años más. Y eso es algo de lo que me puedo jactar aunque a nadie le importe.
Una de las cosas que me tiene entusiasmado desde hace años es la educación por Internet y cada cierto tiempo escribo un discurso pontificando que en el futuro Internet será el medio más importante para adquirir conocimientos y destrezas. Creo que el futuro ya está llegando y como siempre me tropecé con eso de manera casual, gracias a un dato que me pasó Lilian hace un tiempo. Se trata de la educación universitaria en línea.
Coursera es un experimento, un consorcio formado por -hasta el momento- 16 universidades, entre las cuales están algunas de las mejores del mundo, ofrece 116 cursos y es experimental porque tiene varias cosas que no existían hasta el momento. Claro, muchas universidades como el MIT y Yale colocaban las diapositivas de sus cursos en Internet, yo seguí algunos, pero eso no eran clases reales, era simplemente material de apoyo sin ningún foco educativo.
Lo de Coursera es distinto y ahora que terminé el curso de criptografía (que tendré que repetir) y estoy en el de Historia de Internet y Seguridad, estoy viendo las diferencias y creo que es un experimento serio de educación masiva, tal vez el mejor que se ha hecho hasta ahora. El curso en que estoy ahora tiene 41.000 estudiantes y nuestro grupo de estudio en español en Facebook (es uno de varios) agrupa a 126 estudiantes.
Todos los cursos usan una plataforma y metodología estandar, la plataforma es límpia y consiste en videos entre 10 y 30 minutos, normalmente seis por semana. Estos videos se pasan en una pizarra electrónica o en videos si se trata de entrevistas. Son cursos rígidos porque tienen fecha de inicio y final, el que no sigue el paso pierde.
Cada semana hay una pequeña prueba de selección múltiple, demás está el examen final y las peer assesments, que consisten en escribir ensayos que son evaluados por otros alumnos. Al final del curso los que aprueban reciben un certificado firmado por el profesor. Obviamente estos cursos no son parte del currículum de la universidad que los imparte ni sirven como créditos, pero creo que es cuestión de tiempo para que empiecen a dar créditos por ellos, cuando el sistema se perfeccione.
Los cursos son de distintos niveles, por lo general se necesitan requisitos mínimos para seguirlos porque están auto contenidos, algunos son muy fáciles -como el de Historia de Internet y Seguridad- y otros mucho más exigentes, como el de Criptografía, que recibió muchas quejas por su intensidad en solo cuatro semanas.
Muchas cosas interesantes de estos cursos están en la charla de Daphne Koller, que es una de las fundadoras de Coursera. Habla por supuesto de como ha subido el costo de los estudios universitarios, de las posibilidades de aprovechar el talento que hoy se está perdiendo y todo eso. Dice también cosas muy interesantes sobre como se está recogiendo una cantidad enorme de información valiosa para desarrollar nuevas formas de enseñanza y detectar problemas que antes se desconocían.
Por ejemplo al analizar las respuestas incorrectas de una prueba, se dieron cuenta que 2000 estudiantes habían dado exactamente la misma respuesta incorrecta, bueno, no es difícil darse cuenta que o la pregunta estaba mal hecha o que hubo algún problema al enseñar ese tema. Y eso pasa todos los días en las universidades pero nadie se da cuenta ni se toma el trabajo de investigarlo. Este experimento permite encontrar cosas como esa y es una gran oportunidad estar participando en el, creo que una vez más tuve buen ojo en meterme en esto.
P.D. para los que tengan TV satelital/pirata les aviso que por fin, después de meses encontré un programa bueno, es una serie galesa que se llama Gwaith/Cartref (Casa y trabajo, según McDonnell) en el canal Europa-Europa, me gustó mucho, tiempo que no veía algo interesante.
Se ve interesante, el problema es el "inglich".
ResponderBorrarY la casa rodante?.
Si, ese es el gran problema, pero es cuestión de tiempo que los cursos empiecen a traducirse.
ResponderBorrarLa casa rodante está en receso indefinido mientras soluciono un grave problema, después de eso o me mato o tomo 3 meses sin parar y después sigo con el arreglo de la casa rodante, si es que estoy vivo
Acerca de lo que mencionas con la pregunta que nadie respondió correctamente, se supone que el profesor debe reflexionar sobre el instrumento de evaluación que ha construido. Hoy en día la evaluación (prueba, test, exámen, etc.) debe permitir lograr un mejor aprendizaje. Las pruebas no deben servir para nada mas que patear cristianos; deben ser reales evaluaciones del proceso completo.
ResponderBorrarivanr