¡Que vuelva el turismo!

Hace 13 años escribí mi tesis para el MBA que se llamaba Desarrollo de una estrategia turística para Arica basada en la Teoría de Clusters. Pasé un buen tiempo estudiando la evolución de la economía de Arica para entender como puede sostenerse una ciudad de muy pocos recursos, sin ninguna industria de importancia y lejos de todos los mercados. Es como cuando algún maleducado me hace la desagradable pregunta "Oye ¿y tu de que diablos vives?", algo parecido pasa con mi ciudad.

Los altos y bajos de Arica
Nuestra historia económica es la de una montaña rusa, con períodos de gran auge seguidos por varios años de pobreza y depresión.

Durante muchos años Arica tuvo una gran prosperidad por ser el puerto de embarque de la plata que producía el mineral más rico que ha existido en la historia: el Cerro Rico de Potosí. Después de muchos años, la plata empezó a salir por puertos del Atlantico y llegaron las vacas flacas, rematadas por dos grandes maremotos, en 1868 y 1877.

En el año 1925, después de la Guerra del Pacífico y una larga ocupación, Arica se incorporó definitivamente al territorio chileno y tras años de depresión, en 1953 durante la presidencia del genral Ibañez se decretó el Puerto Libre, que duró 9 años hasta 1962 y significó un gran enriquecimiento en la ciudad, hasta que tuvo que ser eliminado por el presidente Alessandri. debido a los perjuicios que estaba causando a la economía en el resto del país.

El año 1958 Ibañez también mandó crear la Junta de Adelanto, que recogía una parte de los impuestos generados localmente para hacer obras públicas. Entre 1960 y 1975 también se desarrolló el Plan de Sustitución de Importaciones, con el mercado cautivo del resto de Chile, que compensó el fin del Puerto Libre trayendo un gran desarrollo. En esa época fue cuando la Junta de Adelanto -alias la Tía Rica- "lo construyó todo, menos el Morro".

Otro enorme impulso que recibió la ciudad fue en 1962, cuando Arica fue designada sub sede para el Campeonato Mundial de Fútbol. Se construyeron caminos, hoteles y poblaciones que existen hasta el día de hoy. Para que se hagan una idea del enriquecimiento que significo todo esto y como Arica atraía personas como un imán, veamos los datos de población:

Año 1952: 24.957 habitantes
Año 1982: 147.744 habitantes

¡Un aumento del 506.8% en 30 años! Desde entonces la población ha seguido creciendo lentamento, hoy, 41 años después, debemos andar en poco más de 200.000 habitantes más o menos. La industria de sustitución de importaciones se terminó en 1974, cuando el Gobierno Militar abrió nuestra economía.

Entre los años de 1956 y 1995 también hubo un importante boom económico  relacionado con la pesca y producción de harina de pescado. Una combinación de malas prácticas de las pesqueras y eventos de "El Niño" particularmente desastrosos, convirtieron a la región pesquera más rica del mundo en una zona de fauna totalmente empobrecida, porque se cortó toda la cadena alimenticia, desaparecieron desde las algas hasta grandes peces como la albacora.

El contrabando hacia el Perú gracias a la creación de la Zona Franca de Iquique trajo otro período de prosperidad a la ciudad entre 1978 y 1990, año en que Fujimori abrió la economía del Perú al exterior y nos arruinó el negocio bajando aranceles.

Llegó el turismo
A partir de 1990 se asomaban las vaca flacas otra vez para nuestra ciudad-tobogán, y lo que nos salvó durante los 20 años siguientes fue algo inesperado y espontáneo, porque nadie lo había planificado: el turismo.

Resulta que el sector turismo, comercio y servicios empezó a crecer hasta llegar a ser el más importante el año 2005, que fue cuando más o menos cuando alcanzó su cumbre. Arica se convirtió en uno de los destinos turísticos principales de nuestro país. ¿De donde diablos venían los turistas y qué les interesaba ver acá?

En los veranos recibíamos un turismo masivo desde Bolivia, de donde venían familias completas, especialmente de La Paz y oriente, se arrendaban una casa por todo el mes: tenían sol, playa y diversión a un costo módico. Muchos ariqueños se iban a vivir en camping a la playa y arrendaban su casa a los turistas por los meses de verano, todos ganaban.

El Parque Nacional Lauca también se convirtió en un destino famoso, muy popular para europeos y norteamericanos amantes de la naturaleza. Ellos querían conocer la experiencia de estar a la altura de pueblos del Tibet, con llamas, avestruces, volcanes, lagos y todo eso que para ellos resulta exótico. 

Ambos destinos turísticos se fueron al diablo cuando el Ferrocarril de Arica a La Paz dejó de dar servicio y el 70% del comercio exterior boliviano empezó a circular en camiones por nuestra carretera 11-CH, que era la puerta a nuestros parques naturales. 

Los camioneros bolivianos convirtieron el paraíso natural en un basurero y con su irresponsables hábitos de conducir convirtieron la carretera 11-CH en una de las más peligrosas de Chile. Empezaron los accidentes de buses turísticos, autos y los turistas que subían empezaron a morir como moscas. Antes la calle Bolognesi estaba repleta de agencias de viaje que ofrecían el tour al altiplano, hoy no queda casi ninguna.

El tráfico de los camiones también mató el turismo de bolivianos hacia Arica, así como el de extranjeros a los parques naturales. fue un golpe enorme que nos dio tema para la publicación que hicimos con don Ian Thmson sobre los perjuicios que nos ha causado esta invasión de camiones.

Después de eso el turismo siguió decayendo por la incompetencia de los alcaldes y demás autoridades locales, incapaces de darse cuenta que eso era lo que nos estaba dando de comer. Desde que los ariqueños empezamos a elegir a nuestras autoridades lo hemos hecho cada vez peor, y por eso estamos como estamos.

Es lo único que nos queda
Debe volver el turismo a Arica, ahora mismo estamos viviendo en una falsa normalidad donde la gente está viviendo de limosnas del estado, de vender sandwich por delivery. Con la plata que ganan compran comida: es la economía circular en su versión más infame, nos vendemos entre nosotros mismos para matarnos el hambre.

La situación todavía no revienta, pero sin darnos cuenta nos estamos acercando a la quiebra del estado y el fin de las limosnas. La verdad es que en la ciudad de Arica no se está produciendo nada, no se genera valor ni riqueza, nos vendemos y compramos entre nosotros mismos usando las limosnas estatales. Es algo que no puede durar.

Por eso si hay alguien capaz de identficar problemas, plantear objetivos estratégicos e implementarlos, debería estar de cabeza en esto. Debe volver el turismo porque no tenemos otra, debe encontrarse la manera de viajar con seguridad al altiplano, aunque chillen los camioneros bolivianos. 

Debe ser seguro para el turista boliviano viajar a Arica y debe ser seguro para los extranjeros volver a visitar nuestros parques nacionales. No es fácil encontrar como pero debe hacerse, es un asunto de valor estratégico par la ciudad.