La educación perdió su valor

Siempre detesté esa histeria que se armó en torno a la epidemia de Covid-19, pensar que una infección como tantas y bastante menos letal que otras con los que convivimos diariamente, dio la oportunidad a un gigantesco experimento de manipulación e ingeniería social de sometimiento es algo que todavía me maravilla.

Algunas cosas que me desesperaban era ver gente que normalmente eran inteligentes y razonables, pero igual cayeron redonditos en la campaña del terror, gente de la que nunca hubiese imaginado ese nivel de idiotez.

Sin embargo la epidemia y la histeria colectiva que provocaron nos dejó algo bueno, porque gracias a ella, una cantidad enorme de gente se dio cuenta que el sistema de educación formal no tiene ningún valor y que da prácticamente lo mismo ir o no ir un solo día a clases, ya sea de la escuela, liceo, o universidad.

Pasamos más de un año con "clases online". Eso fue algo que debio haber revolucionado la enseñanza y enriquecido la vida y la curiosidad de los estudiantes. Sin embargo ocurrió todo lo contrario, ni los profesores, ni las escuelas, ni las autoridades estuvieron a la altura y al final pasamos todo ese tiempo sin enseñar ni aprender prácticamente nada.

Pero esto venía de mucho antes. A partir de la "revolución pinguina" del año 2006 y las sucesivas huelgas que vinieron después, las horas de enseñanza recibidas por los estudiantes bajaron drasticamente, fueron años en que tampoco se aprendió ni se enseñó nada y tanto profesores como alumnos se dejaron llevar por el más delicioso far niente.

Recuerdo un año en que yo hacía clases en la universidad y hubo una huelga que duró prácticamente todo el año, no hubo clases ni menos exámenes, sin embargo los profesores tenían la orden tácita que todos los alumnos deberían aprobar los cursos.

¡Por fin se había encontrado la piedra filosofal! Ese fue el Santo Grial de la educación, que consistía en que los profesores no hacíamos clases pero igual cobrábamos el sueldo, mientras que los alúmos no iban a clases ni menos rendían los odiosos exámenes, e igual aprobaban. Todos felices, win-win.

Este proceso de descomposición de la educación formal venía desde hace mucho tiempo. Unos veite años atrás yo empecé a pensar que todos los años que habíamos pasado estudiando y esforzándonos como burros de carga había sido una larga e inútil pérdida de tiempo.

Pero en ese tiempo existía la "Teoría Brunner" que decía que masificando la educación se iba a mejorar el bienestar material de las nuevas generaciones, esta era una idea muy miope ya que existía la experiencia de países como Cuba donde los ingenieron nucleares criaban vacas o manejaban taxis, o países de Europa del Norte, donde un gásfiter ganaba mucha más plata que un científico.

Bueno, la seguidilla de huelgas primero y las falsas "clases online" durante la histeria del Covid, mostraron que el mundo no se terminaba si los estudiantes dejaban de estudiar y simplemente empezaban a regalar los títulos con letras góticas, estampillas y sellos pomposos a palurdos que no sabían donde estaban parados.

Hay un fenómeno que casi nadie ha notado, pero a medida que pase el tiempo la gente se empezará a dar cuenta. Resulta que los estudiantes que no estudiaron y recibieron el título de regalo entraron en la política, especialmente los dirigentes estudiantiles, hicieron su emprendimiento, que luego de algunas dificultades terminó prendiendo. Hoy ellos son nuestras autoridades.

Partiendo por Boric, nuestro presidente, que egresó de derecho de una facultad que pasó más años en huelga que en clases resultando incapaz de tirularse de abogado, porque fracasó en los dos intentos de aprobar su exámen de grado. En el segundo intento obtuvo nota 2 en la escala de 1 al 7.

Pero no solo él, Gonzalo Winter y Nicolas Grau estudiaban en esos años ingeniería comercial donde mismo (Universidad de Chile) hoy uno es parlamentario y el otro ministro, ambos dicen ser "economistas" y además han hecho clases, haciendo honor al adagio "si no sabes nada y eres un incapaz, enseña... o dedícate a la política".

Otra de la misma época y la misma universidad, es decir igual de chanta, fue Antonia Urrejola, que también estudió derecho, aunque al menos pudo titularse.

En esos años también estudiaba derecho Maite Orsini, aunque en una universidad privada así es que supongo que habra sido más en serio, en paralelo participaba de la farándula televisiva junto con Marisela Santibañez, donde ambas encontraron su ascensor a la fama, esta vez política.

O sea, todos los que hoy nos gobiernan son intelectualmente mediocres, fracasados y son productos de un sistema también fracasado que desde hace varios años viene existiendo solo basado en las apariencias y el cuento. 

Vividores, narcisos, chantas, drogos, borrachos, dueños de una ignorancia y petulancia abismales. Ni siquiera sospechan lo pencas que son, porque son incapaces de darse cuenta: su mundo de referencia está a un nivel bajo cero.

Los seres humanos funcionamos con señales y no existe señal más potente que ver a los chantas con el intelecto de una mosca que han obtenido el éxito social y económico. Nunca había estado tasn vigente esa línea del tango Cambalache: "lo mismo un burro que un gran profesor".

El resultado es que los padres ya no mandan a los niños a clases, porque saben que van a perder el tiempo y a pegarse malas costumbres. Es una crisis de las escuelas hoy, luego serán los liceos y después las universidades ¿para qué perder el tiempo estudiando si no se va a aprender nada útil?

Durante décadas los profesores no se preocuparon de que lo que estaban enseñando era inútil, estaban blindados por un sistema que les decía que eran valiosos y que formaban a las generaciones futuras, aunque ellos solo cubrieran las apariencias: hacian como que enseñaban, cobraban el sueldo y le daban la pasada a todos.

¿Todos contentos? Solo por un tiempo, muy cortito, porque ahora se están quedando sin alumnos. Y llegará el momento en que muchos padres preferirán educar a los hijos por su cuenta.

Muchos jóvenes preferirán una certificación de Cisco, de Code Academy o de Google obtenida en un año y a bajo costo antes que un título de universidad tradicional, que cada vez vale menos.

Me parece que se les está acabando la fiesta, mejor que cobren sus sueldo rapidito y traten de ahorrar, porque van a ser tan inútiles como los operadores de código Morse. Y esos cambios pasan muy rápido.

P.D. El dato frek de hoy: leo que durante la Guerra  de Vietnam, un 20% de los combatientes se hicieron adictos a la heroina. Sin embargo al ser repatriados, solo el 5% de ellos permanecía adicto y el 95% restante volvíó a su vida normal.

Esto concuerda con mi experiencia personal y de amigos con el consumo de pasta base, de cocaina y de alcohol, que es la más adictiva y dañina de las drogas. Es solo un pequeño porcentaje los que quedan enganchados. 

Todas las drogas debieron haber sido legalizadas ayer, el consumo es un delito sin víctimas, pese a todo lo que dice la propaganda.